LXVII

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Una semana más tarde estaba todo firmado y sellado. Los padres de Figgy pusieron a Leonie en contacto con su abogado, quien chequeó el contrato para ella. Todo parecía estar bien, así que Leonie firmó.

La reacción de su abuela había sido apocalíptica, así que el plan era que Leonie se quedase en la casa de Figgy hasta que tuviera lo suficiente para alquilar su propio lugar. Leonie estaba emocionada por todo, pero se sintió desgarrada por estar lejos de Gabriel. A pesar de que no pudiera estar con él en el colegio, a ella le gustaba verlo. Estaba aterrada de que él pudiera olvidarla una vez se fuera.

"Es increíblemente amable por parte de tus padres," le dijo a Figgy mientras recogía sus pertenencias.

"Tonterías. Están encantados de que te quedes. Si te vuelves famosa, mi madre probablemente te atará a todo tipo de eventos y cosas de caridad." le advirtió Figgy.

"Creo que eso es un camino muy largo, si es que alguna vez pase. Podría ser un desastre total y yo una fracasada que abandonó el colegio de aquí al verano."

Figgy pensó que eso era poco probable. "Y si lo eres, puedes conseguir un trabajo en Londres y hacer las clases de actuación por las noches. Siempre hay una manera."

Con su baúl medio empaquetado, Leonie caminó junto a Figgy hacia el comedor para la cena. Nadie más sabía que se iba excepto sus compañeras de habitación.

He aquí Suki Laverne con su habitual mirada desagradable en su rostro.

"Hola Leonie. Espero que no hayas hecho planes para el fin de semana, porque necesito un par de trabajos más." ella sonrió, sacudiendo su pelo.

"Me temo que no será posible" le dijo Leonie.

Los ojos de Suki se entrecerraron. "¿No? Sabes cuales serán las consecuencias si no lo haces."

"Supongo que tendré que enfrentarlas."

"Serás expulsada. Y tu preciado sacerdote también." amenazó Suki.

Leonie sonrió, usando la misma dulzura falsa que Suki. "Me voy mañana, te alegrará saber."

"¿Te vas? ¿Así que ya te han echado?"

"No. Me han ofrecido un papel en la nueva película de Jack Edwards, así que tengo que irme del colegio antes." Leonie estaba segura de que Suki habría oído hablar de Jack Edwards.

Lo comprobó al ver la boca abierta de Suki.

"Estás mintiendo. Como si alguien como tú pudiera conseguir eso."

Figgy intervino nerviosamente. "Es realmente cierto. Leonie tuvo la prueba de pantalla cuando se quedó conmigo antes de navidad."

"No me lo creo. Has sido expulsada y esto es un estúpido intento de encubrirlo."

Leonie se encogió de hombros. "Creelo o no lo creas. No estaré aquí después de mañana, así que a partir de ahora puedes hacer tú misma tus propios trabajos."

Ardía furia en los ojos de Suki. "Todavía puedo ir donde la madre Benedicta y contarle lo tuyo con el cura."

"Como quieras. No tienes ninguna prueba. Ella pensará que estás actuando por algún extraño ataque de celos. Después de todo, no estaré aquí ¿verdad? Así que no es como si algo pudiera estar pasando.

Suki hizo una mueca triunfal. "Te olvidaste de la carta."

"¿Qué carta?" Leonie sonrió dulcemente otra vez.

"Sabes qué carta. Con su letra y tu dirección. Toda esa mierda de poesía."

Leonie se giró para marcharse. "Creo que debes estar imaginando cosas" se apresuró a irse con Figgy porque la campana ya había sonado.

Figgy estaba sin aliento cuando llegaron al salón. "Figgy estará furiosa cuando descubra que tienes la carta otra vez."

"¿Qué puede hacer? Yo no estaré aquí, y dudo que se atreva a amenazar a Gabriel. Especialmente sin pruebas. Además, ella necesita su referencia para su solicitud en RADA." dijo Leonie.

Las dos chicas se prepararon para la col hervida y entraron a cenar. Leonie sintió como si le hubieran quitado un peso enorme de sus hombros. Al menos, no más colegio significaba no más Suki Laverne. Y eso era un gran motivo para celebrar.

Caer en la tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora