× Pesadillas ×
Otra nueva mañana de Lunes, un día que sería como cualquiera si no fuera por el hecho de que era el primer Lunes en el que era amante de Goth.
Palette se despertó a su hora habitual y se vistió con su sotana, hablaría con su padre antes de dar su Misa.
. . .
— ¡Padre! ¡Buenos días!
El mayor se despertó con algo de pereza para ver a su hijo.
— Oh... P-Palette... Que bueno que estés aquí, buenos días.
— ¿Cómo estás? ¿Todo bien? — se sentó en la cama del mayor a un lado de este.
— Oh, si, no hay nada de que preocuparse por ahora, mi niño — tomó la mano del menor.
— Que bien, padre. Podr-
La puerta fue abierta con rapidez dejando a ver a un esqueleto con camisa blanca y pantalón, zapatos, corbata y correa negra, llevaba en mano un maletín marrón y una chaqueta negra. Estaba sudoroso y agitado.
— ¡¿Dream?! ¡Oh, Dios mío! ¡Aún sigues bien! — caminó hacia la cama del mayor, pero Palette se interpuso.
— Disculpe, pero, ¿quién es usted? — su mirada era de desconfianza.
— Cross... — ese fue el nombre que salió en un hilo de voz de la boca de Dream.
— ¿Uh? ¿Qué dijiste, padre? — volteó a ver al mayor.
— ¿Padre? Espera, ¿tú eres Palette? — señaló al menor con asombro.
— Eh, si, Palette Joku.
— P-Palette... ¿Podrías... Salir un momento?... Por favor... Hijo...
— ¿Estás seguro, padre?
— Jeje, bueno, es obvio que ya ni me recuerdes, eras un bebé en ese entonces... — desvío la mirada.
— ¿Bebé?
— Por favor, Palette, es un... Viejo amigo, me gustaría conversar con él...
— Mmm... E... Está bien... — con paso lento salió de la habitación de su padre y fue a ver a su tío, puede que él tenga respuestas.
— ¿Tío Nightmare?
— Pasa...
El menor entró, su tío ya estaba con la vestimenta de la Misa.
— Oh, ¿l-la vas a dar tú?
— Sí, ya estabas tardando, ¿qué pasó? — dijo mirando a su sobrino.
— Ah... Un tal "Cross" vino a ver a mi padre... ¿Tú lo cono-
— ¿Cross? ¿Cross Jakei? — su mirada estaba confundida.
— Eh, supongo... Entonces, ¿si lo conoces?
— Me sorprende que esté aquí... Después de tanto tiempo... Ve a vestirte para la Misa, necesito hablar con él.
Así tal como estaba vestido el mayor salió de su habitación hacia la habitación de su hermano, parecía apurado, pero Palette decidió ignorarlo y hacer lo que le dijo.
. . .
— No, no, no... Por favor, no...
Goth se veía en el espejo de su baño, el encuentro que tuvo ayer con Cray había dejado marcas alrededor de su cuello que no tenían intención de desaparecer por un gran lapso de tiempo.
Estaba frente al lavadero pasándose el jabón por su cuello una y otra vez, no le gustaba tener esas marcas, ¿qué diría Palette?
No sabía que Cray podía llegar a hacer eso, nunca pasó por su cabeza, además que lo de ayer lo tomó de sorpresa.
Dejó el jabón en su lugar y se vió en el espejo, las marcas seguían ahí.
— ... Ugh... — fue a su habitación y secó su cuerpo, se vistió y se puso su bufanda.
Fue a la pequeña habitación de trabajo de Cray y tomó un lápiz y una hoja, haciendo otra carta para Palette.
Terminada la carta salió con algo de duda al frente de su casa para dejarlo en el buzón, pero tenía miedo de que llegara a las manos equivocadas.
Como una señal del destino, cual paloma blanca, cual milagro de Jesús, Frisk estaba pasando por ahí montando bicicleta.
— ¡Frisk! ¡F-Frisk! ¡Espera! — agitó sus brazos y corrió detrás de la menor.
— ¡¿Pero qué?! ¡¿Goth?! — se detuvo y esperó a que el mayor la alcanzará.
— ¡Qué bueno que estás aquí! ¡Por favor! ¡Necesito que le des está carta a Palette! ¡Es m-muy urgente! ¡Si deseas te pago! ¡Pero por favor, lleváselo!
— ¡Wow! ¡Tranquilo! No hay necesidad de que me pagues, ¿es muy urgente? — tomó la carta en sus manos y lo guardó en su bolso.
— ¡Sí! ¡Es demasiado urgente! — juntó sus manos en modo de súplica.
— Bueno, bueno, iré — dió media vuelta con su bicicleta y se fue.
— ¡Muchas gracias!
. . .
Después de la Misa, Palette estaba vistiéndose con su sotana para ir a desayunar, hasta que Frisk irrumpió en su habitación.
— ¿Ahora que pasó?
— Necesito alas y una aureola. — se acercó a la cómoda y dejó la carta encima.
— ¿Qué? ¿Por qué? — volteó a verla divertido.
— Para ser la mensajera del amor, es una carta de Goth, dice que es urgente y-
— ¡Padre Palette!
— ¿Madre Teresa? ¿Qué sucede?
— ¡Otra caída de magia! ¡Es su padre!
— ¡¿Qué?!
Palette dejó todo lo que estaba haciendo y corrió hacía la habitación de su padre, no estaba listo para perderlo, aún no.
