Gabriel, todavía molesto por el papel de docente que se le había encomendado, había hecho la mínima preparación posible para sus clases. Él había obtenido la mayor parte de la información sobre El Crisol del prólogo del libro, que apenas había ojeado, y de su escaso conocimiento de la obra.
Ahora, después de la clase, se encontró a sí mismo intrigado por saber más al respecto. No era un libro que él había estudiado en el colegio o universidad. Las chicas habían respondido muy bien, con preguntas inteligentes e ideas interesantes. Él les debía más que ser poco entusiasta en su clase.
Aunque había otra razón también. Esa chica, esa voz.
Él no podía sacarla de la mente.
Leonie Wilson. Ella y la otra chica, la irritante, ambas tenían un claro talento para la actuación.
Él estaba todavía pensando sobre la lectura mientras caminaba a través del patio, cuando se le unió la hermana Joana, también la jefa de estudios. Una mujer agradable y sensata de unos cincuenta y tantos, tenía los ojos grises y era lo bastante astuta para saber que un profesor joven y atractivo habría causado un mayor interés entre las chicas. Independientemente de su condición de sacerdote.
"¿Cómo ha sido su primera clase, padre Gabriel?" le preguntó ella.
Gabriel no estaba seguro cuál sería la mejor manera de contestar. "Diferente de lo que había esperado." Le dijo honestamente.
"Interesante. Confío en que las chicas se comportaron. Ellas pueden ser revoltosas con los nuevos miembros del personal."
Ellas no habían sido para nada revoltosas. "Ellas parecían bastante inmersas en el texto."
La hermana Joana frunció el ceño. "¿Estáis leyendo El Crisol no?" le preguntó.
"Si" no es el texto más apropiado para una escuela convento, pensó Gabriel.
"¿Sabías que se supone que el último curso debe hacer una obra de teatro? Nosotras lo alentamos, para darles a las chicas una idea de la dimensión teatral de los textos que están estudiando. Normalmente hacemos lo que sea de Shakespeare que esté en el programa de estudios, pero me preguntaba si en este curso quizás podríamos probar algo más contemporáneo. ¿ Cómo te sentirías sobre sobre coproducir El Crisol para la actuación de las de último curso?"
Gabriel tuvo de repente una imagen de Leonie en el escenario, lanzando violentamente acusaciones de brujería alrededor. "¿Coproducir?" le preguntó, tratando de mitigar la atractiva imagen formada en su cabeza.
"La hermana Rosalinda, que enseña historia del arte, tiene experiencia en estudios teatrales, aunque no es una asignatura que ofrecemos aquí. Sus habilidades son muy útiles para nuestras producciones escolares, pero es bastante trabajo para hacerlo sola. Si tienes tiempo suficiente para ayudarla estoy segura que estaría muy agradecida." le dijo la hermana Joana.
Gabriel no estaba seguro de si quería renunciar a algo de su tiempo libre ya que había planeado usarlo para trabajar en su tesis. Pero sintió que la petición de la jefa de estudios no era algo que se pudiera rechazar.
"Estaré encantado de discutirlo con ella." le dijo a la hermana Joana.
La monja sonrió. "Está todo arreglado entonces. Puedes arreglar un horario de ensayo con ella y empezar a hacer el casting la semana que viene."
¿En qué se había metido? Si este era el plan de Dios para su carrera, era uno bien extraño. Gabriel pensó que el remoto y tranquilo lugar podría ser su recompensa por tener que enseñar a un montón de chicas privilegiadas. Pero ahora parecía que también iba a sacrificar sus horas libres.
Aunque cuando pensó en escuchar a la chica americana, ver las emociones en su rostro mientras lee las líneas y evocando el espíritu del personaje, se encontró a sí mismo menos reacio sobre el tema.
Podrían sacar algo de la producción, pensó. Ya le habían presentado a la hermana Rosalinda y la recordó como una mujer agradable e inteligente. Si estaba obligado a trabajar con el sexo opuesto ella seria al menos una compañera soportable.
Él sabía que muchas chicas lo habían mirado como se suponía que no se debía mirar a un maestro, y mucho menos a un sacerdote. Eran mujeres jóvenes, era natural que buscaran la atención masculina. Gabriel dirigió sus pensamientos a una mujer en particular y sus ojos se entrecerraron por la ira y traición que todavía sentía. Ella ciertamente había sido lo suficientemente feliz para buscar esa atención en más de un lugar.
A pesar de sus votos, a pesar de su compromiso con lo que él creía que era su vocación, él no pudo evitar desear que cierta chica hubiera estado entre las que lo miraban. Porque él debía admitir que había estado luchando contra el impulso de mirarla.
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Caer en la tentación
عاطفية"Perdóname padre, porque he tenido pensamientos impuros." Sobre USTED. Tras una traición que lo dejó amargado y que cambió su visión sobre las mujeres, Gabriel se convirtió en sacerdote y se comprometió a una vida de celibato. Pero cuando acaba dand...