Capítulo 33

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Avroxs

Caden.

El sonido de las balas ensordecen mis oídos, a la vez que corro sin sentido entre las malezas, no sé cuanto tiempo llevo corriendo sin parar, como tampoco se quienes son estos desgraciados, pero la burla en sus gritos me hacen rabiar por dentro.

¿Quiénes se creen?.

La interrogante de saber dónde diablos se metieron los demás me consume y por el rabillo del ojo puedo ver la figura de una persona acercándose rápidamente, espero unos segundos para después lanzármele encima, cayendo al suelo junto con el y por inercia le doy un puñetazo.

—¡Caden, soy yo, Nicholas!

Le doy otro puñetazo.

—Lo sé.

Si no nos estuviera ocultando cosas junto con Darren nada de esto tendría que estar pasando. Los balazos se escuchan mucho más cerca y aprovechando que estamos en el suelo rodamos hasta topar con un tronco caído usándolo como protección.

—¡Oh, vamos! ¡Tengo entendido que a los Black les encanta jugar! —dice un hombre cara de sapo. 

La burla no se hace esperar por parte de los demás en ese acento italiano que empiezo a odiar y es que estos no son mercenarios cualquiera, pero se van joder, porque les voy a patear el culo como que me llamo Caden Black.

Intento levantarme para ir a reventarles esas caras feas que se traen y hacerles un favor de paso, más Nick me tomo del brazo con fuerza.

—Es mejor que no hagas una estupidez que nos van a volar el culo aquí —hace un gesto con la cabeza hacia uno de ellos y la sonrisa se me sale al ver las granadas que tiene colocadas en el cinturón.

La cosa se pone mejor.

Se van corriendo a dirección contraria, lanzando tiros por doquier. Nicholas saca un celular y la sonrisa se me ensancha. MK7. Uno de los prototipos de mi padre, una maravilla. Se lo quitó de inmediato poniendo la decodificación que manda una señal de ayuda a la mansión, junto con nuestra ubicación.

Estoy apunto de oprimir el botón para mandar la señal cuando el dispositivo desaparece de mis manos.

—¡Que coño, Nicholas! ¡Dámelo!

—¡No necesitamos ayuda de nadie!

Forcejeamos en el suelo y logró subirme encima de él, más me da el cabezazo que me devuelve al suelo. Borra el código y me le voy encima con furia haciendo que rodemos colina abajo. Topamos con una gran piedra, sin embargo, eso no impide que quiera quitarle a MK7, por lo que llevo mi manos a su abrigo obteniendo manotazos. 

El sonido del casquillo de un arma nos hace levantar la vista.

—Déjense de juegos y pongan los pies en la tierra que quieren matarnos como si fuéramos presas.

Mi tío trae el traje lleno de sangre y ladeo la cabeza viendo detrás de él dos cuerpos inertes. Justo lo que me imagine. Nicholas se levanta dirigiéndose a los muertos en busca de armas. 

—Nos somos presas —me levanto.

El hermano menor de mi padre me sonríe con malicia.

—Por supuesto que no.

—Nicholas deja de perder el tiempo —dice el mayor ante la insistencia de primo en encontrar algo en los cuerpos—. Al parecer solo eran unos lacayos sin nada bueno que ofrecer.

Nicholas agarra el pedazo de madera con clavos que está tirado en suelo, mientras, que de mi abrigo saco un par de cuchillas. Nunca salgo sin ellas. De mi mente no sale esa fantástica conversación entre ese grupito de idiotas y solo espero que Ailan no tenga nada que ver en eso.

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora