Capítulo 14

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Inefable

Alissa.

Arrastro los pies por los pasillos de Wingsford con la cabeza a punto de estallar. No logro concentrarme en mis clases gracias a cierto pelinegro que no sale de mi cabeza y me siento sofocada ante el panorama que observan mis ojos. La universidad está repleta de policías interrogando a todos los estudiantes que puedan. 

Al parecer la comisaria hay puesto un toque de queda a partir de las seis de la tarde. Desde lo de Zoé ha habido cuatro asesinatos más, cabe decir que todas estudiantes de Wingsford. Mi padre esta de un humor de perro y el resto de mi familia hace todo lo que puede, pero ante las ultimas evidencias que hemos obtenido podemos distinguir que ese miserable sabe cubrir muy bien sus huellas. 

Por el rabillo del ojo derecho vislumbro pasar a Darren y mi mente sufre cortocircuito. Han pasado diez días desde lo del beso, diez días que lleva ignorándome, por cierto.

Hombre tenía que ser. 

Es que simplemente no lo entiendo, habíamos quedado en que seríamos los mismos de antes ¿No? Bueno... eso fue antes de que me besara ¿El beso cambió algo? No pues obvio que debió cambiar algo, o sea ¿Quién diablos besa alguien de esa manera y después la ignora? ¡Eso no es normal! 

Lo veo adentrarse a una de las instalaciones y tengo tantas ganas de confrontarlo y preguntarle qué carajos pasa por su cabeza. Aprieto mis puños haciéndome daño con las uñas, levanto uno de mis brazos y contemplo la visible sangre que sale de la planta de mi mano.

—Hola, hola —la divertida voz de Lory me hace esconder mi mano rápidamente. 

Ella me ve con curiosidad.

—¿Pasa algo? —me ve analítica.

Que Malory se entere sobre mi recaída es algo que no me apetece en este momento. 

—Lo mismo de siempre —me encojo de hombros—. Ya sabes.

—Darren —espeta mientras intenta retener una risita—. Alissa ¿Tú me amas? 

—Claro —contesto con confusión, ella sonríe como si estuviera a punto de cometer una travesura.

—No preguntes por qué, pero en 10 minutos ve al salón del sr Evans —exige rápidamente.

—¿Por qu...

—Shh —se lleva el dedo índice a mis labios—. No preguntes, solo Hazlo.

Ladeo la cabeza y la observo con los ojos entrecerrados.

—Bien —cedo.

—Me vas a adorar. —se alaba así misma a la vez que desaparece por los pasillos.

¿Para qué diablos quiere que vaya ahí? 

Según yo sé las clases del señor Evans es hasta dentro de unas dos horas. No le doy tantas vueltas al asunto y espero los diez minutos que me dijo para poder ingresar al aula.

Me siento en una de las butacas que hay en el salón esperando lo que sea que haya planeado mi amiga. Me inclino sobre mi asiento para posar mi brazo derecho sobre el buró y colocar mi mentón en la palma de mi mano, dirigiendo mi mirada a la puerta. Después de unos minutos la puerta es abierta y lo primero que mis ojos ven es esa melena negra seguido de esos ojos azul oscuro.

¡Maldita sea, Lory!

Darren se me queda viendo con una ceja alzada a la vez que su rostro demuestra desconcierto.

—¿Qué haces aquí y dónde están todos?... ¿Y el sr Evans?

—¿Disculpa?

—Esta mañana recibí un correo informándome que las clases del sr Evans se adelantaron.

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