Todavía en una nube por la actuación y la emoción de irse a casa la mañana siguiente, Leonie, Mai y Figgy se amontonaron en el dormitorio. Encontraron a Harry ahí. No era parte del elenco, y no había podido acudir a la recepción.
"Entonces, ¿qué te pareció?" le preguntó Mai rebotando en su cama. "¿No estuvo Leonie increíble?"
El rostro de Harry mostraba culpabilidad. "Lo siento muchísimo, pero tuve que saltarme la obra"
"¡¿Qué?!" Mai estaba horrorizada y apunto de estar furiosa con su amiga.
Pero Harry levantó la mano sosteniendo algo en ella. "Esta fue la razón"
Leonie, quien reconoció el artículo inmediatamente, se quedó boquiabierta. "¿Mi carta? ¿Pero cómo demonios la conseguiste?"
"En la habitación de esa vil chantajista," dijo Harry. "Pensé que esta sería la única oportunidad segura de recuperarla, con todas las demás viendo la obra" Se la dio a Leonie. "Sé que esto probablemente no resuelva el problema, pero al menos la tienes otra vez, y ella ya no tiene ninguna prueba."
"¿Dónde la encontraste?" Mai se moría por saberlo.
"En el forro de su baúl. Parecía tan obvio que fue en realidad el último lugar donde miré. Busqué por sus cajones, armario, debajo del colchón, por todas partes. Incluso miré en los cajones de las otras. Sabía que tenía que estar ahí en alguna parte ya que ella no se arriesgaría a esconderlo en otro lugar, o guardarlo en su bolsillo por si tenía que cambiarse para la obra, pero ahí estaba, finalmente, en su baúl. Un lugar tan obvio para esconder las cosas. Me sorprende que la supervisora no revise rutinariamente el fondo de cada baúl cuando hace sus inspecciones. Incluso en los días de instituto de mi madre solían ahuecar un espacio y esconder cigarrillos o incluso una petaca de whisky ahí."
Leonie estaba releyendo la carta que se sabía de memoria. Era tan preciada para ella.
"No la he leído," le aseguró Harry. "Si tuve que desplegarla y echarle un vistazo, pero no vi mucho más que el nombre."
"Esta bien. No es super explícita ni nada" le dijo Leonie.
Mai estaba ansiosa por echar un vistazo. "¿Podemos leerla?"
Leonie supuso que sí. Las demás la estudiaron con avidez, exagerando sus expresiones con el contenido.
"Él realmente está coladito por ti, ¿no es cierto?" dijo Harry.
Figgy estaba pensativa. "Suki se volverá loca cuando descubra que ya no está ahí la carta. Probablemente vaya directamente a la madre Benedicta por rabia y despecho."
Harry encogió los hombros. "Puede, pero probablemente lo habría hecho de todos modos. Al menos de esta forma Leonie puede negarlo más fácilmente, y nosotras podemos respaldarla. Ella y el padre Gabriel solo necesitan asegurarse que su historia sea clara. Además Suki no lo notará inmediatamente. Dejé una hoja en blanco doblada en su lugar. Ella no pensará en chequear antes de irse, siempre hay tanta prisa al final del trimestre, y su baúl ya estaba listo."
"Deberías haber escrito algo," dijo Mai. "Puedo pensar en una docena de cosas que le habría escrito a esa zorra."
"Lo consideré," dijo Harry. "Pero entonces pensé que podría dar peso a su afirmación de que realmente existía una carta. No sé si la habría enseñado a sus compinches. Sospecho que no, porque ella es bastante astuta y presumida sobre las cosas y las guarda cerca."
"No puedo creer que ni siquiera envenenaste su estuche mientras tuviste la oportunidad." Esto vino de Mai.
La recuperación de la carta fue la guinda del pastel tras una velada increíble. Leonie estaba tan emocionada con todo lo que había pasado y con suerte lo que iba a suceder que temía que no iba a dormir.
Pero la energía de la actuación y las semanas de estrés por Suki que la había agotado más de lo que había dicho, ella cayó en un sueño profundo tan pronto como su cabeza tocó la almohada.
Un sueño profundo interrumpido por sueños salvajes sobre un sacerdote con unos profundos ojos azules y el cuerpo de un Dios. Por alguna razón Leonie se encontró vestida con el hábito de una monja hecho de una tela negra transparente. No podía esconder su desnudez y Gabriel la miraba seriamente y le decía que debía ser castigada.
"Recuéstate y quédate quieta" le ordenó él. "Solo hay una manera de que puedas expiar tu maldad."
"Pero no he hecho nada malo'', protestaba Leonie.
"Entonces ¿por qué me enseñas tu desnudez? ¿por qué deshonras tu orden y tus votos?"
Leonie trataba de decirle que no era una monja y que no tenía ni idea de cómo había acabado llevando esa ropa. Ella podía sentir el frío aire a través de la fina tela, y trató de cubrirse pero Gabriel le apartó los brazos. Entonces él le estaba levantando la tela y Leonie estaba dividida entre el deseo hacia él y luchando contra él. "Está mal, eres un sacerdote," le decía ella.
Justo cuando él se estaba acercando a ella, sobre su cuerpo, su rostro inclinándose hacia el de ella, algo la despertó. Solo para descubrir que había pateado las mantas.
Sin duda sentía frío en su sueño. Temblando, Leonie se volvió a cubrir, y esperaba que el sueño siguiera una vez se quedara dormida. Sería sólo unas pocas horas antes de que estuviera con él de verdad.
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Caer en la tentación
Romance"Perdóname padre, porque he tenido pensamientos impuros." Sobre USTED. Tras una traición que lo dejó amargado y que cambió su visión sobre las mujeres, Gabriel se convirtió en sacerdote y se comprometió a una vida de celibato. Pero cuando acaba dand...