Hace unas semanas...
-Le dije que se alejara de mí.- Por fin hablé.- Creí que podía con esto. pero es que no, no soy tan fuerte como pensaba, él me hace caer en la debilidad, hace que me sienta pequeña cuando lo tengo frente a mí.
-¿Lo aceptó?- Preguntó la pelirroja.
-Es la peor parte, aún siente algo por mí, diablos y a estas alturas no puedo negar que aún lo quero.
-Si lo amas deberías...
-No, no haré nada, de cualquier manera él le prometió a papá que se alejaría de mí y yo estoy en una relación con Tom, él no merece que le haga algo así.
-Una relación que tu padre no acepta del todo.
-Se está esforzando, aprecio mucho eso.
-Obvio que lo hará, te ama muchísimo y solo quiere verte feliz.
-No quiero ser débil Sadie.- La miré directamente a los ojos.- No puedo ser débil, me tengo que alejar lo más que pueda de Finn.
-Yo te ayudaré con lo que necesites, si quieres cerrar ese ciclo de una vez por todas, tendrás que olvidarte de Finn de una vez por todas y no será tarea fácil.
Suspire.-Lo haré.
Actualmente...
No puedo, esto de tratar de sacarme a Finn de la cabeza ha sido una tarea muy difícil.
Pero no imposible ____. Sé que puedes con esto.
-Claudia, te voy a pedir que hagas una cena exquisita, vendrán algunos socios y quiero que todo este perfecto.
-Claro señor, saldré para comprar las cosas.
-Dile al chofer que te lleve para que no camines.
-Gracias.- Le dijo sonriendo y se retiró.
-Papá ¿jamás has pensado en andar con Claudia? es muy linda.- Le pregunté aguantando la risa.
-____... Tengo esposa.- Dijo mostrando su anillo de bodas.
-Pff no sé porqué lo usas, sabes perfectamente que tu esposa jamás se lo pone, solo si hay alguna cena con tus socios.- Dije con fastidio.- Descarada.
-____, más respeto, sigue siendo tu madre.
-Pues no lo parece.
-Iré a ducharme.
-Yo a la piscina.- Le di un beso en la mejilla y subí a mi habitación para ponerme un traje de baño.
Tomé una toalla y unos lentes para sol. Bajé y coloqué la toalla a un lado de la piscina, puse un poco de música y me tiré al agua. El día era un poco caluroso, perfecto para pasar un rato así. Después de nadar un rato, salí y me recosté en una de las sillas para tomar un poco de sol.
Me coloqué los lentes y cerré los ojos, pero mi traicionera y estúpida mente empezó a recordar a Finn, justo el día en el que estuvimos en la piscina de su casa, cuando nos escapábamos por las noches y pasábamos un lindo rato mirando el cielo nocturno o el amanecer, su risa, sus ojos, sus labios que me provocaban tanto con los gestos que hacía y cuando tocaban los míos.
-Mierda, deja de pensar en él ___.- No.- Eres un idiota Wolfhard.
-Pensando en mí, niñita engreída.
-Hasta su maldita voz está presente.- Dije con molestia.
-No solo mi voz, estoy aquí, niña.- Dijo muy cerca de mi oído que sentí su respiración.
Mierda!
Abrí rápidamente los ojos y ahí estaba el idiota, sentado a un lado de mí con su maldito traje negro que lo hacía ver jodidamente sexy.
Creo que me volví a mojar.
-¿Suelo vagar mucho por tu mente ___?- Me preguntó con un tonito muy burlón y con una sonrisa de "aún estás loca por mí".
-¿Tú en mi mente?- Me burlé.- Quisieras.
-Haré como que te creo.- Dijo y bajó lentamente su mirada por todo mi cuerpo.
Tomé la toalla y me tapé.- Mis ojos están acá.
-Si te quitaras esos lentes los podría ver, aunque admito que es muy tentador y me gusta lo que veo.
-Te volviste más insoportable.
-Y tú más engreída.
-¿Qué haces aquí Finn?
-¿No es obvio? Trabajo para tu padre.
-Eso lo sé perfectamente, me refiero a que haces aquí, invades mi espacio.
-Tu padre está ocupado con algo y me aburría.
-Bueno, no me importa deberías irte.
-Eres muy grosera niña.
-Hiddleston te ha de tratar bien.- Dijo levantando una ceja y trataba de encontrar mis ojos a través de los lentes.
-Claro que me trata bien, como nadie ha podido hacerlo.- Me quité los lentes y lo miré a los ojos, empezaba a molestarme un poco.
Sonrío sínicamente.- Si yo estuviera en el lugar de ese idiota.- Se acercó peligrosamente hasta quedar a centímetros de mi rostro y coloco sus manos a los lados de la silla bloqueándome por completo cualquier salida.- Te castigaría niña, lo pensarías más de dos veces antes de contestarme así nuevamente.- Acercó sus labios a mi oído.- Pero lo mejor es...- Sus labios empezaron a rosar con mi piel provocando que me estremeciera por completo.- Que yo si te haría llegar al orgasmo.- Mis ojos se abrieron por completo y la vergüenza empezó a invadir me, ¿Cómo mierda sabia eso? ¿a caso...- Deberías fingir mejor tus orgasmos ___.- Dijo mirándome a los ojos y luego a mis labios que estaban levente abiertos por la sorpresa.- Aunque conmigo no tendrías que hacerlo, no fingirías placer- Dijo por ultimo y se alejó de mí.
- ¿Todo está bien?- Preguntó mi padre llegando a un lado de Finn, quien ya se encontraba muy lejos de mí.
-Claro...
-NO! Tu empleado es un maldito idiota.- Hablé furiosa y me fui rápidamente, evitando cualquier pregunta que se le ocurriera a mi padre.
FINN
-¿Que le pasa?- Preguntó
-Aún no logra perdonarme.
-Dale tiempo hijo.- Dijo palmeando mi espalda.
Esto será muy interesante.