-Princesa ____, levántate, tenemos que ir con el señor Tom.
Sentí un ligero peso sobre mí, el pequeño ruloso trataba de levantarme a toda costa.
-Dem, baja que terminarás en el suelo.
-¿Si iremos?
-Recuerdo que Tom y yo quedamos hoy, pero no hablamos de llevar pequeños latositos.
-Pe... pero yo no me quiero quedar aquí.
-Tú sólo quieres ver a su hija...
-Kate y... es divertida.
-Nunca dije que no lo fuera.- El pequeño trago saliva y miró a la ventana.- Uh! Te gusta la pequeña Kate.- Me brule mientras le picaba levemente su pancita.
-N... o, ya, ba... basta.
-No voy a parar hasta que me lo digas.
-No.
-Oh vamos, se que mueres por ella pequeña pulga.
Su sonrisa se borró al instante, mi confusión entró y luego entendí, solo Finn le decía pulga, jamás se lo había dicho yo.
-Oye.- Lo tomé de los brazos y lo senté en mis piernas.- Lo siento, se que lo extrañas.
-Hasta cuando saldrá del internado.
Sí, internado, le había dicho a Demián que Finn estaba en un internado privado terminado sus estudios, lo sé, es una tontería, pero creo que eso sonaría menos doloroso que la verdad.
-Le tomará años terminar, pero te aseguro que pronto lo podrás ver.
-¿Promesa?
-Promesa. Ahora ve a escoger tu ropa, tienes que estar muy guapo para Kate.
La pequeña copia de Finn asintió y salió corriendo de mi habitación. Sentí que la tristeza me inundaba, me comía viva, no podía con el sentimiento. Tenía que hablar con mi padre para que pudiera sacar pronto a Finn de la cárcel. Demián no podía pasar su niñez sin su única familia y Finn no podía perderse de tanto, tenía que estar presente en todos los pequeños logros y derrotas de su hermano.
Salí de la habitación en busca de papá, fui a su habitación y toqué, escuché la voz de mi madre y entre.
-¿Y mi padre?
-Sí buenos días mamá, ¿cómo dormiste?
-No estoy para tonterías.- Dije y salí de la habitación.
Esta mujer se pone más irritante cada día. Baje a buscar a mi nana, sabía perfectamente que ella estaba en la cocina. Entre a la antes nombrada y ahí estaba.
-____, buenos días corazón.
-Buenos días nana, ¿sabes dónde está mi padre?
-En el jardín.
-Gracias, oh! ¿Te podría pedir un gran favor?
-Claro que sí ¿qué necesitas?
-Deje a Demián esperando en la habitación, podrías ayudarlo con su ducha, sabes que esas tinas son resbalosas y tengo miedo de que termine en el piso muerto.
-Ay ____, no digas eso, ahora voy a ayudarle.
-Gracias, termino de hablar con papá y voy enseguida.
-Bien.
Salí por la gran puerta de cristal al jardín, ahí estaba mi padre sentado, tomando jugo natural de naranja, mientras lee su periódico.
-Buenos días padre.
-Hija, buen día.
-Papá necesito hablar contigo, es importante.
-Te escucho.- Dijo dejando de lado el periódico y tomando un gran trago de su jugo.
-Es sobre Finn, necesitas hacer todo lo posible para sacarlo de ahí.
-Hija...
-Se que tiene que cumplir su condena, pero vamos, Demián lo necesita, ellos tienen que estar juntos, el corazón se me rompió en mil pedazos esta mañana, Demián me preguntó por él y odio mentir, lo sabes.
-Bueno, no lo odiabas cuando te ibas a correr.
-Oye es diferente.- Él sonrió.
-____, yo estoy haciendo todo lo que puedo para poder sacarlo de ahí, yo pienso igual que tú y se que ese muchacho es inocente. La semana pasada hablé con uno de mis mejores abogados, dijo que por falta de pruebas es muy probable que le bajen años de condena.
-Oye eso es muy bueno.
-Sí, igual siguen investigando, pero te prometo que haré todo lo que pueda para sacarlo de ahí.
-Si mamá supiera...
-Ella no tiene que saberlo, además no quiero lidiar con más irritabilidad de la normal.
-Somos tan iguales.
-No, sacaste un poco lo malhumorada de tu madre.
-Oye, claro que no.
-Oh sí.
-Gracias papá, por todo.- Dije y de un salto lo abracé.
-Te mereces todo cariño, haré hasta lo imposible para verte feliz.
-Te amo, iré con Demián.
-Claro.
Subí corriendo a la habitación de él enano y entré, ya estaba casi listo.
-Wow! Pero que guapo te ves, no, matarás de una a esa pequeña.
-Pues sí, soy todo un galán.
-Igualito al otro pecoso. Iré a arreglarme, desayuna bien enano.
-Te voy a esperar.
-Perfecto.
Fui a mi habitación, tomé mi celular para ver la hora, tenía mensajes de Tom y los abrí.
Sr. Hiddleston
Buenos días Señorita ____.
No quiero que piense que soy un desesperado pero... ayer no me dijo a qué hora nos veríamos
Buenos días Señor Hiddleston
Nos vemos a las 11:00am en el mismo parque ¿le parece?
Perfecto
Pasaré por ti linda, estén listos
No tienes que, pero sería perfecto, así no conduzco yo
Te veo en un rato
Nos vemos
Ya habían pasado dos meses de que conocí a Tom, es un hombre muy agradable y no negaré que es sexy, habíamos quedado de ir a un lugar donde los niños puedan jugar videojuegos y nosotros boliche.
Me divierto mucho con Tom, demasiado, pero el maldito pecoso sigue en mi cabeza y creo que ahí seguirá por mucho tiempo.
