Capítulo 38

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Quería creer que nada estaba pasando conmigo, que todo estaba en su lugar como siempre lo había tenido pero era muy difícil cuando Eva lo había dejado claro. Yo no quería aceptarlo, no podía y no debía por la simple razón que no permitiría ser dañada por una persona que no buscaba nada conmigo. No diré que me deje llevar por los deseos porque bien sabía en lo que me metía, y era hipócrita e injusto de mi parte evitar sentir algo que haré que muy pronto una persona que decía amarme sentiría.

No sabía como todo había cambiado tan repentinamente. Había llegado al edificio buscando a un hombre por respuesta a todas mis preguntas y ahora había tenido varias preguntas contra mí las cuales no sabía como tomar o responder porque no estaba segura de nada. Me apoyé contra la pared fría del elevador, respiré hondo porque Eva me había dejado con dudas en mi cabeza las cuales no tenían ninguna relación con mi presencia en ese lugar ¡mierda! Esa rubia si que sabía como confundir.

— ¿Qué sientes en realidad? ¿Qué te pasa cuando estás con él?

— Nada — respondí — ese hombre me vuelve loca, hace que mi mar con calma se transforme en un maremoto e intentó mantener todo en su lugar pero su simple presencia hace que todo se vaya al caño.

Ella río al escucharme pues me molestaba solo de hablar de él.

— Eso es más que suficiente — fruncí mi ceño confundida porque no sabía a lo que se refería.

Las dos puertas de metal se abrieron y salí tratando de mantener mi mente en blanco. Necesito respirar aire fresco, no podía volver a casa por estos momentos porque no me sentía lista para charlar con Carter o con mi padre quién minutos atrás me mandó un mensaje de texto diciendo que quería hablar conmigo ya que no había contestado sus llamadas. Lo menos que necesitaba era más problemas y preocupaciones, así que evitaría a mi familia y Darla me ayudaría con eso.

Me pare en seco y deje de respirar viendo al individuo frente de mi apoyado en su coche con un abrigo negro y una camisa de algodón por dentro de cuello largo del mismo color dejando que su cabello azabache se luciera. Mi corazón se aceleró cuando él dejando de ver sus zapatos recién pulidos del color de su vestimenta se conectaron con los míos.

*— Cuando lo aceptes todo en tu mundo va a cambiar.

Negué ignorando las palabras de Eva porque era mi momento de concentrarme en algo que era real y viendo que la expresión del pelinegro reflejaba que sabía que ambos estábamos en el mismo lugar, no iba a preguntar y  fui a él. Sus ojos bajaron a mi cuerpo y mostró una sonrisa de medio lado volviendo a verme a los ojos y mis mejillas se corearon por presenciar esa hermosa sonrisa sexy del sujeto que seguramente se estaba burlando de mi atuendo en estos momentos aunque sus ojos no me decían eso, la verdad no me decían nada.

— Me sorprende que una chica como tú, no le importe andar presentable — dijo pero lo ignore — no importa sigues estando hermosa.

Cerré mi boca cuando dijo lo último y sentí que de nuevo mi corazón estaba empezando acelerarse y no era solo por halagarme, sino que estaba estaba lo suficientemente cerca para sentirme pequeña ante su mirada intensa y penetrante.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó achinado sus ojos.

— Eso debería preguntar yo — me crucé de brazos intentando mantener mi postura.— soy la única que al parecer sorprendida de verte.

— Aquí vive mi primo — rodé los ojos — ¿Por qué quieres verlo?

— Quiero hacerle unas preguntas — Nathan levantó una ceja y mordí mi labio mirando a otro lado pues se miraba más atractivo haciendo eso.

Herederos ©✔[Heir#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora