-ENTONCES ¿ESTARÉ LIBRE PRONTO?- Le preguntó el ruloso a el hombre de traje.
-Finn, se comprobó que eres inocente, el hombre no murió por los golpes que le diste, en realidad fue asesinado tres días después.
-No lo puedo creer.
-¿Te sorprende no haberlo matado?
-No es eso, pero... las drogas y todo eso, las carreras.
-Bueno, queda eso, pero como no es algo tan grabe saldrás bajo fianza.
-Lo tomaron como consumo propio.
-Sí, esa era la idea. Finn se que eres un buen chico, no me queda duda y quiero proponerte algo.
-Dígame.
-Creo que esto es perfecto para ti y si quieres cambiar tu vida para que tu hermano tenga un buen futuro...
-Haré lo que sea.
-Quiero que trabajes para mí.
-No... no se que decirle, han pasado muchísimas cosas con _____... su hija, ¿cree que esto sea correcto?
-Bueno por algo te lo estoy pidiendo.
-Lo haré, claro que trabajare para usted y gracias, de verdad me ha ayudado muchísimo y estoy muy agradecido, con solo cuidar de Demian para mi es suficiente.
-Como no hacerlo, ____ adora al pequeño.
-¿Ella... como está?
-Sé que no está del todo bien, lo he notado, pero antes era peor, ella es fuerte y va a superar todo, le costará, pero lo hará.
-Me ha de odiar
-No, no te odia, le rompiste su corazón en mil pedazos, ella te quería ayudar, tú no la dejaste y la alejaste, entiendo tus razones.
-No quería que saliera mas perjudicada por mi culpa, ya le había hecho bastante daño.
-Ninguno tiene la culpa de haberse enamorado.
-Aún la amo, no creo poder olvidar lo nuestro tan rápido, siento que cada día que pasa la amo más que el anterior, pero me siento... sé que soy el culpable de todo lo que le pasó.
-Tal vez, pero aun así...
-Las visitas terminaron, puede retirarse.- Habló un policía.
-Señor, yo le prometo que me alejaré de ella, no quiero hacerle más daño, por mucho que la ame ella merece a alguien mejor y no a un delincuente.
-No me prometas nada, al final el destino es el que decide.- Dijo por ultimo y se marchó.
_____, te extraño tanto, tanto, pero no puedo estar contigo, no soy bueno para ti.
-A tu celda Wolfhard.
[______]
Había pasado una semana desde que mi madre me dijo que cenaríamos con Tom, ella se había encargado personalmente de contratar un banquete para la cena y había contratado personal para decoración, según ella para que causemos una buena impresión, lo que me da una risa por mis adentros porque se perfectamente que Tom odia con su vida tanta formalidad, lo que me parecía un poco extraño porque siendo un empresario exitoso y muy adinerado, odia a las personas como mi madre.
No lo culpo.
Me encontraba en mi habitación arreglándome para la ¨gran cena de negocios¨
¡AL CARAJO¡
Conocía perfectamente las intenciones de mi madre, por su pequeña mente pasaba la gran fantasía de que Tom fuera mi esposo, ni siquiera le importa que se mayor que yo, como siempre a ella le importa el dinero y su clase, solamente eso.
¡Sí! Es una bruja.
Terminé de alizar mi cabello y me coloque poco maquillaje, quería verme lo mas natural posible. mi vestido era cinco dedos arriba de mis rodillas, negro y muy ajustado a mi cuerpo, se notaba mi figura y mis pechos, era perfecto para hacer que le diera un ataque a doña bruja. Mi laptop sonó notificando que entraba un videochat de Sadie, rápido conteste y pose como diva ante la cámara.
-Dios mío, de verdad tú haces que dude de mi sexualidad.
-¿Como me veo?
-Sinceramente.- Puso cara de desagrado.- Te ves como toda una perra.- Dijo mientras en su rostro hacia un gran sonrisa de orgullo.
-Perfecto, doña bruja se arrepentirá de haberte excluido de esta cena.
-Ay olvida eso, de igual forma no quería estar con todos esos aburridos empresarios.
-Pero me harás falta.
-Tú madre evita que nos volvamos a poner como en la última cena.
-Es una verdadera vergüenza lo que hicieron, ahora que van a pensar de esta familia.- Dije imitando su insoportable voz chillante.
-Bueno señora Hiddleston, es hora de ir al gran banquete.- Dijo como desquiciada.
-Es momento de bajar al banquete Real.
-Oye yo te llamaba porque...
-¿Sí?
-No, lo olvidé.
-Sé que mientes zanahoria, pero no es el momento indicado así que mañana me dirás.
-Bien.- Dijo alargando la e.- Ya lárgate o tu mamá empezará a perder la paciencia.
-Hoy conocerá la vergüenza absoluta.