Capítulo 7

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Año siniestro

Alissa.

Después de que mi primo idiota se haya marchado tuve que confesar la pequeña mentira, que no era tan mentira sobre mi apellido.

Toda una odisea

Las chicas no se lo tomaron tan mal, para mi sorpresa. 

Su leve molestia se disipo cuando comenzaron a bombardearme con preguntas sobre mis hermanos, Caden y Darren, que ni yo misma supe contestar. 

¿Tienen novias? ¿Cómo son sus habitaciones?, ¿Cuáles es su tipo de chica?  

Posteriormente de la tanda de preguntas me despedí lo más rápido que pude con el oído a punto de explotar de tanto chillido. Solo espero que no corran la voz, sin embargo, parecen tan cotilleras que lo dudo mucho. 

Para mi suerte Lory estaba conmigo en mis últimas dos clases, y cabe decir que la pelinegra se la paso exigiendo que le presente a mi familia o más bien a Nathaniel. Al parecer le ha llamado demasiado la atención y no dudo que mi amiga consiga lo que quiera, sin embargo, mi hermano es algo reservado, todo lo opuesto a Malory.  

Al terminar las clases casi corrí a esconderme en el dormitorio de Malory, de verdad no quería regresar en coche con ellos, pero por supuesto que Caden se tuvo que cruzar con nosotras en el campus. 

Así que aquí estoy. Sentada en la parte trasera del coche de Nathaniel pegada a la ventana. Caden conduce. Nathaniel está en el asiento de copiloto. Y Darren está en la parte trasera al igual que yo, solo que él está pegado a la otra ventana. 

Maldito Nathaniel.

Al principio Darren se quiso subir al asiento de copiloto, pero Nate solo aseguro su puerto y cerró su ventanilla ignorada las advertencias del pelinegro, el cual también quiso sacar a Caden de su asiento, no obstante, el pelirrojo tomo sus prevenciones al igual que Nate. Por lo tanto, tuvo que subirse a la parte trasera, conmigo. 

Me remuevo algo nerviosa en mi asiento a la vez que lo miro de reojo. Darren mantiene una postura relajada mientras ve del lado de su ventana. 

Observo su precioso perfil, la forma en que su cabello cae sobre su frente en mechones algo ondulados, su nariz recta y sus hermosos y finos los labios. Me fijo en sus anchos hombros que sube y baja delicadamente al respirar. 

Luce tan relajado mientras yo siento un intenso cosquilleo en el estómago al estar sentada a lado de él. Tan cerca, pero a la vez tan lejos. De un momento a otro el coche se va de lado de manera brusca haciendo que mi cuerpo se vaya contra Darren, el cual me agarra del brazo de inmediato impidiendo mi torpe caída sobre él.

El cosquilleo en mi estómago se intensifica mucho más. 

—¡Pero sí que hay muchos baches! —vocifera Caden, mostrándose divertido ante la situación. 

—Ajá —le digo secamente mientras lo veo por el espejo retrovisor.

Darren todavía tiene sus manos sobre mi brazo y cuando regreso mi vista a su rostro, pone la mirada al frente y me suelta. 

—Gracias —suelto con incomodidad mientras me acomodo. 

Por un momento pienso que va a pasar de mí, incluso, lo doy por hecho. 

—No hay problema —dice sin emoción, aturdiéndome. 

Muevo la boca hacia un lado en desacuerdo. 

—En realidad, sí, que hay —no sé porque diablos dije eso, pero ya lo he hecho. 

   —¿Así? 

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