Capítulo 51

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Efímero. Prt 2

Alissa.

¿Qué carajos me pasa? Me veo a través del espejo de mi habitación totalmente incrédula.

¿Por qué tuve que besarlo?

Pero es como si de pronto todo el tiempo lejos de él me hubiera cobrado fractura. He estado enfocada en otros asuntos que nunca me detuve a pensar en Darren y todo lo relacionado a él. Todavía recuerdo la mirada que me dedico en el piso de Liam, que comparado que con la mirada que me dio esta mañana en el mausoleo deja mucho que decir.

Las palabras de mi padre se me vienen a la mente.

¿No te has dado cuenta de que todo con respecto a Darren se volvió rutinario? Te hace daño, luego vuelve contigo y tú lo perdonas como si nada, vives tus cinco minutos de fantasía soñada y luego él lo vuelve arruinar.

Si seguimos así definitivamente no llegaremos nada. Yo merezco a alguien que en verdad quiera estar conmigo y no cuando quiere, y es por eso que esta noche pondré las cartas sobre la mesa. Necesito llegar a una conclusión y tomar la mejor decisión para mi estabilidad mental. 

Algo empieza a morder mi pie y cuando bajo la mirada sonrió ante el cachorro gris que lame mis dedos. 

¡Ah, es tan lindo!

—Oh, ven con mami preciosura —lo tomo entre los brazos.  

Todavía le hace falta un nombre y no se me ocurre nada. Pongo mi vista en los diferentes alimentos que le compre.  

—¿Qué tal... Galleta? 

Empieza a lamerme la cara haciéndome reír. 

—Galleta será —lo dejo correr por toda la habitación.  

Lo veo con una sonrisa y vuelvo con mi pequeño problemita; Lory, no me contesta y estoy a punto de sacarme los ojos. No sé qué demonios poner.

Alto. 

Soy Alissa Black Cryton. 

Absolutamente todo lo que me ponga se me vera espectacular. 

No lo digo yo, lo dicen mis genes.

Me adentro a mi armario buscando algo que diga; si eres un idiota perderás todo esto, pero si no lo eres tanto puede que lo obtengas. Rebusco entre toda la ropa colgada dando con el vestido que me hace sonreír maliciosamente. 

No falta mucho para la cita y después de terminar de aplicarme mis cremas subo el vestido negro de tiro cruzado por mis piernas. Me miro de lado contemplando la abertura de la espalda, y que el vestido se ciña sobre mis caderas dejando una vista maravillosa de mis piernas me hace sonreír.

Galleta empieza a ladrar sonoramente dando a entender que aprueba el vestido. Sonrio y le acaricio la cabeza.  

Me amarro el pelo en una coleta alta sin ninguna hebra de cabello a la vista. God is a woman de Ariana Grande suena en el estéreo mientras combino mi maquillaje con mi atuendo en un estilo realmente provocativo. Estoy a punto de colocarme los pendientes cuando...

—¿Saldrás?

La figura que veo a través del espejo me hace enderezarme. Mi padre se detiene a unos cuantos pasos detrás de mí, contemplándome, sin embargo, su mirada pasa al cachorro que se arrincona a sus pies en busca de cariñitos.

—Es un regalo de cumpleaños —intento excusarme.

Lo analiza por unos segundos.

—Me parece bien —jacta, serio.

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