Capítulo 40

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Todo en mi cabeza había pasado diferente e imaginé que cuando saliera de aquel departamento saldría como si nada sin mis ojos llorosos y mi pecho subiendo y bajando en busca de aire fresco. ¡Dios! Me había dolido tanto ver a ese hombre de aquella manera que no pensé dos veces en quedar un rato más hasta que se calmara y me dolía que me siguiera tratando tan bien después de todo lo que le cause y comprendía que él seguía siendo el mismo desde hace mucho tiempo y que la única que había cambiado era yo aunque no sabía si bien o para mal. Exhale viendo como las puertas del elevador se abrían en un piso completamente diferente al que me iría. Quite la coleta de mi cabello y pase mis dedos sobre el para peinarlo de nuevo pues suponía que del todo el alboroto estaba más desordenado. Un hombre se hizo a mi lado marchando el mismo número al que yo iba cuando las dos puertas se cerraron. Baje mis manos cuando amarre mi cabello negro en una coleta de caballo el cual me mire el la pared del elevador que me servía como esposo viendo que me había quedado más presentable que antes.

Me apoyé sobre el barrote que estaba a mi derecha e impaciente mordi mi lado de un lado y golpeé el metal con mis dedos miestras miraba los números de color azules disminuir hasta llegar al que antes había solicitado. De soslayo mire hacia el hombre que estaba junto a mi el cual iba metido en su celular tecleando algo en su móvil, el timbre del elevador sonó y cuando di el paso para salir de ahí quedé atrapada en medio de la puerta con el hombre que intentó salir también.

No sabía si él era el torpe o yo, o su madre no le enseñó modales.

— Disculpe — dijimos al unísono y cuando intenté volver a salir él también hizo lo mismo.— ok.

Ambos nos miramos como idiotas cuando nos quedamos parados en el elevador esperando que el otro saliera. ¡esto debía ser una estúpida broma! Las puertas del elevador estuvo apunto de cerrarse cuando el hombre puso su mano para evitar que eso sucediera.

— Gracias — dije saliendo primero del elevador y lo sentí detrás de mi cuando iba en busca de mi auto.

— Descuida ando distraído — por mi hombro vi que volvía a tener su mirada en su celular.

Saqué las llaves de mi auto del bolsillo de mi sudadera viendo como el hombre se detenía junto a la puerta del auto vecino con su mirada todavía dentro del aparato. El sujetó tenía unos treinta años o un poco más, su cabello era castaño al igual que sus ojos y cabe decir que era atractivo. El sujetó seguramente sintió mi mirada porque giró su cabeza para verme y frunció su ceño.

— ¿Ocupas algo?— negué quitando el seguro de mi auto. El sonido de un celular se hizo presente y no fue necesario saber de quién era ya que el hombre respondió la llamada abriendo la puerta de su auto y entrando en él.

— Marcos Lewis — fue lo único que escuché que dijo cuando cerró la puerta.

Entre a mi auto dándole vida al motor para ir en busca de un chico de cabello negro el cual él y su familia me darían las respuestas que buscaba y me sentía nerviosa al saber que al fin iba a tenerlas después de tanto tiempo armando un rompecabezas titulado misterio Collins. Le envié un mensaje a Nathan para que supiera que estaba en camino pues me había tardado más de lo que imaginé en la casa de James y solo esperaba que ese idiota no cambiará de opinión por el pequeño retraso de dos segundos más del tiempo que me había dado. Mordí mi labio por los nerviosa mientras estaba dentro del elevador — pues ya me sabía la dirección por lo que ayuda no necesitaba— y cuando las dos puertas se abrieron fui recibida por una pelinegra la cual mi presencia la tomó por sorpresa pues su rostro me decía que así parecía. Su mira azul por unos segundos estudiaron mi vestimenta y al comparación de ella quien estaba vestida formal salí parandome frente de ella mostrando que mi apariencia no me importaba pues me sentía cómoda y era lo único importante.

Herederos ©✔[Heir#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora