LXIII

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Sucedió más tarde ese día, cuando las cuatro estaban en la habitación poniéndose al día con lo sucedido en vacaciones. Las otras tres estaban ansiosas por saber qué estaba pasando en la vida amorosa de Leonie. Todas sabían sobre la prueba de pantalla, pero ninguno preguntó demasiado sobre eso porque Leonie estaba en un limbo. Ella no había oído nada de ellos, ni bueno ni malo. Figgy había sugerido que podría ser por la navidad pero Leonie temía cada vez más que no oír noticias significaba malas noticias.

Leonie trató de decirse a sí misma que aún así era un gran cumplido que le hubieran pedido hacer una audición. Pero después del subidón que había tenido, la emoción, todo se sentía muy pesado.

En lugar de eso, ella se enfocó en pensar en Gabriel. Sobrevivir al resto del año teniendo que ocultar su relación y lidiar con el chantaje de Suki no iba a ser fácil. Pero valdría la pena.

"¿Entonces cómo fue la vuelta a casa por navidad?" preguntó Mai. "¿Nevó? ¿Recibiste algún regalo chulo? ¿Alguien te envió algo?"

Leonie cogió la caja para enseñarles el collar. "Él me envió esto. Fue una completa sorpresa. Combina con mis pendientes de citrina. Solo desearía poder llevarlo todos los días." Ella sacó los pendientes también para enseñarselo a las demás.

"Es muy bonito" dijo Figgy. "Es una buena combinación. La citrina es un tono más claro, pero solo si lo colocas uno al lado del otro."

"La citrina varía en color." dijo Leonie. "Supongo que será por eso que el colgante es más oscuro."

Figgy estaba sujetado el colgante. "Por supuesto. ¿Pero esto no es citrina no?"

Leonie frunció el ceño. "Yo creo que sí. Quiero decir podría ser cristal, no que me fuera a importar si lo fuera ya que es tan bonito. Pero la citrina no es tan cara, y parece un buen colgante."

Figgy ahora parecía avergonzada e intercambió una mirada con Harry. "No estoy muy segura que Garrad trabaje con citrinas."

Cogiendo la caja y leyendo el logo otra vez, Leonie estaba sorprendida. "No veo porque no. Incluso la caja parece de bastante buena calidad."

"Sí, pero a eso me refiero." Figgy se estaba poniendo nerviosa y Harry la interrumpió.

"Garrard es una joyería bastante exclusiva. Casi seguro que eso es un diamante."

¿Un diamante? "No puede ser. ¿Eso costaría una fortuna no?"

"No sé, pero Garrard no es de los que trabajan con plata." dijo Figgy. "Mi padre le compró a mi madre unos pendientes de ahí por su cuarenta cumpleaños y tenían que estar asegurados."

El collar de citrina y plata del que Leonie se había enamorado ahora se sentía como un objeto extraterrestre. Algo fuera de su liga que ella seguramente no merecía. "¿Qué voy a hacer? Me refiero si es lo que vosotras decís. Yo no tenía ni idea de que podría ser tan valioso."

"O lo usas debajo de tu ropa, todo el tiempo," dijo Harry. "O se lo das a la Madre Benedicta para que lo coloque en la caja fuerte de la escuela. Solo miente y di que tu abuela te lo regaló y que lo trajiste por accidente. Esa es probablemente la opción más segura, ya que sino alguien lo puede ver. Y si se rompe, se pierde o es robado, sería una pena."

Sería devastador. Leonie colocó el collar cuidadosamente en su caja. Ella iba a tener que hablar con Gabriel sobre esto. ¿Cómo demonios había podido permitírselo con el salario de un sacerdote?" Debe haber costado todos sus ahorros.

Conseguir hablar con él en privado fue mucho más difícil. Ya no tenían ensayos, así que no podía llegar antes o quedarse después. Quedarse después de la clase de inglés parecía muy arriesgado. Si Suki había sospechado lo suficiente como para fisgonear, otras también podrían hacerlo.

¿Qué hacer? Al final decidió que debería ser en la sacristía. Las posibilidades de que alguien pasase por ahí eran mucho menores que en cualquier otro lugar. Entonces por casualidad, la madre Benedicta se cruzó con Leonie y Mai en el patio y las envió a hacer un recado para buscar algunos libros de oración.

Mai vio la oportunidad incluso antes de que Leonie pudiera preguntarle. "¿Qué te parece si paso el rato en la capilla mientras tú pasas cinco minutos con el padre guaperas? Debes estar muriéndote de ganas de hablar con él. Si el padre Stephen aparece yo le distraeré. Preguntarle sobre Santo Tomás de Aquino siempre le pone en marcha durante horas."

Leonie estaba enormemente agradecida. "¿Lo harías? Te debería una bien grande si pudieras hacer eso."

"No es ningún problema. Pero si me quedo atrapada en una charla de teología durante cuarenta minutos, podré copiar tus notas de Shakespeare."

Leonie lo aceptó. Ambas se dirigieron a la capilla, sabiendo que el padre Gabriel trabajaba en la sacristía a esta hora. Así que Mai andaba alrededor de las estanterías de los libros de oraciones mientras Leonie se escabullada en la sacristía.

El rostro de Gabriel se iluminó pero también se llenó de preocupación al verla. "¿Está todo bien?"

"Sé que acordamos mantener la distancia, pero tenía que hablar contigo." Esto era bastante incómodo. "Es sobre el colgante que me diste. Me encantó, es decir aún me encanta, pero no me di cuenta que quizás fuera bastante caro. Como un diamante o algo."

"Es un diamante. Lo llaman 'diamante dorado'. Cogí ese color por tus pendientes. ¿Preferirías uno blanco?"

Leonie estaba horrorizada. "Dios no. Es perfecto. Pero no puedo aceptar algo tan valioso..." Ella no quería insultarlo sugiriendo que él era demasiado pobre por tener el salario de un sacerdote.

Pero Gabriel tenía el rostro como si le hiciera gracia. "No era la joya de la corona, Leonie. Y si estas preocupada por mi situación financiera..." su rostro volvió a estar serio. "En realidad no quería sacar esto a colación, porque siempre ha sido más una carga que otra cosa. Pero hay un fondo familiar. No es solo mío, mi hermana y mi hermano también son beneficiarios. Es por eso que el dinero no significa mucho para mí, para ninguno de nosotros."

Leonie sabía que ambos hermanos de Gabriel trabajaban para organizaciones benéficas. Su hermana trabajaba para una ONG educacional y Gabriel había descrito a su hermano como un "guerrero ecológico con traje". Ella no sabía mucho sobre fondos, excepto que estos eran cosas que la gente rica tenía. Ella había pensado que la mayoría de las personas con fondos pasarían sus vidas en yates bebiendo champán, pero tal vez algunos tomaban rutas completamente opuestas.

"No me di cuenta" ella estaba sin palabras.

"No te preocupes por ello. Estoy feliz de que te gustara. Además no pensaba tener esta conversación ahora, pero si quieres estudiar y tu familia no está dispuesta a ayudarte, yo puedo darte el dinero." Gabriel vio a Leonie a punto de objetar, pero se anticipó a ella. "Puede ser un préstamo si quieres. El punto es que hay dinero disponible. Si estar conmigo te causa muchos problemas con tu familia que hace que retiren el dinero de tu universidad, es lo menos que puedo hacer."

Era demasiado para asimilar. "No sé qué decir. Es realmente generoso de tu parte, pero tengo que hacerlo a mi manera." Leonie lo lograría de alguna forma. Ella de ninguna manera podría coger dinero de Gabriel. Si RADA no era una posibilidad y Julliard estaba fuera de cuestión, ella buscaría un trabajo de camarera y tomaría clases en una escuela nocturna. Ella había peleado con sus padres durante tanto tiempo sobre ser actriz que se había convertido en su batalla, y su batalla sola.

"Lo que tú quieras. De todas formas es una decisión para más adelante, no ahora." Gabriel la miró a los ojos, su mirada intensa. "Solo recuerda que te amo. Pase lo que pase, estoy aquí para ti."

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora