Fue en su escuela cuando ambas miradas se cruzaron.
Goth era un estudiante nuevo en ese colegio Cristiano, por lo que se tuvo que presentar al empezar la clase. Cuando terminó y fue a tomar asiento, empezó a observar a sus nuevos compañeros, haciendo que Palette y él cruzarán miradas.
El de pupilas de estrellas quedó encantando por sus cuencas, una vacía y la otra con una pupila que brillaba como si reemplazará el brillo que faltaba en su otra cuenca. Algo, para Palette, simplemente maravilloso.
Pero fue pasajero al saber que Goth era hombre.
Esas mariposas en el estómago se volvieron en todo lo contrario al saber ese detalle.
Después de clase, al llegar a su casa, no le dijo nada a su padre y fue hacia la Iglesia a cumplir sus labores como discípulo del Padre.
Pero antes de irse, se confesó...
Se acercó al Padre Bartolomé que estaba orando frente a la imagen de Cristo, y le habló.
—Padre Bartolomé...
—Palette, pensé que ya te habías ido a casa, ¿qué pasó, hijo mío?
—Padre, yo... Pequé...
—Oh, vaya... Ven... —El Padre Bartolomé empezó a caminar por los pasillos del templo alejándose de la imagen de Cristo Redentor, mientras estaba siendo seguido por Palette.
—Dime... ¿Cuál fue tu pecado?
El menor empezó a jugar con sus dedos cabizbajo.
—Y-yo... Me sentí extraño al ver un a un compañero nuevo en la escuela...
—¿Lo odiaste?
—N... N-no...
—¿Entonces?
—... Creo que... Me gustó...
El Padre se detuvo de golpe y volteó a ver a su pequeño discípulo.
—Oh... Palette... Hijo mío... —Se agachó hasta la altura del otro y le tomó del hombro. —Escucha... Está mal eso... Y lo sabes, pero sé que podrás salir de esto... Te recomiendo que se lo digas a tu padre, creo que él está en mejor posición de hacer algo que yo... Pero de todas formas vé y reza.
—E... Está bien, Padre...
El menor se alejó del mayor y fue hacia la imagen de Cristo, arrodillándose y orando un Padre Nuestro y un Ave María, se iba a ir, pero volvió a arrodillarse y por último rezó un Credo, después, se fue a su hogar intentando calmarse.
No le dijo nada a su padre porque pensó que ya era tema del pasado, pero sabía bien que debía de evitar cualquier contacto con ese niño desde mañana, para siempre.