× Cartas ×
Después de la pequeña reunión en la oficina, la pareja de futuros esposos y Palette quedaron en reunirse mañana en una cafetería cercana al hogar de los Death para seguir hablando el asunto del matrimonio.
Con ya nadie en la oficina, el joven cura salió a los pasillos del convento en dirección a la habitación de su padre, este tenía cosas que aclararle.
—¿Se puede?
—S... Si...
Palette entró y observó a su padre revisando el correo que llegaba a la Iglesia, donaciones más que nada.
—Padre-
—Nos han estado mandando mucho dinero... ¿Qué haces con todo?
—Padre, tú lo sabes muy bien, lo utilizo para comprar el alimento y algunas cosas para las celebraciones, el resto es para la caridad.
—Oh...
—Padre... — el menor se fue acercando a su mayor, se arrodilló al costado de la silla de ruedas y puso sus manos sobre la mano izquierda de Dream que reposaba en las barras de maderas laterales de la silla. —Tú recibes las cartas, ¿cierto?
Ante esa pregunta, el de tercera edad mantuvo contacto visual con su primogénito.
—Si, ¿por qué?
—Bueno... ¿Recuerdas a mi amigo de la escuela?
—... ¿Death?
—Si, Goth Death...
—Ah... ¿Qué pasó con él? — las manos de Dream empezaron a temblar y su rostro sudaba.
—Mmm... Tú... Por casualidad... ¿No habrás recibido cartas de él?
—¡Por su supuesto que no! — empezó a exaltarse y a tomar una actitud enfadada y escandalosa — Además, ¿por qué aún no olvidaste a ese niño? Pensé que ya lo habías superado.
—¡Sí! Sí lo hice, padre, es solo que-
—¡Nada! ¡Es solo que nada! ¡Ya no debes de ni siquiera recordar ese nombre! ¡Los Death no deben de existir para ti!— dirigió su vista a las cartas que reposaban en sus muslos y las agarró con fuerza — ¡Ahora fuera que debo de seguir revisando el correo!
—... Está bien, padre...
El hecho de que Palette sea el cura de la Iglesia no significaba que debía de faltarle el respeto a su padre.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
Era un mandamiento del Señor, por lo que no podía desobedecer.
. . .
Cuando ya Dream se quedó solo, abrió el último cajón de su cómoda con ayuda de una llave que siempre guardaba en el primer cajón.
En ese cajón habían varias cartas, todas con señales de haber sido revisadas y cerradas de nuevo, con distintas fechas desde el año 1978 hasta el año pasado, todas estaban colocadas en orden según el año, a excepción de una que estaba encima de todas, era del año 1979, se notaba que esa carta era la que tuvo mayores revisiones a comparación de las otras.
Dream la tomó en sus manos y la abrió, dándole una vistaso y pasando su mirada por palabras clave que ya sabía con exactitud dónde estaban.
Abrazó la carta y no pudo evitar soltar un par de lágrimas cristalinas.
Junto con las lágrimas, unas cuantas palabras salieron de su boca en un diminuto hilo de voz.
"Mi niño... Perdóname..."