XVI

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Cuando los otros se habían ido, el padre Gabriel centró su atención en Leonie. "¿Qué demonios ha sido eso?" él parecía enfadado. Era tan devastadoramente atractivo incluso cuando estaba enfadado. Como un santo furioso de pelo oscuro y ojos azules.

"Lo siento, simplemente no he sabido centrarme hoy." dijo Leonie. Normalmente era tan fácil, eso era lo más frustrante. Por lo general, Abigail solo llegaba y se apoderaba de ella, y Leonie no tenía ni que intentarlo conscientemente.

"Eso no es suficiente. Una producción depende de cada miembro del elenco haciendo su parte de la mejor forma posible. Lo volveremos a hacer ahora. Yo leeré a John Proctor. Necesito saber que al menos puedes manejar el rol de Abigail, ya que nos convenciste en el casting de que podías."

Él estaba sombrío, sin sonreír. Leonie tragó saliva, sintiéndose aún peor que antes. El padre Gabriel como John Proctor eran ambos una fantasía y un espanto. "¿En el escenario?"

"Lo haremos aquí."

Ella cerró los ojos un instante, y entonces empezó.

Le preguntó a John Proctor, ahora representado por el padre Gabriel, que le diera cariño y amor.

Pero él le dijo que no. Eso se había acabado.

El tono de Gabriel como John Proctor era severo pero también había un toque suave y sensible en sus palabras.

De repente Abigail Williams estaba fluyendo por sus venas otra vez. La bruja de hace mucho tiempo se apoderó de ella. Ella, Abby-Leonie - anhelaba a John Proctor, estaba desesperada por él.

Ella le suplicaba que no fuera frío hacia ella. Le dijo que no podía dormir porque soñaba con él.

En el guion de la dirección de escena pedía que llorase en esa parte pero Leonie ni siquiera lo notó ya que sus ojos ya estaban húmedos. Ella no había dormido recientemente y era todo por él. Él atormentaba sus sueños.

El padre Gabriel, como John, confesó que sí pensaba en ella de vez en cuando.

Leonie sintió el deseo prohibido. El granjero piadoso casado y la joven muchacha de la mitad de su edad por quién había concebido una pasión mortal. El deseo entre ambos: la seducción de Abby y la determinación de Proctor de luchar contra eso.

Ellos alcanzaron la línea donde John Proctor amenaza con darle una paliza y la sacude. El padre Gabriel estaba sacudiéndola realmente. Su mano sujetaba su hombro mientras él decía la línea. Leonie se encontró a sí misma respirando pesadamente y no queriendo que él parase. Ella lo miró viendo la rabia y el deseo de John Proctor en su rostro. Su rostro, no el de John Proctor.

Abruptamente él la soltó y se apartó de ella. Parecía horrorizado.

"Dios mío Leonie, lo siento. No sé qué me pasó."

Ella no podía dejar que se separara así. Ella dio un paso hacia él, de pie cerca suyo, ella lo miró y vio el deseo todavía en su rostro. Ignorando lo que acababa de decir, ella le preguntó: "¿Qué significa 'me agarró por la espalda'?" Ella sabía lo que significaba, y Gabriel sabía que ella lo sabía.

El paró por un segundo. Entonces algo se apoderó de él.

"Esto." dijo. La agarró con brusquedad por las caderas y la giró. La apretó contra sí mismo, moldeándola contra su cuerpo. Ella podía sentir algo duro presionando contra ella a través de la tela de su falda y su propia ropa.

Su respiración estaba en su nuca, sus labios cerca de su piel. "Como esto. Esto es lo que él hizo." su voz estaba ronca.

Sus manos sujetaban su cintura, impidiendo que se aleje. Leonie podía oler su esencia, un aroma masculino fresco y con un rasgo de incienso. Ella podía sentir el calor de su cuerpo. Furia y un fuerte deseo.

Ella apenas podía respirar. Estaba aterrada de girarse y romper el hechizo.

"Así, él la agarró por la espalda." Gabriel la atrajo aún más contra él.

A Leonie le costaba controlar su propia respiración. Ella estaba ahí parada, con él agarrándola. Se quedó sin aliento mientras él la agarraba aún más fuerte.

Como quería que la rodeara con sus brazos y la presionara contra él para siempre. Sin dejarla ir.

Abrázame, tómame...

Pero entonces la soltó. Ella se dio la vuelta, cuestionando con la mirada.

"Sueño contigo pero me despierto."

No era la línea correcta. Era lo contrario de lo que se suponía que Abigail debía decir.

La voz de Leonie era un susurro. Ella lo miró y él a ella. Estuvieron allí parados durante lo que parecieron siglos.

Gabriel cerró los ojos. Exhaló. Apretó su mandíbula.

Entonces se giró abruptamente y se fue.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora