Caer en la tentación

XIV

Era obvio que el padre Gabriel lo sabía. Él totalmente estaba evitando mirarla.

Leonie se sentía miserable.

Incluso cuando contestó correctamente a una pregunta, su respuesta fue corta y sus ojos apenas la miraron antes de moverse a alguien más.

"¿Qué paralelismos de la vida real inspiraron a Miller cuando estaba escribiendo El Crisol?

Nadie levantó su mano y la mayoría parecían estar en blanco. Así que Leonie levantó la suya y como nadie más lo hizo, Gabriel de mala gana la eligió para contestar.

"El auge del macartismo y la caza de comunistas en los Estados Unidos."

"Muy bien." su rostro no mostró ninguna emoción mientras decía eso, si algo había una leve irritación en su tono. Él se giró inmediatamente a la pizarra anotando "Paralelismo político: Macartismo."

Leonie deseó no haberse molestado en contestar.

Incluso Mai notó la actitud del profesor de inglés. "¿Qué le pasa al padre guaperas hoy? Parece estar de mal humor"

Gabriel no solo estuvo seco con Leonie, estuvo serio durante toda la clase y no sonrió ni una sola vez. Esto al menos fue un alivio ya que desvió la atención de Leonie. Sin embargo, todavía se notaba que él no era amable con ella.

Ella no podía esperar a que la clase terminara para coger sus cosas lo más rápido posible y así poder escapar de ahí.

Pero mientras Suki pasaba a su lado con sus dos compinches, ella sonrió satisfecha a Leonie y murmuró: "Supongo que alguien ya no es la favorita del profesor."

Leonie la ignoró pero Mai le dio un fuerte empujón con el codo, casi enviándola al suelo y haciendo que se le cayeran las carpetas que llevaba.

Suki la fulminó con la mirada. "Mira por dónde demonios vas."

"Oh, lo siento." dijo Mai, fingiendo remordimiento. "¿Te tropezaste con el palo que tienes metido en el culo?" Entonces ella agarró a Leonie y la llevó por la otra dirección. "Salgamos de aquí".

"Supongo que todo el mundo tiene un mal día a veces." dijo Figgy mientras caminaban hacia el comedor para almorzar. "Tal vez recibió malas noticias de casa o tiene un dolor de cabeza." Ella era una chica amable y prefería adoptar un enfoque comprensivo.

"Él está sexualmente frustrado." dijo Mai. "Todos los sacerdotes lo están. El celibato es algo completamente antinatural."

"Aunque es bastante noble, ¿no lo crees?" preguntó Figgy.

"No, yo creo que es estupido." dijo Mai. "¿Cuál es el punto de tener impulsos si se supone que debes pasar toda tu vida resistiéndolos? ¿De todos modos, de qué sirve eso? Podrías gastar todo ese esfuerzo en algo que vale la pena."

Harry concordó con ella. "Otras denominaciones de la iglesia se las arreglan muy bien con el clero casado. Es completamente antinatural forzar a una persona a suprimir ese lado de la vida. ¿Cómo pueden entender lo que es para sus feligreses si nunca han hechado un buen polvo?"

Leonie se quedó con la boca abierta al escuchar a Harry decir eso. Ellas eran tan brutas, estas chicas británicas. Sonaba aún más abrupto con el acento inglés de clase alta de Harry.

Ella se preguntaba si el padre Stephen o el padre Gabriel habrían echado un polvo de cualquier tipo, bueno o malo. "¿Crees que ellos lo intentan primero antes de tomar sus votos?" preguntó.

"Serían tontos si no lo hicieran," replicó Harry. "Ellos deberían hacerlo un requisito antes de comprometerse al celibato. Imaginate renunciar al chocolate antes de probarlo. Te volverías bastante loco, viendo a otras personas comerlo y torturándote y preguntándote cómo será."

Esto se convirtió en una conversación sobre si sería peor renunciar al chocolate o al sexo, pero Leonie se desconectó. Seguía preguntándose sobre el padre Gabriel y si él había tenido novia antes. Era tan atractivo que ella apenas podía creer que no. En su instituto toda chica soltera habría querido salir con él, si hubiera sido un alumno más.

Pero él no era un alumno. Era un profesor y un sacerdote, y estaba totalmente prohibido.