XI

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A Leonie le estaba costando concentrarse. Se suponía que debía estar escribiendo su carta semanal a casa, algo que los estudiantes debían hacer.

"Estoy segura que las monjas las abren y las leen," dijo Mai. "Así que no te molestes en contarles sobre el hambre, las golpizas y las sesiones diarias de tortura."

"¡Mai!" Figgy protestó. "En realidad no es tan malo."

"Si no llamas a la Ley de Hess y el ciclo de Born Haber una forma de tortura severa, entonces no sé que es." dijo Mai. Ella había estado luchando con los deberes de química durante la última hora. Leonie y Figgy habían disfrutado de un rato mucho más fácil escribiendo sobre Caravaggio y su uso de la luz para un trabajo de historia del arte. Ellas compartieron notas y la parte más difícil fue hacer los dos trabajos lo suficientemente diferentes.

Leonie ya había hecho mates antes gracias a Harry, que parecía tener la mente de un genio cuando se trataba de trigonometría.

Ahora Leonie estaba escribiendo su carta pero en lo único que podía pensar era un par de penetrantes ojos azules y esa sonrisa repentina.

"Queridos Mamá y Papá,

Me instalé aquí y tengo unas compañeras de cuarto geniales. Las clases están yendo bien.

He conseguido un papel en la obra de la escuela. Espero que estéis bien y os echo de menos, Leonie."

Eso era todo lo que había conseguido. ¿Qué más había para contar?

Mai estaba mirando por encima de su hombro. " Creo que te refieres: "las mejores compañeras de cuarto de todos los tiempos". Y ¿qué es eso de "un papel en la obra de la escuela"? Tienes el papel protagonista. Deberías estar gritando sobre eso. ¿No estarán orgullosos?"

Leonie pensó que era hora de confiar en ellas. "Ellos no están contentos con mi plan de hacer teatro. Ellos quieren que me gradúe en derecho o en dirección de empresas o algo así."

"¿Es por eso que te han mandado aquí?" preguntó Figgy.

"Más o menos." No era por eso, pero Leonie no quería meterse en todo eso ahora. "Mi madre piensa que es una carrera muy arriesgada. Demasiado incierta."

Harry dejó su bolígrafo. "Ella tiene razón. Lo es. Pero eso no significa que no valga la pena intentarlo, alguien tiene que tener éxito en eso."

Harry no hablaba a menudo así que cuando lo hacía, decía algo más profundo.

"Supongo. Aunque me hace dudar de mi misma. Y la universidad en Estados Unidos no es como aquí, es mucho más cara. Si ellos no me ayudan a pagarla tendré que endeudarme muchísimo y luego pagarlo con un salario de camarera...podéis imaginaros lo fácil que sería."

Figgy, quien había estado ordenando su armario, se giró hacia Leonie. "¿Por qué no estudias aquí entonces? Podrías ir a la escuela de arte dramático de Londres, RADA como la llaman, o algún otro lugar."

Leonie nunca lo había considerado. "Aunque tendrías que ser británica, ¿no?"

Figgy se encogió de hombros. "No veo el porqué. En todas partes aceptan alumnos internacionales."

Mai tenía una sonrisa malvada. "Tu único problema sería compartir habitación con Suki Laverne. RADA es su sueño." Ella y Figgy se fueron ya que tenían que recoger algo de la clase de Biología.

Leonie dobló su carta. Se sentía abatida pero no podía comprender por qué. Ella todavía estaba teniendo ese intenso sueño por la noche y no estaba durmiendo bien.

"¿Te encuentras bien?" le preguntó Harry, su mirada parecía preocupada. Leonie todavía encontraba raro que Harry fuese una Lady, ella siempre parecía estar con los pies en la tierra.

"Supongo. Solo demasiadas cosas en mi mente," le dijo Leonie.

"Cuando necesito aclarar mi cabeza voy a confesarme" le dijo Harry.

Leonie estaba sorprendida. "Eres super religiosa entonces?"

Harry se rió. "Para nada. Es simplemente todo muy pacífico allí y alguien te escucha pero no puede decir ni una palabra. El secreto sacramental tiene sus ventajas. Ellos no pueden romperlo incluso si confiesas un asesinato. Algunas veces he confesado cosas que no he hecho, sólo por diversión."

Sus ojos estaban brillando maliciosamente. Leonie estaba en shock, ella podría esperar eso de Mai pero no de Lady Harriet: la capitana del equipo de lacrosse. "¿No les causaría eso problemas?"

"Que va. Me imagino que es entretenimiento para ellos. No confieso un asesinato ni nada por el estilo. Una vez confesé que había robado el sujetador de la madre Benedicta y lo había atado a un árbol. Más tarde ese día vi al padre Stephen hurgando por los jardines mirando a los árboles, obviamente esperando encontrarlo antes de que se convirtiera en un escándalo."

A pesar de todas las cosas malas que Leonie había hecho en toda su vida, Leonie no se podía imaginar mintiendo en un confesionario. Pero aún así, ir a confesarse era una idea. Ella no había estado en uno desde que era muy pequeña. Podría darle un poco de tranquilidad.


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Espero que disfrutéis de como va yendo la historia.

Un abrazo a todos!

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora