Cuatro meses, cuatro malditos meses hecha una mierda, no había vuelto a ver a Finn desde aquél día, tenía estrictamente prohibido verlo. Mi madre se había vuelto más insoportable y me estaba jodiendo, solo quería huir, ver a Finn.
-Mi niña, sigues acostada.
Esa voz me sacó de mis pensamientos, era mi segunda madre, aunque casi siempre solo la considero a ella como madre.
-Estoy cansada.
-No es verdad.
-Claro.
-Alguien vino a verte, espero y alegre tu día.
-¿Quién?.
-Ya verás.- Dijo por último y salió de la habitación.
Pensé en quién podría ser, no creo que Sadie y menos Jack, Dios no lo creo, no fi... Los leves golpes de la puerta hicieron que volviera a la realidad, mi corazón latía sin parar.
-A... adelante.
La puerta se abrió dejando ver a ese pequeño demonio.
-Dios mío, Demián. - Dije sin creerlo y corrí a abrazarlo.
-Princesa ____.
-Pero... ¿cómo? La última vez que pregunté por ti, me dijeron que estabas con tu hermano.
-Si, es feo vivir con él.
-¿Quién te trajo? ¿cómo llegaste aquí?.
-Tú papá.
-¿Mi papá?.
-¿Se puede?.
-Papá, ¿cómo?, te fuiste de viaje por un negocio y...
-Quisiera hablar contigo.
-Sí, Demián puedes quedarte aquí.
-Sí.
Salí con mi padre de la habitación y fuimos directamente a su despacho.
-No entiendo, ¿cómo que fuiste por Demián?.
-Demián estará con nosotros mientras Finn cumple su condena.
-Pero... ¿cómo es posible?.
-Hice algunos acuerdos con su hermano y papeleos, demasiadas cosas.
-¿Cuanto tiempo estará preso?.
-Hija.
-¿Cuánto papá?.
-10 o tal vez 15 años, no se sabe.
-¿Por qué? ¿por qué él?.- Dije soltando algunas lágrimas.
-Finn confesó todo, hasta estar involucrado en el asesinato de un hombre.
-No fue él, no podría.
-No hay alguna prueba que diga lo contrario, aún siguen investigando. Tranquila ____, estoy haciendo lo posible por ayudarle.
-Tengo que verlo, por favor.
-¿Estás segura?.
-Completamente.
-Ve a cambiarte.
-Gracias.
Salí corriendo del lugar y rápidamente me arreglé.
-Bien pequeño, quédate aquí, no salgas a menos de que tengas hambre.
-¿A dónde irás?.
-Sorpresa.- Dije y salí de la habitación.- Papá vamos.
Felicidad, extrema felicidad era lo que estaba sintiendo en estos momentos, después de tanto lo vería, estaba completamente nerviosa, y ya empezaba a desesperarme, duramos aproximadamente 40 minutos en el coche y eso me estaba matando.
Necesitaba verlo ya.
El auto se detuvo fuera de la prisión donde se encontraba Finn, mi padre me ayudó a salir del auto y entramos. Mi corazón se aceleró nuevamente, pero a diferencia que ahora estaba a punto de salirse de mi pecho. Me llevaron a la sala de visitas y tardaron unos minutos, cerré mis ojos, respiré una vez y traté de calmar mis nervios. El sonido de la puerta hizo que mis nervios aumentaran más y baje mi cabeza, sentí como alguien se sentaba frente a mí, era él. Mis ganas de llorar se hicieron presentes, abrí mis ojos y levanté la vista.
Estaba ahí, con una expresión en la cara que dejaba decir tantas cosas, estaba sorprendido era claro, notaba su tristeza, pero también algo andaba mal.
-Finn.- Fue lo único que logré decir.
-¿Qué haces aquí?.- Habló en un tono serio, notaba claramente su tono seco.
-Que pregunta tan tonta, quería verte, saber de ti.
-Deberías irte..
-¿Qué? ¿por qué?.
-Sólo hazlo.- Dijo mientras se levantaba de su lugar y daba media vuelta.
-¿Que haces Finn?, detente.
-Esto es imposible _____.
-¿A que te refieres?.- Dije levantándome de mi lugar.
-A que esto terminó, es imposible que nosotros podamos estar juntos, estoy preso, soy un maldito adulto y tú... tú sólo eres una adolescente, podrías ser mi hermana.
-Pero no lo soy.
-No insistas, está claramente que esto no puede ser.
-Finn.
-Solo olvídame.
-¿Realmente esa es tu decisión?, ¿de verdad quieres eso?, dime Finn, ¿de verdad quieres que me olvide de ti?, de todo lo que pasé contigo, de todo esto que siento por ti.- Le dije elevando un poco la voz.
-No, no quiero eso, pero tampoco quiero que sigas teniendo una vida de mierda si estás conmigo, así que por favor aléjate, olvida que alguna vez me conociste, mereces algo mejor.
-No puedo creer que después de todo hagas esto.
-Créeme que esta es la mejor decisión que he tomado.
-Respetaré tu estúpida decisión, solo espero que algún día no te arrepientas.- Dije y salí de ahí.
Si realmente quería que lo olvidara, eso haría.