XVIII

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Era inevitable que ellos se encontraran antes de su siguiente clase. Eso no podía quedarse sin resolver. Al día siguiente, el cual era sábado, Leonie se dirigió a la capilla. Se sentía atraída hacia allí.

Ni siquiera se preguntaba si el padre Stephen estuviera ahí o no. Ella simplemente sentía en su interior que el padre Gabriel estaba ahí solo.

Leonie entró, sintiendo la fresca oscuridad y el leve aroma a incienso rodeándola. Velas encendidas cerca del lugar de oración. Podías donar 50 centavos y encender una vela para alguien.

Leonie lo hizo. Ella cogió una vela y acercó su mecha a una vela ya encendida que estaba cerca de su fin. Una pequeña llama se encendió cuando la cera se derritió y la alimentó.

Ella la colocó en el soporte. Hizo una oración silenciosa por ella y Gabriel. 

Para que ambos lograran superar esto.

Ella sabía que él estaba detrás de ella incluso antes de darse la vuelta. Él estaba manteniendo su distancia esta vez.

Él la miró, su mirada era solemne pero no cruel.

"Leonie."

"Padre." Que absurdo llamarlo así. Él era solo unos años mayor que ella y ella dudaba que se sintiera paternal con ella, dado lo que había pasado.

"El otro día..." él se pasó la mano por la cabeza. "Solo puedo decir lo mucho que lo siento. Por tratarte como lo hice."

"Fue mi culpa. No debería haber dicho lo que dije, lo siento."

Él se rascó la nuca. "No fuiste tú, Leonie. Fue"- buscando las palabras, cayó en el viejo axioma. "Estas cosas son enviadas para probarnos y fallé, terriblemente. Te fallé a ti y a mis votos. Solo puedo pedirte perdón." Y el perdón del Señor, pensó Gabriel.

"No hay nada que perdonar." ella trató de encontrar una salida para él, para ambos. "Creo que solo fue por la obra, nos metimos bastante en los personajes. Es tan intenso, lo que escribió Miller. Todas esas pasiones, emociones y tragedias en realidad nunca se resolvieron."

Ella era tan hermosa y amable pensó Gabriel. Después de lo que hemos hecho, era increíble que fuera ella la que le dijera que estaba bien, intentando hacerlo sentir mejor.

"Aún así eso no es excusa para mi conducta," dijo él.

Pero Leonie no le hizo caso. "Me pregunto si a Miller también le provocó lo mismo. ¿Ya sabes que se inventó el romance entre Abigail y John? Al menos no hay documentación de ello. Supongo que era en parte por el valor dramático que él colocaba en sus escenas. Pero él escribió que pensaba que había algo entre ellos dos, en la realidad. Todas esas personas que ella nombró, incluso Elizabeth Proctor, y aún así se negó a nombrarlo hasta el final."

A ella le preocupaba estar divagando pero el padre Gabriel parecía interesado. "Con lo que has estudiado ¿Crees que hubo algo?" le preguntó él.

"No lo sé. Miller cambió las edades, ellos tenían como once y sesenta, así que era poco probable. Esa es una gran diferencia de edad ¿no crees? Pero esos eran tiempos distintos, y ella había perdido a sus padres. Tal vez estaba resentida con Elizabeth por echarla porque lo quería como una figura paterna." dijo Leonie.

Tal como deberías ser para mí, pensó ella. Aunque ella quería al padre Gabriel de una manera muy diferente.

"Deberías dar tú la clase dado todo lo que sabes, no yo." dijo Gabriel. Él logró sonreír ligeramente. La tensión todavía estaba presente entre ellos pero era más cómodo ahora.

Era extraño, este repentino cambio de roles. Ella la profesora, él el alumno. Tal vez esa era la respuesta a esto. Quizás necesitaban canalizar esta energía en la literatura, una pasión segura que ambos compartían.

Él echó un vistazo al confesionario, recordando la vez con ella ahí. Ella siguió su mirada.

"No creo que la confesión sea realmente para mí." dijo. Ella lo miró directamente a los ojos y él entendió lo que quería decir. Ella no iba a confesar nada al padre Stephen, y por ello Gabriel estaba profundamente agradecido.

Aunque un sacerdote no pueda nunca desvelar nada de lo que oiga en el sacramento de la confesión, él puede aún así tratar de remediar lo que sabe de otras formas. Además pondría a Stephen en una horrible situación si él lo supiera.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora