Capítulo 31

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Conjeturas

Alissa.

—Que te hagas a un lado te digo.

Darren quien parece que tiene dos jodidos ladrillos en los pies se mantiene impidiéndome el paso.

—Y yo te dije que no.

Ahogo un gritito frustrado. No he asistido a la universidad en tres días ya que este confabulo con Nicholas denegándome la asistencia hasta que según ellos arreglen las cosas, puras tonterías. 

—Entiende que todavía no es el momento. 

—No voy a esconder la cara solo porque tu me lo dices —expongo cruzándome de brazos—. Así que quítate.

No le perdono todavía lo de Thomas quien no me contesta las llamadas ni me permitió verlo cuando lo fui a visitar dejándome con la esencia de la tristeza y culpa en mi sistema. Me lo merezco. 

Doy dos pasos hacia al frente y el hace lo mismo. Nos matamos con la mirada y es que no sé donde poner estas ganas y cabreo que lo tengo.

Jo-der.

—¿Sucede algo?

Darren ahueca su mejilla con su lengua mientras repara mi rostro.

—Pregunte que si sucede algo.

Quito mis ojos de los azulados de Darren para pasarlos al rostro de mi madre.

—Para nada, estaba por irme a la universidad cuando Darren apareció para disculparse por su comportamiento en la cena.

Saco lo que obviamente es falso y mi madre lo sabe, más solo asiente con la cabeza.

—Ya veo —junta sus palmas—. Ya que los dos están aquí quería saber si nos acompañaran a su padre y a mi al entierro de Christina Wood.

La muerte de Christina en cierta forma es desconcertante, la conozco desde los seis años como a todos los Wood y nunca me imagine que acabaría así. Una parte de mi quisiera que ese maldito asesino sea atrapado por mi familia y no por la autoridades.

—No lo creo.

Darren sale de mi habitación logrando enfadarme más y no se por qué. Mi madre pone su vista en mi y yo camino para coger mi bulto.

—En serio quisiera ir, pero ya tengo planes —reviso que no me falte nada.

—¿Planes? ¿Con quien?

Es hoy. Hoy iré a esa cena y tengo que admitir que me resulta emocionante más el miedo de enterarme de algo que no pueda manejar está ahí, mortificándome.

—Con Lory ¿Te acuerdas de ella? La conociste en el evento en Wingsford.

—Oh, tu amiga de Nueva York.

La volteo a ver dándole un asentimiento con una pequeña sonrisa.

—Entonces te aviso de una vez que no hagas planes para mañana —me dirijo al espejo escuchando lo que tenga que decir—. Mañana es día familiar.

Su reflejo se deja ver detrás mío y puedo entender porque la insistencia de las personas al decirnos que somos como dos gotas agua. 

—Bueno, entonces te dejo. No quiero que llegues tarde a la universidad —me volteo hacia ella y deposita un beso en mi frente—. Cuídate y no hagas nada que no haría yo, princesa.

La escuela no ha querido hablarle a mi padre sobre lo que paso conmigo por miedo a su reacción así que por lo tanto ellos no están enterados de nada y es Nicholas quien se está encargando de todo.

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora