XLVII

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La crepitación. Era el sentimiento que Leonie siempre tenía antes de una producción, incluso cuando tenía un papel menor.

Era la silenciosa oscuridad que había detrás de las cortinas del escenario. El destello dorado de las luces iluminando el plató. El vacío oscuro de donde se situaba el público que se encontraba uno cuando salía, con solo unos cuantos rostros pálidos y tenues visibles en la primera fila.

Esta vez, ella era una de las estrellas. Los nervios en su estómago junto con la adrenalina, y el repentino pánico de que olvidaría todas sus líneas en el escenario.

Leonie hizo lo que siempre hacía. Reprimió cualquier miedo simplemente sumergiéndose en el papel y olvidándose de sí misma. Ella era Abigail. Dejó que la chica de tres siglos atrás fluyera por sus venas y tomara el control.

Eso hizo su actuación electrizante lo que elevó a todo el elenco. Gabriel, apenas se atrevió a respirar mientras la veía, sabiendo que alcanzaría grandes cosas. Él estaba seguro de que ella podría haber conseguido la beca si la hubiera solicitado. Eso lo hizo sentir aún peor por ser la razón de que ella haya tenido que retirarse.

Se preguntó si era justo para ella, haciendo que corra aún más riesgos al pasar una semana con él. Dejarla ir sería lo más sabio y noble que podía hacer.

Pero su carne y su espíritu eran débiles. Él se había enamorado de ella, completamente. Quería estar con ella.

Él la vió actuar como si estuviera poseída en la escena de la corte. Azuzando a las otras chicas a la histeria, tirando acusaciones de brujería y nunca nombrando a John Proctor.

¿Qué hubo detrás de todo eso? Fue hace tanto tiempo, perdido en la historia ahora. La verdad detrás de todo podría nunca ser conocida.

Gabriel estaba tan sumergido en la actuación de Leonie que se olvidó incluso de notar si la obra terminó correctamente. Ya no le importaba Suki Laverne y su estúpida última línea. Incluso si no la dijo, ¿Quién lo notaría? La obra en general había sido tan poderosa, una increíble producción para ser una actuación de escuela, que los detalles se desvanecían.

Pero todos los actores sobresalieron esa noche y las cortinas descendieron con un estruendo de aplausos. El elenco se inclinaron varias veces, Leonie sujetando las manos de Mercy y la chica que hacía de Reverendo Hale y Suki Laverne al otro lado de Mercy. Estaban todas radiantes de alegría y alivio, algo que Gabriel no podía culparlas. Actuar como habían hecho todas requería coraje y resistencia. Estaban eufóricas y exhaustas al mismo tiempo.

Al igual que él.

Después hubo una recepción. Era más un asunto formal que una fiesta de reparto normal, debido a que muchos padres asistieron y por supuesto todo el personal estaba cerca. Así que las chicas debían mantener su mejor comportamiento en lugar de soltarse la melena.

"¡Eso fue simplemente maravilloso!" le dijo un padre a Gabriel. Él había sido rodeado rápidamente por madres y padres, interesados en conocer al joven sacerdote que había dirigido la función. Gabriel agradeció a la persona y echó una mirada alrededor buscando a Leonie. Él quería ir y felicitarla pero con Suki Laverne merodeando, parecía demasiado arriesgado.

Él vio a Leonie junto a un grupo de chicas. Logró que ella le mirase y le dirigió una rápida sonrisa la cual ella devolvió. Ella solo debía mirarle y su cuerpo reaccionaba. En gran parte porque él estaba pensando en estar con ella a solas por una semana. No podía esperar a que terminara la noche para que pudieran estar juntos.

Leonie no tenía a nadie de su familia en la recepción. Estaba demasiado lejos para que sus padres vinieran y su abuela había decidido no asistir. Ella no aprobaba la actuación como una carrera escolar o profesional. Aunque no había esperado que su abuela viniera, Leonie estaba abatida por su ausencia. No presagiaba nada bueno conseguir su apoyo para asistir a la escuela de teatro.

Pero más importante, le habría gustado tener al menos un amigo o familiar aquí. Era algo solitario no tener a nadie que le apoye. Le hizo sentir aún más lejos de casa.

Figgy le presentó a sus padres y su tío Hugh. Él no era en realidad un familiar sino una especie de padrino o amigo de la familia. Era alto, con el pelo y cejas blancas, y una conducta agradable e inteligente. Él le preguntó a Leonie de dónde era y cuáles eran sus planes aquí.

"Me encantaría ser una actriz profesional algún día" le dijo. "Sé lo difícil que será, pero supongo que es mi sueño"

"Si trabajas duro en algo, mayor es tu oportunidad de lograr el éxito." dijo Hugh, y los padres de Figgy estuvieron de acuerdo.

"Pensamos que lo hiciste muy bien, querida. Algunas de las escenas te ponía los pelos de punta." dijo la madre de Figgy.

Como ya era de noche y había una largo viaje a su casa en Somerset, los padres de Figgy pasarían la noche en un hotel en la ciudad más cercana. Volverían la mañana siguiente y ahí sería cuando el resto del colegio se irían a casa también.

Una noche más. Leonie sintió que podía estallar solo de pensar en cómo iba a pasar las siguientes doce horas.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora