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Cray



Era el primer día de Goth y sus hermanos en ese colegio de su nuevo hogar, era uno grande por lo que después de dejar a sus hermanos con sus tutores se perdió con facilidad entre los pasillos en un intento de llegar a su nueva aula.



Ya frustrado, decidió estar en una zona verde del colegio, apoyado en un árbol, hasta que sea receso y pida ayuda a alguien para ubicar su salón.



Estaba apunto de dormirse cuando escuchó el fuerte timbre del receso, por lo que se levantó de golpe algo confundido, vió como los alumnos empezaron a salir de las aulas, por lo que empezó a caminar hacia las zonas deportivas donde se reunieron más compañeros de distintos salones, se sentó en una banca algo lejos de esa zona para comer, sacó de su mochila un emparedado de atún y una caja de jugo de frutas para empezar a comer.



Veía como los alumnos jugaban fútbol y unas chicas en las orillas de la zona jugaban voley, lo de siempre, las de los grados menores jugaban a las muñecas al frente de sus salones y los de grados ya últimos jugaban cartas a escondidas de los profesores pero Goth alcanzaba a ver a unos cuantos.



A lo lejos veía a su hermanita haciendo amigas y a su hermano en la puerta de su salón.



Iba a tomar un poco de jugo cuando un balón cayó en su rostro, apretando la caja de jugo y haciendo que el líquido saliera disparado ensuciando su cara y casi ahogándolo.



Se paró de inmediato haciendo caer su emparedado que estaba en sus piernas y empezó a toser y a sobarse su mentón.



— ¡Caugh! ¡Cof! ¡Agh! — agarraba su pecho apretándolo un poco.



— ¡Por Maradona! ¿Estás bien? — un estudiante se acercó corriendo hacia él.



— ¡¿Q- ¡Cof! ¡¿Qué rayos les pasa?! — dijo ya dejando de toser.



— ¡Perdón tiré el balón muy fuer-



El contrario debo de hablar gracias a una cachetada proviniente de Goth, nunca había golpeado a nadie, nunca había tenido ese arranque de ira.



— ¡A ver si así aprendes a manejar tu pelota! ¡Idiota mongólico! — apretó sus puños.



Se escuchó el típico coro de "Uhhhh" por parte de ellos que estaban jugando.



— ¡Y-ya dije que lo siento! — intentó segur al menor que ya estaba camino a la zona verde de dónde misteriosamente salió.



— ¡Sólo deja de molestar y vete! — dijo tomando asiento a los pies el árbol.



— ¡Oye! Vamos, fue un accidente, si quieres te presto una remera, tengo una para educación física extra, te puede servir — dijo con más calma.



— Ugh... No me vas a dejar en paz, ¿verdad? — ya estaba frustrado, pero se empezó a calmar un poco.



— ¡Si quieres te la traigo! — ofreció.



— ¿De qué grado eres? — preguntó con un ligero so rojo de vergüenza y con la voz ya tranquila.



— Oh, soy de 4to B. — se quedó viendo el rostro del contrario.



Pecado [Poth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora