Grata visita
Alissa.
Me muevo por los pasillos de la mansión fijándome de no ser vista por nadie. Maldición. Son las dos de la mañana y en ves de estar teniendo un sueño maravilloso donde soy otra persona con una vida magnifica estoy escabulléndome por los pasillos de mi hogar para poder interrogar al loco de ojos negros que está encerrado en los calabozos de abajo.
Han pasado casi dos días desde la bendita fiesta, dos días con un horripilante dolor de cabeza factura de las porquerías que ingerí y por la nota que me dejo quien sabe quien. Dos días en que no eh puesto un solo pie en Wingsford, pero eso es otra historia.
Gracia a Dios mis tíos nos guardaran el secreto del pequeño convivio, como le dice Caden. Llego al pasillo junto las escalera más un ruido me detiene, volteo viendo a lados encontrando nada.
Me quedo parada por unos segundos hasta que opto seguir mi camino. No puedo dejar de pensar sobre a que se refiere con los secretos oscuros de mi familia, pues tengo entendido que el único secreto que tiene los Black es nuestro legado.
Jalo la lampara que me hace paso a las escaleras que bajo no muy segura de lo que estoy haciendo.
Hago oídos sordos antes la suplicas que se escuchan por todo el lugar y detengo mis pasos al llegar a la celda de Konrad.
—Que placer volver a verla, señorita.
Esta sentado en el piso con una de sus manos sobre su rodilla levantada y la otra pierna simplemente está recostada sobre el piso.
—Tengo que confesarle que estaba impaciente por su visita, ya la extrañaba.
—Lamento no poder decir lo mismo.
A sanado, su rostro ya no tiene ninguna hematoma y se que lo mantienen saludable, pero solo están jugando con el. Lo cuidan y le dan paz por un tiempo para que después cuando menos se lo espere hagan de su existencia una cruel pesadilla una y otra vez hasta que decidan matarlo.
—¿Y a qué debo su grata visita? ¡No, no me diga! —una sonrisita maliciosa adorna su rostro—. Quiere que le ayude a escoger el atuendo que usará para una cena importante.
Lo acribillo con la mirada y la peste de este lugar revuelve mis tripas.
—Claro ¿Qué color cree que me va mejor? ¿Rojo o negro?
Las cosas a la mala no funcionan y si quiero sacarle algo tengo que seguirle el juego para tratar de meterme en su mente.
—Depende... ¿Vestido o conjunto?
—Vestido.
Su vista cae en mis pies y va subiendo hasta mi busto poniéndome incomoda y no por desagrado porque en realidad es bastante atractivo pero el que sea alguien quien intento asesinarme junto con mi familia me deja un mal sabor.
—Definitivamente rojo.
—Mmm no se... Que tal si a mi acompañante le disgusta.
—Créame que no —me da una sonrisa torcida—. Incluso si va en ropa interior el estaría fascinado.
—¿Y quien no?
Alzo una ceja y el ríe suavemente.
—Tiene razón, usted es preciosa con lo que sea.
Y aquí estoy recibiendo halagos de un mercenario con tal de sacarle información. Suspiro antes de darle una leve sonrisa.
—Gracias —paso los ojos por toda celda frunciendo el ceño con fingida ingenuidad—. A de ser muy aburrido estar encerrado en estas cuatro paredes todo el tiempo.
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DARK
RandomLos Black una familia poderosa y peligrosa, bendecidos con esa belleza sobrehumana que pone a las personas a sus pies, sin embargo, amarlos te podría costar tú propia vida. Después de vivir seis años separada de su familia, Alissa Black regresa a B...