Capítulo 34

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Avroxs. Prt 2

Darren.

—Te encontré.

El tipo con parche me sonríe reluciendo la plata en sus dientes a la vez que me observa como si no creyera que fuera yo. Siento a Alissa removerse y se que está buscando una salida. Pero no la hay, aun.

—¿Qué es esto? —pregunto con tranquilidad.

—Avroxs —responde con suficiencia.

Alissa lo mira consternada y yo me mantengo con el rostro gélido, calmado. 

—¿Y eso es?... —Alissa alza una ceja, y aunque se muestre tranquila, siento su inquietud.

El hombre al mando la divisa, sin embargo, devuelve sus ojos en mi, ignorándola.

—¿Sabe? Yo le debo una disculpa —me dice, contrariándome por unos segundos.

—No me interesa las disculpas de alguien sin importancia.

Suelto lo que es, puesto que es obvio que no es más que un simple hombre bajo el mando de alguien mucho más importante.

—Aun así, piccolo Darren... —lleva su vista en mi mano, la cual no suelta la muñeca de Alissa a quien observa de manera profunda hasta que regresa su mirada al frente—. Pero en otro momento será.

Me mantengo en silencio analizando a estos tipos descubriendo que todos coinciden en algo. Un tatuaje. En realidad todos tienen varios tatuajes en el cuerpo, solo que hay uno en especifico que comparten en el mismo lugar, en el brazo derecho justo en medio del húmero. Se trata de una V encerrada en un círculo donde dicho círculo cuenta con acabados que lo hacen ver elegante e intrigante.

—Ragnar, tenemos un problema. 

No puedo quitar la vista de esos tatuajes con la intriga latente en mí y el parchecitos lo nota cuando regresa, dándome un sonrisa de puro cinismo. 

—¿Te gusta? —cuestiona con altivez—. Tranquilo, pronto tendrás uno, pronto serás de Avroxs.

—Y otra vez con lo mismo... ¿Qué es eso? ¿Una secta?

Ahora Alissa parece Caden, familia tenían que ser. 

—No, pero igual de peligroso y perverso —la ve de manera maliciosa.

La hago retroceder sin soltarla en ningún momento, no trabajan para Orthrus, eso es evidente, pero algo me dice que él tiene que ver en esto. Mis ojos logran captar la cabellera rojiza del jodido de Caden entre la hojas y noto a Michael por mi derecha entre el grupo hombres haciéndose pasar por uno de ellos junto con Nicholas.

Ya era hora.

Están vestidos de negro con chaquetas de cuero y llevan un pasamontañas a mitad del rostro como algunos de las ratas que nos rodean. No encuentro a Nathaniel pero se que está ahí, Alissa corre su mano logrando que nuestras palmas se toquen. Nuestros ojos se encuentran y por el movimiento en sus dedos deduzco que se ha dado cuenta.

—Maten a la chica y tráiganme al perduto —ordena Ragnar—. El líder te espera, Darren Black —se carcajea con sarcasmo al mencionar mi apellido mientras nos da la espalda. 

—Pues que siga esperado —alzo mi arma.

Michael detiene la caminata del sin ojos al apuntarle directamente en la frente. Caden y Nicholas aparecen al momento encargándose de los hombres que tenemos atrás con tiros rápidos y certeros. Me encargo de disparar con la mini glock a los que apuntan a la cabeza de Michael mientras Nathaniel aparece con un gran abrigo negro que le llega a los talones, no trae camisa. Me avienta el arma que cacho en el aire.

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