XXIV

319 27 0
                                    

Leonie pasó el resto del día con una mezcla de felicidad y confusión. Haber pasado todo ese tiempo con el padre Gabriel fue increíble.

Pero también complicó las cosas. Cuánto más estaba con él y más cerca de él, más lo deseaba.

Él nunca podrá ser tuyo, se recordó a si misma. Él no te ve de esa forma, es un sacerdote.

Y aún así...

Ella sabía que tenía que frenar su imaginación, porque su corazón la estaba impulsando a todo tipo de fantasías salvajes. Ella estaba segura que él había estado cerca de besarla. Pero había una gran diferencia entre él decidiendo hacer algo así y aquel contacto físico sucedido tras el ensayo.

Eso había sido solo un estímulo corporal. Él no había estado pensando con claridad y ella tampoco.

Pero entonces ¿Por qué se tumbaría en el suelo con ella? ¿Por qué hablar con ella sobre todas esas cosas y llamarla hermosa? o ¿Era eso parte de su tarea de sacerdote, el cuidado pastoral? Interesarse en ella y tratar de levantarle el ánimo.

Leonie deseaba tener a alguien en quien confiar, pero estaba segura que sus compañeras de cuarto se horrorizarían. Aunque ella pasaba más tiempo junto a Mai y Figgy, había algo sobre Harry que sugería que a ella le importaba poco las convenciones sociales. Incluso siendo ella una aristócrata. ¿O quizás porque lo era? Tal vez si alcanzabas la cima del círculo social de Inglaterra, podrías hacer lo que quisieras sin importar lo que pensaran los demás.

Era una idea liberadora.

Por casualidad se topó con Harry más tarde, caminando de regreso de lacrosse con un par de compañeras de equipo. Ellas tenían que hablar con la madre Benedicta sobre algo, así que tras saludar a Leonie se fueron. Ella se quedó a solas con Harry.

"¿Qué tal vas?" dijo Harry. "¿El tobillo algo mejor?"

"Ha estado bien ya desde hace unos días." le dijo Leonie. "Habría podido jugar al netball hoy pero la enfermera me dio un justificante."

Harry asintió. "Es mejor no correr riesgos con ese tipo de lesiones. O de lo contrario podrías estar fuera por semanas."

Estar sin jugar al netball por semanas le parecía bien a Leonie. Si eso significaba más sesiones en el bosque con el padre Gabriel. Ella suspiró pensando en ello.

"¿Estás bien?" le preguntó Harry.

"Solo lo de siempre. Estoy bien, de verdad."

"¿Nostálgica? ¿Afligida?"

Leonie sonrió. "Probablemente un poco de ambos."

"¿Suspirando por algún chico guapo de Estados Unidos? ¿Regresarás para las vacaciones de medio trimestre?"

Desafortunadamente no. Leonie pasaría las vacaciones con su abuela. El semestre o trimestre otoñal, como les gustaba llamarlo aquí, era tan largo que lo dividían en dos con una semana de vacaciones en medio.

"No, pero alomejor en navidad."

"Lo verás en diciembre entonces. No es tan largo. ¿Te escribe?" le preguntó Harry.

"No exactamente. Él no es... nosotros no somos..."

Harry sonrió. "¿Amor no correspondido?"

"Amor prohibido."

Harry levantó las cejas. "Ahora estoy intrigada. ¿Qué es, un hombre casado? ¿Tu hermanastro? ¿Un chico malo en una pandilla de moteros? ¿El presidente de Estados Unidos?

Leonie se echó a reír. "No eso eso. Pero si alguien que no puedo tener, nunca."

"Nunca digas nunca. La vida es muy corta. Si quieres algo lo suficiente, ve por ello."

Leonie lo consideró. "Si estuvieras en mi lugar. Digamos que es un hombre casado, aunque no es eso exactamente. ¿Harías algo?"

Harry lanzó su palo de lacrosse hacia arriba, girándolo y atrapándolo mientras pensaba. "Si su mujer fuera una perra, y yo pensara que él podría sentir lo mismo, entonces sí. Por otra parte, si él la adorase y ella fuera un ángel, probablemente me alejaría. Iría al extranjero por algunos meses y ahogaría mis penas."

Siendo un sacerdote, la mujer de Gabriel era efectivamente Dios o la Virgen María o algo. Pensó Leonie. Difícilmente una perra. Y estaba segura que Gabriel adoraba a su creador.

Harry la miró seriamente. "La vida es demasiado corta. No puedes pasar ochenta años siendo miserable y sacrificándote, si hay el mínimo destello de esperanza. Incluso si te rechazan, o si no dura. Tienes que saberlo. El arrepentimiento es mucho más amargo y un terrible desperdicio."

Su tono se aclaró de nuevo. "Espero no haberte animado a ir y romper el matrimonio de tu hermana, o algo así. Yo creo que me esperaría si fuera mi cuñado, al menos hasta que se divorciasen primero. Afortunadamente no tengo ninguna hermana, y mi prima está casada con un hombre que parece un caballo."

"Yo no tengo ninguna hermana casada tampoco, así que podemos estar tranquilas." dijo Leonie.

"Bien. Si es algo como un hombre mayor, un profesor de universidad o incluso alguien comprometido, no dudaría."

El padre Gabriel era mayor que ella, pensó Leonie. Ella no estaba segura de cuántos años tenía, pero no parecía una diferencia enorme. No era el nivel de Hugh Hefner y su última esposa tampoco. Como profesor él estaba en la misma categoría de profesor de universidad, al menos en términos del tabú. Era en lo de comprometido donde ella estaba atascada. Él estaba comprometido con la iglesia, casado con ella.

¿Hay sacerdotes que haya dejado el sacerdocio? ¿Se les fue permitido?

Leonie no podía preguntarle eso a Harry, ya que la delataría totalmente. Dado que solo había dos sacerdotes en el colegio y era poco probable que estuviera interesada en el padre Stephen.

Estaban subiendo las escaleras hacia su habitación. "A veces estas cosas están mejor fuera que dentro'', dijo Harry. "Sácalo fuera y te quitará la presión. Incluso podría ayudarte a superarlo, si no está destinado a ser." Ella sonrió con malicia. "O podrías acabar con el lío más espantosamente complicado. Solo tú puedes decidirlo.


~~~~~~~~

Solo avisaros que para el próximo capítulo se viene algo MUY interesante :)

No os lo perdáis. 

Un abrazo a todos 



Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora