× Contratiempos ×
Al llegar al frente de la habitación de su padre, se encontró a su tío y al señor llamado Cross discutiendo mientras que las monjas entraban para atender a Dream.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! — Palette se acercó con paso autoritario hacia los mayores.
— ¡No quiero que esté...! Engendro... Esté aquí. — dijo Nightmare recuperando la compostura.
— ¡Tengo derecho de ver a Dream!
— ¿Qué clase de derecho tienes sobre mi padre?
— ... No lo entenderías...
— Soy un adulto, no es necesario que me tengan al margen. ¿Saben si mi padre ya está bien?
— Las monjas están haciendo todo lo que está en sus manos...
— ¿Pero por qué no llaman una ambulancia? — en su voz se notaba la preocupación.
— Pensé que tú eras él que más aceptaba el hecho de que si el Señor va a llevarse a alguien, no podemos interponernos ante su voluntad. — esto fue dicho por el mayor hacia su sobrino con total serenidad, parecía que lo único que le afectaba fuera el hecho de que el esqueleto de cicatriz estuviera con ellos.
— ... Pero-
— Pero nada, Palette, las monjas harán lo que pueden, si no lo logran, solo nos queda aceptarlo.
— ¡¿Pero qué clase de personas son ustedes?! — el grito de Cross resonó por todo el convento — ¡Tenemos todo a nuestra disposición para ayudar a Dream! ¡Si podemos salvarlo es por algo! ¡¿No lo crees?! ¡¿Qué clase de Iglesia es está?! ¡Nunca oí algo parecido a la estupidez que acabas de decir!
— Señor Jakei, si no vas a aceptar nuestra manera de pensar, retírate, y nunca vuelvas si es posible. — el mayor cruzó sus brazos y cerró sus cuencas para disimular el líquido negro que amenazaba con salir de estas.
— ¡Ni creas que voy a irme!
— Señor Cross le pido que no alce la voz. Ahora las monjas no deben de preocuparse de otra cosa que no sea mi padre.
— Ngh... Estoy seguro que están solo paradas viendo cómo Dream agoniza. — esa idea hizo que el mismo se retuerza.
De un momento a otro, Cross corrió a la puerta de la habitación con intenciones de entrar, pero fue detenido por Palette que lo sostuvo de los hombros con sus brazos.
— ¡No puedes entrar! ¡¿En qué estás pensando?!
— ¡Necesito verlo! ¡Tengo muchas cosas que aclararle! ¡Tengo muchas cosas que no puedes entender y-
— ¡BASTA!
Unos tentáculos rodearon a Cross y lo alzaron a una altura considerable del suelo, su cráneo estaba rozando el techo.
Nightmare estaba cubierto de una sustancia negra, parecía brea.
— Palette, vete de aquí, yo ya te avisaré de cualquier cosa. Ahora, largo.
Ante está escena el menor obedeció, sus piernas apenas pudieron responder, nunca había visto a su tío de esa forma.
Al ya entrar a su habitación, se recostó en su cama, estaba muy preocupado por su padre, en verdad no estaba listo para perderlo.
Se sentó y su vista recorrió la habitación, deteniéndose encima de la cómoda, exactamente en la carta que Frisk le trajo por parte de Goth.
En verdad no tenía ganas de salir del convento sabiendo como estaba su padre, además, no creía que fuera de mucha importancia, por lo que solo lo ignoro y se acostó en su cama, dormir no le vendría mal.
. . .
Al despertar ya era la hora del almuerzo, había pasado su Misa de la tarde, algo que no le preocupo mucho.
Se puso de pie y salió de su habitación en dirección a la habitación de su padre, ya no había casi nadie alrededor.
Entró y lo vió, estaba durmiendo y su respiración era lenta y delicada, al parecer estaba débil.
Se acercó de puntillas hasta estar en el borde de la cama, no le gustaba ver a su padre así.
— Padre... — estaba hablando bajo — Sé que vas a mejorar... Aún no te vas a ir, padre... — se arrodilló frente a la cama y recostó su brazo en esta seguido de su cráneo — Sé que te van a quedar varios años más de vida... — tomó la mano de su padre — Sé que vas a sonreír como siempre lo haces... Sé que aún no me vas a dejar sólo... Tal vez ya sea un adulto, pero... — las lágrimas y empezaron a bajar por sus mejillas — Yo aún te necesito... T-te necesito más que a nada... Padre... P-por favor... — su voz se quebró — N-no me dejes... No ahora...
Escondió su cráneo entre sus brazos, sus sollozos no tardaron en escucharse, apegaba su boca a la cama para intentar hacer el menor ruido posible, no quería ser escuchado.
. . .
Las horas pasaron, pero nunca llegó.
¿Le habrá llegado la carta? ¿Y si Frisk la perdió en el camino?
¿Y si no le importó?...
Varias dudas invadan la cabeza de Goth, necesitaba de Palette, pero no venía y tampoco tenía ganas de salir por el miedo de que alguien notara esas marcas que salvajemente su futuro esposo le dejó.
Quería guardar su preciada virginidad para Palette, y así lo hizo. Pero quería que él fuera el único que disfrutara de ello, no Cray.
No entendía por qué el segundo fue tan brusco y descuidado ayer.
Tenía miedo, tenía tantos sentimientos encontrados.
Ya no quería estar con Cray, quería que Palette estuviera con él ya si es posible escapando de todo.
Pero ese era el problema, todo estaba alrededor de Palette, si dejaba pronto el convento o no, si quería incluso estar con él, todo era a su alrededor.
Y eso era lo que el mayor no se daba cuenta, e incluso estaba ignorando ese hecho.