Capítulo 39

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Dejé de ver la pantalla de mi celular para ver al chico que estaba frente de mi con sus ojos sobre el aparato en mis manos. Tragué saliva pues me había puesto tensa ante la llamada del chico que se suponía que era mi novio mientras estaba besandome con otro. Nathan no dijo nada, me alentó con la barbilla que respondiera y dando pasos hacia tras se alejó para darme privacidad, y no quería eso.

Lo menos que necesitaba en ese momento era hablar con él ya que no quería seguir ilusionandolo más. James era no solo mi novio sino mi mejor amigo y entendía que estaba por perder a alguien importante por mis deseos. Pero también sabía — y eso esperaba — que James lo entendería, eramos adultos y no digo que al serlo debamos soportar que nos apuñalen la espalda, no obstante, entender que esto no se lo buscó ninguno y que perderlo totalmente no era una opción para mí.

Deslice mi dedo sobre la pantalla y respirando hondo lo puse contra mi oreja con mi pecho subiendo y bajando ante la culpabilidad que sentía pues era obvio que no me iba a sentir del todo bien al dañar a un chico que confiaba en mí aunque no me arrepintiera de lo que había hecho.

Amor ¿dónde estás? — miré a Nathan quien tenía sus ojos sobre mí.

— Eh...— suspiré — fuera de casa. Vine a buscar a un amigo para que me aclara algunas cosas.

Fulmine a Nathan cuando sonrió con burla ante lo que le estaba diciendo a James y la verdad no le estaba mintiendo.

¿Tan temprano? Tienes el día libre y piensas en trabajar.

— Sabes que me gusta mi trabajo — reí tratando de calmar mis estupidos nervios.— claro también sabes que estar encerrada en mi habitación no es una opción.

Y sí, lo sé. Por esa razón quieres ir a recorrer el mundo.— miré a Nathan quién se alejó para responder una llamada — ¿volverás a casa?

Negué y rodé los ojos al recordar que él no me podía ver.

— No lo sé. Tenía pensado ir a ver a Darla.

Ella puede esperar — fruncí mi ceño — dime nena la dirección para pasar a recogerte.

— ¿Estás aquí? — abrí mis ojos y mi corazón empezó acelerarse más de la cuenta.

— ¡Sorpresa! — me quedé de piedra y Nathan con su celular sobre su oído me miró confundido ante no solo mi cuerpo tensó sino que estaba en shock — no te dije nada porque quería llegar y darte una sorpresa, pero no estás en casa así que mi plan se fue a la basura — mi corazón empezó a bombear con mucha aceleración y mis nervios se pusieron de punta — quiero verte nena, te extraño y ya quiero tenerte a mi lado.

Me había quedado sin habla y maldecía porque eso no podía ser posible. Comprendía que esta era mi oportunidad para romper todo lazo que tuviera con ese rubio de ojos verdes, sin embargo, eso no evitaba que quisiera que la tierra me tragará a tal sorpresa que de verdad me había dado. Tragué saliva dándome vuelta para que el pelinegro no viera la tensión en mi rostro porque necesitaba manejar esto a mi manera.

— ¿Puedo verte en tu departamento?— pregunté teniendo la esperanza que aceptará.

— Por supuesto — suspiré aliviada — entonces nos vemos allá... y Morgan — iba a cortar la llamada hasta que el me llamó — te quiero.

De nuevo sentí esa punzada en mi pecho. Estaba siendo una total bruja con ese pobre hombre y claro que yo lo quería, no mentía con eso pero nuestros corazones latían a un ritmo diferente por lo que no iba a seguir fallandole e iba ser totalmente sincera, nada de hipocresía y nunca la hubo en nuestra relación pues él bien sabía que nunca antes me había enamorado de aquella manera que hace que tu mundo se venga al suelo si te rompen el corazón.

Herederos ©✔[Heir#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora