Capítulo 15

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Acuerdo

Alissa.

Detengo mi paso junto con Thomas al llegar a un salón vacío. Lo suelto mientras pienso en lo que acaba de hacer... ¡Bese a Thomas Wells! ¡Y eso no es lo peor! Si no que fue en los pasillos de la universidad; donde por ende hubo varias personas.

¡Mierda y más mierda!

Más le vale a Caden que haya aprovechado la situación, porque si no, lo golpeare hasta que quede inconsciente.

—Tengo dos preguntas, preciosa —la voz de Thomas me saca de mis pensamientos, lo volteo a ver—. La primera, ¿Por qué me besaste? y la segunda, ¿Qué hacemos aquí?

Alzo mi mirada y suspiro con pesadez.

—Te besé porque tenía que hacerlo y te traje aquí porque... —divago buscando alguna respuesta—. No sé, a hablar, creo.

El me da una sonrisa petulante, que luego cambia cuando frunce sus labios. 

—Aunque el beso fue... estupendo —suelta extasiado—. No debiste hacerlo. Bueno, no enfrente de Emily, ella está... 

—Enamorada de ti —a completo por él.

Hasta un ciego notaría eso.

—Exacto.

—Entiendo —hablo de manera comprensiva—. Aunque no te sientas de la misma manera, es tu amiga y no quieres herirla —continuo a la vez que me siento en la silla que corresponde al escritorio del profesor. Thomas se sienta encima del escritorio con su vista al frente.

—¿Por qué tenías que besarme? 

—Debía buscar una forma de distraer a las personas que caminaban por el pasillo. —respondí un poco apenada mientras poso mi mentón en las dos palmas de mis manos.

—Auch. Me siento utilizado. 

—Y de alguna manera, creo que también para vengarme —mis palabras salen por si solas.

—¿Vengarte, ¿eh? No te sabia esas mañas, preciosa —inquiere con sorna—. Celos me imagino ¿No? —asiento con la cabeza—. ¿Y de quién? Si puedo preguntar, claro.

Me queda viendo fijamente con una sonrisita y me pregunto mentalmente si puedo confiar en él. Haber, haber, haber, yo sé que gustaba de mí, más eso fue hace años y nunca paso nada. De seguro hasta ya lo habrá olvidado.

—De Darren —confieso en voz baja y la sonrisa de Thomas se borra, inquietándome.

—Queda decir que Darren no es mi hermano de sangre —me excuso rápidamente—. Así que no tiene nada de malo gustar de él.

Casi quiero rodar los ojos. De todos los hombres del mundo me tiene que gustar un completo patán, frívolo y estúpido.

—Con razón su relación siempre me pareció... extraña —admite, llamando mi atención—. Recuerdo que en la secundaria me gustabas mucho, demasiado diría yo, por cierto, gracias por notarlo —se le escapa una sonrisa—. Quería acercarme a ti, pero siempre estabas con él, hasta que un día te encontrabas sola, vi mi oportunidad y te hable, al día siguiente Darren me amenazó diciendo que me alejara de ti, sino me iría muy mal ¿¡Que loco, no!?

—¿Te amenazo? —cuestiono sin poder creerlo y un poco horrorizada. 

Thomas se alza de hombros. 

—Éramos niños, si eso a le quieres llamar amenaza está bien —suspira y prosigue—. Al principio no le tome importancia, hasta que me golpeo dejándome con un ojo completamente morado y un terrible dolor de abdomen. ¡Joder! Solo era un año mayor que yo ¿Cómo diablos tenía tanta fuerza?

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora