Capítulo 44

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Retorno

Alissa. 

Me relajo en la tina trayendo a mi mente la esporádica noche de hace unos días.

Fue un verdadero problema escaparnos de los hombres de bobee. Y usamos a nuestro favor que no tenían órdenes de dañarnos para poder perderlos por el tránsito y luego deshacernos del coche y quedarnos en un hotelucho.

Todavía recuerdo el ruido de las balas que Darren descargaba con furia. 

Fue un completo caos.  

Pero no todo fue malo, al amanecer volamos a Brasil donde compense mis ganas de fiesta y diversión yéndome de rumba en Rio de Janeiro con el amargado de Darren a mi lado, todo era tan vivaz y alegre que por un momento me dio la sensación que era otra persona, y bueno, ni hablar del ambiente folclórico.

Al siguiente día nos pasamos en la habitación haciendo uso de la caja de condones que por fin compro el maldito, cabe decir que de esa caja no sobro nada de nadita.

Una vez anocheció tomamos un vuelo a Italia donde fue sumamente divertido hacernos pasar por una pareja de recién casados con los pasaportes falsos. Todavía no sé  de dónde saco esos documentos, pero verlo en el papelito de marido cariñoso fue un completo deleite.

Ahora nos hospedamos en un hotel de Florencia donde al despertarme se había ido sin dejar rastro alguno, no voy a negarlo empecé a ponerme nerviosa ¿Y si me abandono aquí? ¿O si le paso algo? Pedí servicio a la habitación para matar el tiempo, y al final decidí tomarme una ducha para tranquilizarme.

Tomo la copa de vino que es la mesita de madera. El no pudo dejarme tirada, estoy segura de eso. Volverá, no es tan hijo de puta o al menos eso espero.

Mi familia se me viene a la mente y me tenso al pensar en mi padre, debe estar cabreadísimo y lo peor es que mañana volvemos a Blackwood, Lo hable con Darren y lo mejor es enfrentarlo de una buena vez y así evitarnos toda la perseguidera sin sentido. Ni que fuéramos niños. 

Aunque precisamente no sé qué vamos explicar o decir. Darren solo asintió y cambio de tema logrando atormentarme con los recuerdos de cierta reunión en el despacho de mi padre.

¿Esto solo es un amorío que se acabara al regresar? ¿No? Joder, todavía no quiero enfrentar la verdad. Sé que él piensa que no puede amar, querer... pero sus actos me dicen todo lo contrario.

Los ruidos de unos pasos me sacan de mi burbuja.

—¿Darren?

—Hola.

Lo contemplo sintiendo mi cuerpo menos pesado. No se fue, regreso. Ese maldito...

—¿Pero dónde carajos te metiste? ¡Me tenías preocupada!

Rueda los ojos y a continuación se quita la camisa.

—¿Qué haces?

Se encoje de hombros.

—Tomare una ducha —ladea la cabeza—. Contigo.

La piel empieza a arderme y desvió la mirada cuando empieza a abrirse la bragueta. Luego de un par de minutos lo siento posicionarse a mi espalda dejándole un poco de espacio. 

Me quedo sin habla cuando me envuelve en sus brazos sintiendo una extraña calidez con el calor de su piel.

¿Cómo lo voy a superar si se comporta de esta manera?

Deja un casto beso sobre mi hombro, sin embargo, la nariz la deja sobre mi piel sintiendo su tibia respiración sobre mi cuello removiéndome los pensamientos y dejando a flote lo mucho que me encanta este tipo de momentos cuando sonrió como una completa idiota.

DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora