XLVI

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Finalmente llegó el final del trimestre, y con este la actuación de El Crisol.

El ensayo general fue un completo desastre. Esto era una buena señal, al menos para aquellos que eran supersticiosos. Un terrible ensayo general se supone que presagiaba una gran noche de estreno.

Los nervios hicieron que la gente se tropezara sobre el escenario, el vestuario fue mezclado y algunos accesorios se perdieron. Medio reparto se olvidó de sus líneas, y las chicas que hacían de Tituba y Sarah Good tuvieron un ataque de risa en la escena de la prisión convirtiendo todo en un completo caos.

Gabriel y la hermana Rosalind solo podían observar todo con una creciente desesperación. Ninguno de ellos creían en el folklore teatral y un "mal ensayo" les parecía indicar una incluso peor apertura, no una milagrosa vuelta de hoja.

La hermana Rosalinda estaba siendo pragmática: si solo va la mitad de mal que este ensayo, parecerá una comedia, lo que me imagino que preferirán muchos padres."

Gabriel, como director, se sentía poco confortado con esto. Sería un inmenso desperdicio del trabajo duro de todos si la producción entera se rebajara a una farsa.

Mai y Figgy le habían estado dirigiendo una mirada aguda a Suki. Mai, quien tenía una mente astuta, temía que Suki pudiera intentar hacer algún tipo de juego sucio. "Echar polvo a tu disfraz o cristales en sus zapatillas," le sugirió a Leonie.

"No llevaré zapatillas"

"En tus zapatos entonces. De todas formas, no confío en ella" dijo Mai. "Mientras peor te veas, peor se verá Mercy también y mejor aparecerá Suki. Apuesto que estará pensando eso."

Se quedaron atrapadas en un torbellino de superstición. Afortunadamente ninguno de los disfraces eran azules o incluían plumas de pavo real, estas dos cosas se suponía que atraían la mala suerte. Pero espejos, silbidos y dinero real estaban todos vetados, y había un dilema mayor sobre si tener una Biblia en el escenario fuera a traer mala suerte.

"Sé que se supone que en realidad no debes llevar un libro sagrado." insistió alguien. "Necesita ser una réplica"

"Eso es absurdo. ¿Cómo puede una biblia traer mala suerte?"

"Porque es una falta de respeto hacia un texto sagrado ser usado como apoyo"

Al final dos profesores fueron arrastrados a una discusión.

Los nervios estaban al límite, así que Gabriel trató una vez más de encontrar una solución. "Ve a buscar uno de los viejos libros de himnos en la sacristía. Parecerá lo mismo de lejos"

"¿No sería lo mismo un libro de himnos? También es algo sagrado" dijo la chica encargada de los accesorios.

"Con un libro de himnos basta, ve y cógelo."

El libro fue traído. Se suponía que los detalles ya se habían resuelto mucho antes del ensayo general. Todo debería estar perfectamente listo pero se sentía como si nada lo estuviera.

Mientras llegaban difícilmente al final del acto, Gabriel esperaba que al menos ellos pudieran bajar la cortina correctamente. Esto no fue así.

Suki Laverne causó aún más revuelo retratando otra superstición teatral. Ella se negaba a decir la última línea de Elizabeth, la cual también era la última línea de la obra.

Eso era un problema porque esta era la clave para encender la luz artificial del sol a través de las ventanas y para que resonaran los tambores para el gran final, según lo decidido por la dirección del escenario. Esta parte no sucedió, así que el Reverendo Hale no estaba seguro de cuándo empezar a 'llorar con una oración frenética' y las cortinas se bajaron muy pronto.

"Lo vamos a repetir" les ordenó Gabriel. "Esta vez por favor di la línea"

"No puedo hacerlo. Podría gafarlo todo" le dijo Suki.

Poniendo los ojos en blanco internamente, Gabriel sugirió una alternativa. "Solo di: "Esta es la última línea" en el mismo tono de voz, y muévete hacia la ventana como se supone debes hacer."

Suki hizo esto, y la última escena fue repetida con un poco más de éxito.

Apenas era idóneo. En menos de veinticuatro horas ellos tendrían un público y una sola oportunidad para hacerlo bien.

Gabriel estaba en un conflicto sobre si decirle a las chicas que revisaran sus líneas o decirles que se relajaran. Estaba bastante seguro que todas se las sabían y que eran solo nervios lo que había causado que se quedaran en blanco. No todas: Leonie, Mercy y Suki habían logrado decir cada palabra perfectamente.

Él habló fugazmente con Leonie mientras salían del teatro: "Eso estuvo muy bien y sé que mañana estarás genial."

"Gracias, eso espero" Ella se conmovió con la expresión en los ojos de Gabriel. Él claramente tenía fe en ella. Y ella estaba decidida a darlo todo.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora