Capítulo 17

1.4K 106 5
                                    

Una Black

Alissa.

Soy la cotilla de todo Wingsford. Murmullos y miradas juzgadoras es todo lo que he recibido en estas dos semanas. La irritación taladra mi piel a niveles insolubles. Desde mi beso con Thomas se la pasan observándome como cuervos esperando que el león deje los restos de la gacela para poder comérselos. Y todo se intensificó ante los acercamientos de Thomas. 

No hubo falta de confirmar nada. Thomas Wells se ha tomado el papel muy en serio; almuerza conmigo, me hace reír, busca tiempo para estar conmigo, incluso me ha robado besos. Al principio fue extraño todas esas demostraciones de afecto, pero no puedo negar que su compañía me resulta agradable, aunque sea toda una falsa. Además, los rumores han corrido más rápido que las mujeres cuando hay ofertas en Jersey Garden.

¿Enserio son pareja? 

Ni que estuviera tan bonita.

Que envidia.

Ya me lo venia venir, después toda la gente guapa se junta con gente igual de guapa.

¿Qué no Emily no tenía algo con Thomas?

Hacen linda pareja.

¿Emily hará algo?

Y muchos más comentarios así recorren los pasillos de Wingsford. 

¿Desde cuándo un simple noviazgo produce tanto alboroto? 

Desgraciadamente mi vida es así. No puedo hacer ni decir nada sin la atenta mirada de las personas y todo gracias a mi maldito apellido. 

Así era en Nueva York no veo porque cambiaría aquí.

¡Es que mi vida sentimental parece más importante que los malditos asesinatos que ocurren!

—Lleguemos, preciosa —me informa Thomas y observo el lugar al que me ha traído, para según el "Hablar sin ser observados por los buitres de Wingsford"

Me abre la puerta del coche y le regaló una sonrisa. Entramos al pequeño restaurant, demasiado lindo, por cierto, absolutamente todo está hecho de madera, las flores cuelgan de los muros color caoba, la barra mantiene adornos manuales realmente hermosos y en todo el espacio que queda se encuentran varias mesitas cuadradas, con cuatro sillas de madera clara en cada perímetro.

—Pintoresco —digo al sentarme en una de las mesas.

Thomas me sonríe mientras tomas asiento en la silla de adelante.

—Este lugar en serio es muy bonito —suelto al mismo tiempo que admiro el lugar de nuevo.

—Demasiado —dice en un suspiro.

Nos miramos y desvió la mirada. Agarró la carta y mantengo la vista fija en ella, buscando algo que me llame la atención, evitando la intensa mirada de Thomas sobre mí. 

—Buenas tardes —una chica con el cabello recogido se acerca—. ¿Desean algo de tomar?

—Yo un smoothie de chocolate y avena —pido y ella asiente para anotarlo.

—Claro —se dirige hacia Thomas y sonríe tímidamente—. ¿Lo de siempre?

—Lo de siempre, por favor —afirma con una sonrisa encantadora y la chica se ruboriza.

—Va —la chica se pierde un momento en el rostro de Thomas antes de anotar—. ¿Algo más?

Thomas me ve y niego con la cabeza.

—No, eso es todo, linda —la chica le sonríe todavía sonrojada, luego se da la vuelta y vuelve a la barra. 

—Si te has dado cuenta de que le gustas ¿No?

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora