Bésame.

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Finn asistía casi diariamente a mi casa, esto de trabajar con mi padre iba muy en serio. Los dos se encontraban en la sala, mi padre sentado en el sofá y Finn en la alfombra checando una pila de papeles que se encontraban regados por toda la mesa de centro y algunos en el suelo. 

Hoy no traía su traje negro como casi todos los días, su atuendo consistía de unos pantalones negros ajustados, una polera negra sin algún tipo de estampado en ella y su chaqueta negra.

Típico de Wolfhard.

Mi mente traicionera nuevamente estaba concentrada en él, notaba cada movimiento que hacía, sus ojos se entrecerraban en algunos momentos, pasaba su lengua por sus labios de vez en cuando. Sus manos, nunca les había tomado tanta atención, sus dedos eran largos y se le saltaban algunas venas. 

Jamás le había tenido tanta envidia a una hoja de papel. 

Mi mirada lo acosaba, era tan descarada, me lo estaba comiendo con ella. 

Sus ojos se encontraron con los míos, como siempre su mirada era tan profunda e inexplicable. sonrió juguetonamente y levantó una ceja. 

-____...

Como dije, mi mente traicionera, me había concentrado tanto en él que me había olvidado que mi padre seguía presente.  

-____ ¿en donde tienes esa mente jovencita? 

-¿Qué?- Por primera vez lo observé. 

-¿Qué piensas de lo que te dije? 

-Lo siento papá, no te escuché.- Le dije y miré a Finn quién aguantaba la risa. 

Idiota, es tu culpa. 

-¿Qué te tiene tan distraída?

Tu estúpido empleado. Lo miré nuevamente con algo de coraje. 

-¿____?

-¿Eh? No nada papá.- Bajé la cabeza apenada.

-Te decía que necesito otra asistente que le ayude a Finn. 

-¿Y?- Dije sin mostrar importancia.

¿Una zorra que este todo el maldito tiempo con él? Gran idea papá. 

-Como que y, esto es muy importante, necesito a personas de alta confianza, quiero que tú le ayudes en lo que necesite. 

-¿QUÉ? 

-Lo que escuchaste, solo será temporal y ni siquiera trabajaras tanto, es solo para lo que él necesite y cuando no esté disponible. 

-Papá... 

-Por favor hija, no puedo confiarle esto a una de las secretarias. 

-Lo pensaré...

-Esta bien, si no quieres no te preocupes, la próxima semana iremos a la playa por algunos negocios y... olvídalo, creo que le tendré que pedir a Isabella que nos acompañe Finn.- ¿Isabella? ¿Playa? ¿Isabella con Finn? ¿ISABELLA USANDO BIKINI EN LA PLAYA CON FINN? Ah no! eso no pasará.- Ella te ayudará. 

Quería gritar que yo aceptaba ayudarlo, pero eso no ayudaría mucho en mi plan de querer olvidarlo. 

-Claro, ella es muy...- El tono de una llamada entrante interrumpió a Finn. 

¿Muy que? ¿a caso diría linda? ¿sexy? ¿ofrecida? ¿resbalosa de mierda? es una maldita zorra. 

-Oh disculpen, es mi esposa.- Contestó y se retiró. 

Finn y yo teníamos una pequeña pelea de miradas, quería saber que era lo que iba a decir hace un momento.

-¿A caso te gusta Isabella?- Su sonrisa se amplió más y entrecerró los ojos. 

-¿No estabas saliendo con Hiddleston?

-Estoy saliendo con él. 

-¿Y por que tanto interés en mi vida amorosa? 

-Olvídalo, eso me gano por querer llevar la fiesta en paz. 

-Es guapa.

-Es una resbalosa, intentó coquetearle a Tom, aunque no la culpo, es todo un Dios.

Toma esa Wolfhard. 

-¿Ah sí?

-Soy una afortunada por tener a un hombre así, es guapísimo, dedicado, atento y MUY bueno en la cama.

-Gran dato innecesario, aunque tu intento de orgasmo dice lo contrario.- Logró borrar mi sonrisa de victoria.

-Tengo que salir de urgencia Finn, ¿puedes terminar el trabajo? 

-Bueno yo me reti...

-Claro, ____ ¿me ayudarías?

-Yo... 

-Solo por hoy hija.- Lo miré y luego a Finn. 

-Claro. 

-Claudia no está así que si quieren comer pidan algo.- Dijo caminando hacia la salida, se detuvo y giró su cabeza para vernos.- Y no intenten matarse.- Dijo por último y desapareció. 

Me acerqué al ruloso.- Y para que lo sepas no finjo mis orgasmos con él. 

-Pues así no es como se escuchan. 

-¿Y tú que sabes? Jamás me haz escuchado.- Ahora él se acercó disminuyendo la distancia que había entre nosotros. 

-No estés tan segura de eso niña. 

-Eres un maldito pervertido. 

-En ese tiempo estábamos juntos y deberías hacer tus cosas en un lugar mas privado, no en la oficina donde todos pueden escucharlos. 

-No había nadie.

-Estaba yo y empiezo a creer que lo hiciste con una intención. 

-¿Qué? ¿a caso te pusiste celoso?- Se quedó callado, pero sin alejarse de mí.- Envidias tanto a Tom.

-A ese imbécil lo único que le envidio es a la chica que tiene, es una lastima tener a alguien completamente para ti y no poder satisfacerla como se debe.- Nuevamente se acercó hasta que quedaran a centímetros nuestros labios.- Apuesto a que ni siquiera tiene la mas mínima idea de como tocarte.- Sus dedos quitaron el cabello rebelde que estaba en mi rostro, pasaron por mi oreja, mi mandíbula, se detuvieron en mi cuello y su pulgar tocó mi labio inferior rosándolo.- Dime niña ¿Te ha dejado completamente satisfecha?- Su pulgar seguía rosando delicadamente mi labio.

-Sí.- Respondí débilmente. 

Me tenía atrapada, bajo sus malditos encantos, esto era un completo peligro para mí, pero me estaba gustando la manera en la que me tocaba, solo bastó con que su dedo rosara mi labio para provocar que mis bragas se empaparan por completo. 

-Mentirosa.- Mi vista se desvío a sus labios rosados. 

Bésame, bésame, bésame. 

-¿En qué tanto piensas?

-Bésame.- Susurre.

-¿Deseas que te bese?

-Sí.- Le respondí mirando aún sus labios.

-¿Qué tanto?

-Te lo ruego. 

Sonrió.- Estás jodidamente loca por mí.- Dijo y se alejó dejándome con ganas de más. 

Reacciona estúpida. 

-ERES UN MALDITO CABRON. 


Amor Ilegal |F.W.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora