Capítulo 33

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Suspiré mirando las hojas en mi escritorio terminando de acomodar cada papel en su respectivo lugar antes de irme a casa. Necesitaba completa concentración por mi salud mental, pero mi cerebro seguía maquinando algo que no debía hacer. Mire por segunda vez el celular sobre el escritorio, pensando si respondía o no respondía aquel mensaje el cual aunque días atrás controle la culpa por lo que le había hecho, en estos momentos me estaba golpeando más de lo que imaginé.

Pasé mis manos por mis rostros exasperada. El día que Selena me encontró en el departamento de su jefe, salí sin decir nada más porque no era necesario, si le dejé claro que no me juzgara con su mirada porque a leguas me decía que era una completa zorra o bueno lo pensaba en el interior al ponerle los cuernos a mi novio. De Nathan, no sabia nada pues cuando salí de su apartamento al parecer no se encontraba y tampoco quería saber dónde estaba porque necesitaba tener mi cabeza en blanco para saber lo que iba hacer.

¿Seguir con James? Quería a James y eso no lo iba a negar, sin embargo, me conocía a mi misma y no quería seguir siendo la novia infiel y volver a ese rubio el novio idiota cegado por el amor, no era justo.

— ¡Lista!— pegué un respingo cuando Darla entro a mi oficina sin tocar cuando estuve apunto de tomar el celular.

— ¡Mierda mujer!— llevé mi mano a mi corazón — ¿no sabes tocar?— la castaña sonriendo divertida — ¿Lista para qué? — guardé los documentos que estaban listos.

Tras el silencio la miré, sus ojos marrones me miraban diciendo en serio con su ceño fruncido a tal punto que me quería asesinar.

— Hoy es sábado — uní mis cejas confundida — ¡Diablos! ¿En qué mundo vives?

— Uno llamado: se aclara porque no puedo leer mentes — dibuje una sonrisa forzada en mis labios y volvi mi vista al papel que antes leía.

— Tenemos nuestra cita doble — ¿alguna vez se han atragantado con la saliva? En ese instante eso ocurrió y parecía una completa idiota tosiendo por esa estupidez.

Darla se burló de mi mientras yo trataba de no morir ahogada. Le había omitido lo que paso con Nathan porque primeramente no sabía cómo se lo diría. Martín era mi mejor amiga, mi hermana pero con lo que me dijo la última vez sobre el pelinegro y su intención de que me olvidará de James, sabía que brindaría de la emoción. Y confianza en ella, vaya que lo hacía; sin embargo, no queria que nadie más le viera la cara de idiota al buen hombre que tuve todos estos años a mi lado quien no solo me dio su confianza la cual rompí, sino que me dio su amistad y la mano en muchos momentos en los que lo necesite.

James era una gran persona, un gran hombre y ya tenía suficiente que Nathan como Selena tuvieran pena de él — solo la última —, por ello hablaría con James y le diría la verdad porque no me gustaba ser hipócrita — aunque lo era en algunas ocasiones como todas — pero quería ser justa y clara con ese rubio de ojos verdes.

— Sabes que te conozco — mire a la chica a mi lado cuando estuvimos dentro del elevador — y se que te ocurre algo, sin embargo, quiero que me lo digas cuando estés lista porque no quiero obligarte a que lo hagas y sé que por la mirada en tu rostro es algo grave.

Como dije era mi mejor amiga y ella me conocía más que yo a mi misma y yo la conocía a ella más que ella misma. Por eso nos complementamos. No me arrepentía de lo que hice con Nathan porque fue una de las mejores tardes de mi vida y vaya que lo fue, pero sentía culpa por romperle de esta manera el corazón a un chico, porque sí,  apenas regresará le diría. Porque no le iba a decir por teléfono.

Ey mira que tuve sexo mientras no estabas ¿sabes con quién?  Jajajaja adivina, lo odias.

Ferguson se merecía más de mí por ello esperaría que regresara de su viaje para conversar con él pues estos días he estado ignorando sus mensajes y respondiendo tan frío que creo que ya sospecharia que me ocurre algo, aunque nunca fui tan melosa al textear con él.

Herederos ©✔[Heir#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora