× Realidades ×
-¡¿En qué estabas pensando al tirar el café a Cray?!
-No, ¡tú en qué estabas pensando al tomar las manos de Goth y acercarte con indecencia a él!
-¡Él fue el que hizo todo eso!
Frisk dejo de caminar y volteó a ver a su acompañante con una mirada molesta y sus manos en la cintura.
-¡¿Y tú por qué no lo alejaste?!
-Ah...
El mayor se puso nervioso por tercera vez en el día.
-¡Ustedes parecían los futuros esposos! ¡¿Qué hubiera pensado Cray si los veía así?! ¡Deberías de agradecerme!
- Baja un poco la voz, Frisk...
-¡Hmp!
Estuvieron en silencio hasta llegar al convento, cada uno se fue a su habitación, otra para descansar y el otro para pensar y cambiarse de ropa con su sotana.
Frisk tenía razón, ya no podía pensar en esas cosas, en especial porque Goth va a casarse pronto y él ya es un cura, decepcionaría por completo a su padre y su madre, que en paz descanse, ya no podría tener paz ni al lado del Señor.
Esa era su realidad.
. . .
- Tu ropa ya está tendida, amor.
- Muchas gracias, Gothy, aunque debí de lavarlo yo.
- No te preocupes, tenías que ducharte.
- Y... ¿A dónde te gustaría ir a almorzar?
El menor miró con disgusto al contrario, pero en forma de juego.
- ¡Hoy no! ¡Hoy ambos vamos a cocinar como la linda futura pareja de esposos que somos! ¿Entendido?
- Pero sabes que no somos grandes expertos culinarios, Gothy.
- Pero hay que intentarlo, no nos cuesta nada.
- Si nos cuesta.
- ¿Qué cosa?
- La casa, podríamos incendiarla.
Goth río con dulzura miró divertido a su pareja que estaba vistiéndose.
- Bueno, iré picando las verduras, te apuras.
- Está bien, cariño.
El menor bajó y caminó hasta llegar a la cocina, se puso un delantal rosa que colgaba de la pared y se acercó a la alacena para buscar el cuchillo y la tabla de picar.
Por su mente pasaba el futuro que siempre buscó, dónde tenía la familia que quería y era feliz, teniendo un anillo en su dedo anular y siendo aceptado por la sociedad.
Ese futuro estaba cada día más cerca de cumplirse, lo bueno es que tenía un aliado, que lo ayudaría en las buenas y en las malas.
Ya el día estaba cerca.
La realidad que quería estaba cerca.
