XLI

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Leonie estaba desesperada por hacer que el padre Gabriel cambiase de opinión. Ya no le importaba si era un pecado mortal.

Ella lo amaba y quería estar con él.

Frustrantemente, nunca hubo ningún momento en el que ella pudiera estar a solas con él, ni tampoco ninguna oportunidad para flirtear con él. No podía vestirse con algo sexy ya que estaba obligada a llevar el uniforme todos los días. Dos semanas pasaron y ella sentía que se estaba volviendo loca. Incluso había pensado en salir por la ventana una noche e irrumpir en el presbiterio.

Pero no tenía la más mínima idea de qué habitación era la suya. Sorprender al padre Stephen en su cama era demasiado arriesgado.

La única oportunidad real de comunicarse con Gabriel llegó durante los ensayos. Leonie sabía que durante las escenas de Abigail con John Proctor, Gabriel estaría pensando en la vez que habían actuado juntos. Así que lo dio todo, actuando como una mujer lo más seductora posible cada vez que tenía la oportunidad.

Afortunadamente la mayoría de la gente solo asumió que Leonie se estaba metiendo de lleno en el papel. Todas sabían que ella era una de las estudiantes que planeaba postularse para la beca de RADA.

Pero Leonie vio la mirada en los ojos de Gabriel mientras le decía sus líneas a Mercy, y sabía el efecto que estaba teniendo en él.

"Eso ha estado muy bien," le dijo a Leonie y después a Mercy, manteniendo su voz firme. "Si podéis ambas mantener ese nivel de intensidad en la noche de apertura, será una gran función."

Las chicas del club de costura estaban ocupadas cogiendo medidas esa noche. "Si alguien publica mis medidas les envenenaré el chocolate." amenazó Mai.

Leonie estaba segura de que había perdido peso debido a la horrible comida del colegio y los deportes interminables que tenían que practicar. Ella vio cómo Gabriel rápidamente desvió la mirada cuando una chica de cabello muy rizado pasó la cinta métrica alrededor de su pecho. Era sobre su jersey del colegio así que apenas fue revelador, pero Leonie estaba alegre de que Gabriel obviamente estaba luchando para no mirar.

Mercy y ella fueron las últimas en ser medidas ya que su escena en el primer acto había sido la última sección ensayada esa noche. Leonie se demoró deliberadamente, dejando que Mercy y las chicas del club de costura se fueran antes que ella. Ella quería darle a Gabriel una oportunidad de llamarla.

Él no dijo nada mientras ella cogía su bolsa y se giró para salir, y ella sintió su corazón hundirse en su pecho. Justo cuando llegó a la entrada, él dijo su nombre. "Leonie."

El sonido de su voz le envió una corriente por todo el cuerpo. Ella se dio la vuelta.

"Ven aquí."

Leonie se acercó hacia él.

Gabriel extendió su mano hacia ella y ella la cogió. "Te quiero," le dijo.

Ella no estaba segura de lo que quería decir. "¿Cómo?"

"Conmigo." Su semblante estaba serio. "Me está volviendo loco verte y no poder estar a solas contigo. Hay tanto que quiero decir," la atrajo más cerca de él. "y hacer."

"¿Tomaste una decisión?" preguntó Leonie.

"En parte. Quiero pasar más tiempo contigo. ¿Podrías quedarte conmigo una semana en las vacaciones? ¿Posponer tu vuelo?"

Leonie apenas podía creer lo que estaba diciendo. "¿Enserio? ¿Dónde?"

"Una tía mía tiene una casa vacacional en Cotswolds. Lo usa únicamente en verano. Tengo una llave para quedarme allí en cualquier momento." le dijo Gabriel.

Leonie no estaba del todo segura de donde estaba Cotswolds, o lo que era, pero le sonaba que estuviera cerca de la parte del país por donde vive Figgy.

Una semana entera con él. Incluso aunque la idea le emocionaba, también le aterraba. ¿Y si él se arrepentía? ¿O se aburría de ella? ¿ Y qué pasa si ellos hacían el acto y ella no fuera buena en ello?

Gabriel vio la duda en sus ojos. "No pasa nada si no quieres. Buscaremos otra manera."

"No, definitivamente quiero. Solo no quiero que te arrepientas." dijo ella.

"Me arrepentiré si no lo hago."

Leonie tragó saliva. Se sentía como si estuvieran en un punto de inflexión. Al borde de todo, al fin. "Podrías cambiar de opinión de aquí al final del trimestre."

"No lo haré."

Entonces él la besó, algo que ella deseaba. Ninguno de ellos se atrevió a dejar que se profundizara demasiado en caso de que perdieran el control.

Entonces Leonie se fue. Los planes sobre cómo hacer esto ya estaban rodando por su cabeza. Con suerte, cambiar el vuelo no sería un gran problema. Tendría que escribir a su abuela y a sus padres lo antes posible. Supuso que podría decir que una de sus compañeras de cuarto había hecho la invitación. Su abuela definitivamente consentiría que ella pasase una semana con Figgy o Harry. Y si su abuela lo aceptaba, entonces sus padres no tendrían objeción.

Sería una buena idea pedirle a Harry que la cubra. Después de todo, ella lo había ofrecido antes. Tampoco pareció sorprendida por el hecho de Gabriel ser un sacerdote.

Leonie no tenía ni idea de cómo iba a conseguir pasar lo que quedaba de trimestre.

Una semana entera con Gabriel. Solo tenía que asegurarse que para el final de esta él la escogería a ella en lugar de la iglesia. Seguramente debe estar pensando algo por el estilo, para haber hecho la sugerencia.

Leonie subió las escaleras hacia su habitación, necesitaba buscar un libro sobre Goya para un trabajo. Las demás habían ido directamente al salón para hacer los deberes.

Ella empujó la puerta y se detuvo en shock.

De pie al lado de la cama de Leonie, con una sonrisa triunfante en su rostro, estaba Suki Laverne.

En su mano sujetaba la carta que Gabriel le había escrito.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora