Capítulo 50✔️

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Narrador omnisciente

Las temibles veinticuatro horas pasaron, la estabilidad de la heredera había regresado. Por fin la habían vuelto a remitir a una habitación particular.

— Drag— dice Stone acercándose al área de espera— Ya enviamos a tu mujer a un cuarto aparte. Ya se está colocando un equipo de seguridad, el que tú nos mandaste, claro, para evitar cualquier cosa.

— Stone— dice un muy demacrado Drag, pues llevaba más de 35 horas sin dormir— Ella... ella... ¿está bien? ¿Ya no volverá a tener otra crisis?

— No lo sé. Eso depende de ella. Pero hasta los momentos ha reaccionado bien. Dentro de una hora podrás verla.

— ¿Y por qué no ahora?— dice Drag molesto.

— Por qué ahorita necesitas un buen baño y comer. Porqué si te ve así como estás, se asustará.

Era cierto. El estado físico del Diablo era catastrófico, pero ninguno estaba en mejor estado que él. El cansancio, rabia, impotencia, incertidumbre y venganza era palpable en todos los que estaban en esa sala, incluso Vianko, que su trato con la heredera habían sido mínimos y poco agradables.

— Bien. Pero ni pienses que me voy a retirar de aquí.

— No faltaba más— dice intentando sonreír el doctor— Puedes asearte en mi baño personal. Ahí dejé algunas cosas que te pueden ayudar. Por cierto, ¿y el padre de la chica?

— Él se retiró a atender una llamada de la madre de mi chica.

— Bien. Acompáñame.

Así ambos amigos se retiraron al consultorio del doctor.

...

Dos horas después de haber sido trasladada al cuarto, Samantha despierta. Pero debido al alto grado de sedantes y la adrenalina que aún circulaba por su cuerpo, despertó con una severa crisis nerviosa.

— ¿Ángel? ¿Ángel dónde estás?— una muy angustiada Samantha empezó a gritar— ¿Qué es esto?— dijo al observar las intravenosas que se encontraban en sus brazos— No, no, no...— siguió gritando y empezó a quitárselas, aunque en el proceso se lastimara más.

A los minutos un enfermero y una enfermera entraron al cuarto, al darse cuenta del escándalo que se estaba formando. Al llegar vieron rastros de sangre en las sabanas y a la heredera intentando ponerse de pie. El enfermero llamado Ryan intentó acercarse a Samantha para regresarla a la cama pero ella al verse rodeada se sintió acorralada y empezó a hacer lo mejor que sabía.

Ryan recibió un golpe en su mandíbula, que si bien no lo noqueo, logró desestabilizarlo. La enfermera, que se llamaba Amanda intentó entablar una conversación con la paciente.

— Señorita, nosotros no queremos hacerle daño— empezó a hablar de manera calmada— Nosotros estamos para cuidarla. Su familia la está esperando. Debe calmarse.

— ¿Familia? ¿Tengo familia?— habló Samantha, su tono de voz era lastimero y perdido. Sonaba confundida.

— Si señorita, su familia está afuera. Su padre...

— Nooo— volvió a gritar de manera lamentable— Él no. Por su culpa. Por su culpa no tengo familia. Por su culpa él no está. Por qué no está, ¿cierto? O ¿él si está?

Los enfermeros se voltearon a ver, ambos lucían confundidos por los cambios de ánimos de la heredera, la cual ahora se encontraba sentada en la cama mirando el horizonte.

— Debemos avisar al doctor. Ella no está en su sano juicio— dice Amanda, preocupada.

— ¿En serio? No me digas, mira como me dejó la boca— dice Ryan, sin dejar de tocarse la mandíbula— Y eso que está drogada.

Ryan le hace una seña a Amanda para que se retire del cuarto y ella pueda localizar a Sev.

...

— ¿Te falta mucho?— dice Stone revisando unos expedientes— Pareces mujer.

En eso sale Drag, ya bañado y completamente arreglado.

— Gracioso. Ahora llévame con mi mujer.

Antes de que Stone pueda decir algo, entra una enfermera algo acalorada.

— Doctor, la paciente despertó, pero está muy agresiva y deprimida. En realidad, no sé ni cómo está.

Ambos hombres se voltearon a ver, y sin decir nada se fueron a la habitación de la heredera.

...

— Tú eres como ellos. ¿Tú eres de él? ¡Tú eres parte de su grupo!— seguía diciendo Samantha al enfermero, el cual se mantenía alejado de manera provisional.

En eso abren la puerta y entran el doctor, la enfermera y el Diablo. Este último al ver a la joven en aquel estado, se queda paralizado.

— ¿Drag? ¿Eres tú? Sácame de aquí. Por favor. Ellos no me quieren dejar ver a Ángel... ¿Y cuándo pelearé en el bar de Sergey?— una muy confundida paciente recibe a su prometido con preguntas extrañas.

— ¿Es normal que ocurra esto?— le pregunta en un susurro, Drag a Stone.

— Normalmente las personas que son drogadas con éste tipo de sustancias, tienden a alucinar o tener lagunas mentales. Y como los resultados de los exámenes arrojaron que a tu chica le inyectaron éste compuesto cada tres horas, no te sabría decir a ciencia cierta las consecuencias. Lo mejor ahora sería seguirle la corriente. Y ponerle un sedante.

— Ese hijo de puta. Me las pagará muy caro— dice en un susurro Drag.

— Drag, ¿tú me quieres o solo soy un negocio?— dice ida la heredera.

— Pequeña, para mí tú nunca has sido un negocio.

— ¿No?— dice cuál niña pequeña.

— Drag, trata de distraerla mientras preparamos el sedante— dice en un susurro Sev.

— No. Al inicio fuiste un reto. Pero ahora es diferente.

— ¡No te importo!— dice enojada mientras golpea el colchón.

— Claro que me importas.

— Mentira, tu prefieres a esa zorra antes que a mí.

— No metas a María.

— Y la defiendes.

— Hermano, la idea es que la calmes no que la altere— dice Stone, terminando de preparar la jeringa con el sedante.

— Mira, Samantha— dice acercándose a la joven y tratando de tocarla— Tú me importas más que nadie, eres lo mejor que me ha pasado, pero te quiero sana, no así. Te necesito.

— Sí tanto me quieres, ¿dónde estabas cuándo más te necesitaba? Cuándo mí tío abusó de mi, ¿dónde estabas? ¿Dónde estabas cuándo te llamé? ¿Estabas con ella, cuándo suplicaba por ayuda?— dijo llorando antes de caer rendida por los efectos del calmante.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora