Capítulo 9

1.7K 116 6
                                    

Top party

Alissa.

—Tengo algo para ti —había dicho una sonriente yo de 7 años captando la atención del niño de ojos azul zafiro.

—¿Y dónde está? —preguntó Darren secamente.

—Espérame aquí —aviso la niña antes de salir corriendo del patio para poder llegar a su habitación lo más rápido posible.

Al llegar agarro uno de sus peluches favoritos; un osito gris con pequeñas rayas negras y ojos azules. Después de verlo unos segundo más regreso al patio en brinquitos con una sonrisa estampada en su rostro. Darren estaba en su lugar de siempre, sentado en una banca ignorado al mundo. 

La pequeña se acerca silenciosamente a Darren y con delicadeza le toca el hombro. Darren voltea a verla con indiferencia. La niña sonríe y el niño rueda los ojos. 

—Ten —le dice a la vez que levanta sus brazos, mostrándole el peluche—. Se llama Teddy.

Él lo agarra sin decir nada y lo analiza con la mirada.

—Es uno de mis favoritos —Habla emocionada—. Nunca te he visto jugar con un peluche o juguete y eso me hace sentir triste —inconscientemente la niña forma un mohín—. Entonces decidí darte uno de los míos —sonrió alegremente—. Así que cuídalo bien, que le gusta que le den mimitos.

Darren se muestra serio hasta que empieza a hablar.

—Esto es... —dice alzando el peluche—. Estúpido, al igual que tú.

La niña baja la cabeza, tomando un semblate afligido, sin embargo, no le toma mucho para levantar la mirada con el enojo sucumbiendo su mirada. 

—Entonces devuélvemelo —replica intentando arrebatarle el peluche al pelinegro. 

Darren no lo suelta. 

—Dámelo.

—No te voy a dar nada —expresa seriamente—. Es mío. Tú me lo regalaste. 

—¡Pero si no te gusta! —exclama la pequeña en un chillido haciendo que el de ojos azules vuelva a rodas lo ojos.

—Yo no he dicho que no me gusta —espeta—. Solo dije que es estúpido—la niña lo observa perpleja.

Al notar su confusión Darren suspira. 

—Creo que me gusta lo estúpido —mantiene el peluche pegado al mientras se levanta.

La repara con la mirada y se logra detallar una pequeña sonrisa en su rostro. Empieza a jugar con un mechón del cabello de mi pequeña yo.

—Me gusto tu estúpido peluche, Alissa —la niña se sonroja. 

Darren la hace un lado y se va sin dase de cuenta de los ojos violetas que le atraviesan la espalda con la mirada. 

Me es inevitable no sonreír ante ese recuerdo. Eran buenos tiempos, aunque Darren siempre había sido un niño frío y amargado me la pasaba bien con él. Hubo pequeños momentos donde me mostraba al Darren real, el que me miraba con amor y me hacía sentir bien a pesar de ser un par niños.

Suspiro y regreso mi atención en la clase. El profesor empieza a responder algunas dudas de mis compañeros hasta que se acaba la hora y termina retirándose al igual que los alumnos. Ahora me encuentro caminando por los pasillos de Wingsford con todas las miradas sobre mí, incluso hasta se ponen a cuchichear mientras me comen con los ojos

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora