Capítulo 18

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Sensaciones entrelazadas 

Alissa.

Salgo de mi habitación en pijama y me dirijo a la de Nick, toco y al ver que nadie responde entro. 

Una sonrisa se me escapa al ver a Fletcher y a Nicholas dormiditos en la cama. Que lindos. Ladeo la cabeza con el ceño fruncido al notar que Nicholas esta de lado opuesto abrazando con ímpetu los pies de Fletch. 

Okeeeey. Mejor los dejo descansar, las cosas no son fáciles para ellos, más para Nicholas, mi padre debe estar encima de él por los asesinatos sin resolver. Como si nosotros fuéramos los jodidos policías. Y pues Fletch siempre está a su lado, dándole ánimos. Mi hermano mayor siempre se ha esmerado por nuestro padre y sé que le duele cuando no cumple con sus expectativas, pero yo sé que siempre las llena, Nicholas es realmente bueno para impresionar a Christian Black. 

Regreso al pasillo obligándome a permanecer tranquila, sin embargo, la inquietud que tengo desde hace días no se va. Darren no ha pisado la mansión en dos días completos, y este es el tercer fin semana que lo hace, siempre se desaparece los fines de semana, tampoco es como si lo estuviera vigilando, no, solo me preocupa, un poco, nada más.

¡Qué va! 

Lo que me preocupa exactamente no es su seguridad, sino con que hace y con quien. ¡Por Dios! Darren es un universitario apuesto y sensual, es normal que tenga salidas, tal vez este de fiesta con sus amigos. Aunque solo hay un pequeño detalle; ¡Darren no es de tener amigos! ¡Joder! Ya ni mi madre se preocupa tanto. Camino hasta llegar al balcón que deja a la vista la sala principal. me recuesto en el pretil con la mirada hacia la puerta de entrada.

Al cabo de unos minutos la puerta es abierta y toda esperanza que de que sea Darren muere al captar que se trata de mi tío Mike. No me nota así que se adentra por la sala. Regreso a mi habitación, reviso mi móvil y una parte de mi se tranquiliza al leer el mensaje de Lory avisándome que ya está sana y salva en su dormitorio, hoy fue su cita con Andrew. 

Sigo revisando mis mensajes hasta topar con el chat de Thomas. Sonrió ante su insistencia por el partido, apago el móvil, y me pongo los cascos reproduciendo someday de OneRepublic. Sin querer mi mente se vuelve a llenar de incertidumbre por la ubicación de Darren.

¿En dónde diablos se mete? 


Darren.

Siento como mi corazón palpita eufórico, resultado del hombre que acaba de morir por mi cuchillo. Visualizo todas las grandes cortaduras que le hice en el rostro sintiendo una extraña satisfacción, observo el entorno y diviso al otro hombre que mate dejándole una gran raja en el estómago, desde aquí puedo ver sus intestinos.  

Suspiro disfrutando de la increíble sensación que me da hacer esto y ruedo los ojos al escuchar los gritos del otro hombre, no me preocupa, estamos en zonas bajas de la ciudad, será muy difícil que alguien logre escucharlo y más a estas horas de la noche. Pateo su cabeza haciendo que sus gritos se transformen en jadeos de dolor, me hinco frente a él y el temor que me muestran sus ojos aumenta mi excitación. Observo la pierna que le rompí para que no huyera mientras mataba a su amigo. 

Lo agarro fuertemente de la nuca y le hago dos inmensos cortes a los lados de su boca, la sangre brota en mares al igual que los gritos y algunas gotas salpican mi rostro, intenta huir de mi agarre, más lo inmovilizo apretando su pierna rota, haciendo que suelte unos gritos inentendibles pero cargados de pavor, meto mi cuchillo en su boca, solo un movimiento y se lo entierro por completo, el sujeto no puede controlar su respiración y las lágrimas no dejan de surgir. 

Le abro toda la piel de la mejilla en un rápido movimiento. Su cuerpo pierde fuerza y acabo con el apuñalándolo por el ojo izquierdo. Levanto la vista y a unos pasos de mí está la chica que quería matar desde un principio, antes de que estos tres cabrones la abordarán intentado violarla.

Niego con la cabeza. 

Cada día estamos peor.

Me pongo de pie con el cuchillo en mano y la contemplo; esta acurrucada por unos contenedores de basura, su cabello negro está sobre su rostro mojándose levemente con las lágrimas silenciosas que caen por sus mejillas, se mantiene en estado de shock y no sé si es por el intento de abuso o por el sangriento escenario en el que se encuentra. Me acerco a ella y se encoge en su lugar.

Sonrió, me tiene miedo.

La agarro de los hombros y la levanto, sus lágrimas empiezan a caer con más fuerza.

—Shhh —despejo su rostro con delicadeza.

—N-no me va ha-hacer nada ¿V-verdad? —toma aire en un intento de calmarse—. M-me a sal-salvado —habla con esperanza.

Quisiera decirle que está igual de muerta que estos tres, que es bastante peligroso dejarla vivir y bueno, tampoco es como si me importara, pero yo no soy un hombre de palabras, si no de acciones.

El cuerpo de la chica se tensa por el dolor que le propina la primera puñalada en el estómago, sus ojos rojizos me miran con desilusión y eso me gusta, continúo enterrando el cuchillo por todo su abdomen una y otra vez con la mirada fija sobre sus ojos, viendo como su vida se va apagando, desvaneciéndose. me alejo de ella y su cuerpo cae inerte.

La lluvia empieza a caer y empiezo a alejarme del callejón, tengo que admitir que estas personas han sido de gran ayuda para calmarme, lastimosamente no es la persona que quiero y deseo matar. 

Estas semanas han sido una putada. 

La rabia me vuelve calar con las imágenes de Alissa y Thomas paseándose y besándose en los pasillos de Wingsford, la mirada de deseo de Thomas hacia ella me hace enfadar inmediatamente al igual que las intensas ganas de rebanarle el cuello.

Observo las calles desoladas de la ciudad de Brighton, y entro a al coche que estacione por un hotel de mala muerte, empiezo a conducir reproduciendo una de las canciones que Alissa me mostro la noche en donde la bese. Después, de dos horas de viaje estoy en la cabaña, deshaciéndome de los restos de la sangre que no desapareció la lluvia.

Vuelvo al coche y conduzco hasta Blackwood, no hay ni un alma por las calles, paso por las avenidas intentando hallar algo sospechoso, pues el asunto del puto asesino ya me tiene hasta al coño. Christian se la pasa de un lado al otro como estúpido vociferando lo ineptos que somos por no poder encontrar a ese pedazo de mierda. 

Mi cabeza trae de vuelta la extraña conversación entre Thomas y Madelyn ¿Qué cojones hacían ahí? Por el poco lenguaje corporal que pude notar sé que Thomas estaba cabreado y Madelyn solo intentaba calmarlo. Algo se traen y voy a averiguarlo y no sé porque... pero presiento que tiene que ver con los asesinatos, cosa que me encantaría, de alguna forma necesito deshacerme de Thomas.

Me estaciono y contemplo el lugar donde pasaré el resto de la noche con la letra de la canción talándome los oídos.

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora