Capítulo 34

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Este maratón se lo dedicó a todas ustedes lectores las cuales se han mantenido fieles, me hacen reír no solo con sus comentarios sino que también con sus palabras de apoyo en esos mensajes. ❤ querían un maratón y eso les voy a dar, sin embargo, no me hago responsables si se llegan a quedar con intrigas ga en el último capítulo de maratón. Sin más preámbulos que empiece

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Owen nos contó una vez que estuvimos dentro de su coche que Nathan llegaría al lugar donde tendrían la cita — digo tendrían porque solo estaba aquí para apoyar a mi mejor amiga y nada más —  porque tuvo algo importante que hacer. ¿Qué era más importante que su primo? No lo sabía y tampoco quería saber más sobre ese pelinegro que realizaba que perdiera la cabeza de una o de otra manera. Expulse el aire de mis pulmones viendo por la ventana. Darla iba de copiloto charlando con su cita y no quería interrumpir así que me hundi en mis propios pensamientos. Tenía mis manojos de nervios al saber que pronto tendría que ese chico de frente ¡Dios! Aun sabiendo que no debería sentirme así porque ya conocía su cuerpo desnudo — el cual no salía de mi cabeza y era imposible olvidar ese trasero el cual por falta de luz no estaban bronceado— y, haber jugado ese juego el cual aunque no me arrepentía, estábamos en niveles diferentes.

Volteé a ver al frente cuando sentí una mirada y estaba en lo correcto pues por medio del retrovisor me encontré unos azules.

— No pienses que Nathan no quiere verte — fruncí mi ceño ante lo que me dijo — él en realidad no sabe que estarás con nosotros, la verdad no sabe de ninguna — miró al frente — le dije que saldríamos con unas amigas, sin embargo, nunca intercambie nombres.

Suponía que la intención de Méndez era hacerme sentir bien y relajada, pero eso no paso. La idea de que Nathan saldría con otras mujeres me incomodaba y era estúpido de mí parte cuando sabía bien que ese chico no sería de una sola mujer o estaría atado a mí después de haber tenido sexo. Como dije acepté jugar su juego, fue peligroso, atrayente pero no me comportaría como la chica toxica que piensa que tiene poder sobre él cuando no era así, un juego se juega entre dos, yo jugué con él ese juego y estando él en niveles superiores yo le podía ganar fácilmente.

Me tense cuando un mensaje entró y lo leí por medio de la barra de notificaciones y vi al responsable. Lamí mis labios y dejando de revisar mis redes sociales, entré leyendo directamente el mensaje de James. Ferguson me enviaba un buenos días, buenas noches o me preguntaba cómo había estado mi día. Estaba muy ocupado en el trabajo por lo que sus mensajes eran cortos. Sentí ese golpe en el pecho por la culpabilidad de hacerle eso a ese gran chico el cual toda mujer mataría por tener.

— ¿Ya llegaste?— envié la respuesta y miré a Owen quien conversaba con alguien por medio el audífono en su oreja — ¡Qué! — Darla me miró cuando el chico se exaltó — Si, Si entiendo ¿él está bien?— vi como suspiró aliviado — dejaré a las chicas e iré donde ustedes.

Compartí una última mirada con la castaña, Owen se quitó el audífono inalámbrico de su oreja y suspiró, lo que me intrigó.

— ¿Qué pasó?— me atreví a preguntar.

— Nathan no podrá asistir — me miró por el retrovisor — esta en el hospital.

— ¡¿Qué?! ¿Esta bien?— preguntamos al unísono las dos.

Asintió — Su abuelo tuvo una recaída, así que lo llevaron a emergencias.

Herederos ©✔[Heir#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora