Intentó lo mejor que pudo, pero no logró alejarse de Goth.Era como si fuera un imán para él. No soportó verlo sólo, sentando en una banca y comiendo de su lonchera el segundo día de escuela, por lo que se acercó a él y ya ni se dió cuenta cuando fue que se quedó perdido en la sonrisa del que era menor que él solo por unos meses.
Desde ahí, supo que ese joven que lo hacía confundir y según él, pecar, se llamaba Death, Goth Death.
Otra vez, la misma rutina de ayer, solo que está vez no le dijo nada al Padre Bartolomé, por vergüenza, y solo rezó antes de salir de la Iglesia.
Pensaba en decirle a su padre, pero no pudo, porque justo cuando ya tenía todo el valor suficiente de hablar, su padre comentó la siguiente oración...
—Estoy tan orgulloso de ti, hijo, no me sorprendería que llegues a ser cura.
Su valor se fue al caño después de ello. Era el orgullo de su padre y no quería decepcionarlo, por lo que solo calló otro día más.