× Desencuentro ×
Al día siguiente, después de desayunar y de que su tío diera su Misa, fue hacía la dirección tallada en el ataúd de su padre, tomó prestada la bicicleta de Frik y fue con apuro.
Al llegar vió solo una casa normal y corriente, pero muy linda.
Se bajó de la bicicleta y la apoyó en un poste de luz al frente de la casa, se acercó a la puerta, se escuchaban gritos dentro de la casa que se acercaban cada vez más a la puerta, eran de una mujer.
— ¡MALDITA SEA, TÚ Y TU PUTO TRABAJO! ¡NI SIQUIERA ME DAS TIEMPO! ¡¿PARA ESO ME DAS DOS PUTOS ESCUINCLES?! ¡NECESITO ATENCIÓN, IMBÉCIL! ¡SI TÚ NO ME LA DAS, PUES YO LA VOY A BUSCAR, IDIOTA! — abrió la puerta y se encontró con Palette — ¡¿Qué quieres?!
— Ah... N-no yo solo... — retrocedió un poco por lo intimidante que era esa señora esqueleto.
— ¡Si no quieres nada puedes hacerte a un maldito lado! — tomó el hombro de Palette y lo apartó, caminando a Dios sabe dónde.
— ¡Error, espera! — un esqueleto mayor con mancha en la mejilla salió, iba a seguir a la esqueleto azabache pero su mirada se encontró con la de Palette.
— ... Uh... Buenos días... Ah... Perdón si vine en un mal momento pero... Eh... Mi... Madre me mandó a esta dirección... Supongo...
— ... ¿Palette?...
— ... — el menor observó mejor su rostro, su pupila derecha antes estaba como un signo de exclamación, ahora estaba como un rombo rosa, era cambiante — ¿Conoces a mi madre?
El mayor se arregló un poco la ropa y se puso firme, estaba agitado pero se le pasó, por un momento una idea pasó por su mente, era egoísta, pero no sabía que más hacer, todo en esa casa era puro griterío.
— ... Dream... ¿Cómo está él? Hace... Años que no lo veo... — dijo mirando al suelo.
— Falleció... Ayer...
El alma de Ink sintió un punzón, por lo que su expresión cambió a una de incomodidad, dolor y tristeza, y su pupila se puso en una forma de círculo azul.
— ... Vaya...
— ¿De qué conoces a mi madre?...
— Palette... Lamento el día... En el que los dejé ir... Me lo merecía... Ahora merezco todo por lo que estoy pasando... Me lo merezco más que nada... Soy Ink, Palette... Soy tu padre... — alzó su cráneo y mantuvo contacto visual con su primogénito, con completa resignación.
— ... ¿P-
— ¡Padre! — un joven esqueleto azabache con lentes, uniforme y mochila de colegió de aproximadamente 14 a 16 años se acercó con velocidad hacia los adultos junto con otro esqueleto azabache con lo que parecía tinta en su cráneo de casi la misma edad y con uniforme y mochila colegial.
— ¡Chicos! Un momento... — se acercó a sus hijos con sus brazos en su cintura, su pupila cambió a una estrella — ¿Otra vez llegaron tarde?
— Si... ¡Pero fue por culpa de Gradient! ¡Podíamos cruzar tres calles seguidas en segundos!
— ¡Pero los semáforos estaban en rojo! ¿Y si un carro de imprevisto pasaba? — volteó a ver a su hermano.
— Ugh...
— Ya, niños, tranquilos, su madre... Salió a comprar unas cosas.
— ¿Otra vez? — el de tinta miró a su padre algo cansado de lo mismo, había visto en primer plano lo que sus padres se decían y peleaban.
— ... Solo pasen, y ya cambiense, saluden... Se llama Palette.
Ambos jóvenes saludaron al cura y entraron a su hogar yendo hacia sus habitaciones, Palette solo los observaba con cierta envidia.
— ... Tus hermanos... Supongo...
— Si... Mis medio hermanos.
