Capítulo 62✔️

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Estuvimos juntos, demostrando todo lo que nos habíamos guardado desde el primer momento, las horas pasaban, las caricias y los besos nunca dejaron de ser protagonistas. Drag no había exagerado al decir que era un gran semental, esa noche había logrado contenerse para poder prolongar mi placer, para así después obtener el suyo. Reconozco que descubrí que era podía tener múltiples orgasmos gracias a él. Perdí la cuenta en mi quinto orgasmo, pero sé que él había logrado venirse tres veces.

Cuando acabamos ya era bien entrada la noche, y soy consciente de que habíamos empezado a mediados de la tarde. Y no conforme con ello, al amanecer tuvimos el mejor despertar de la historia. Y si hubiera sido por mí, hubiera seguido. Pero Drag me dijo que tenía asuntos por resolver, entre ellos mi regalo para mañana, y sólo por eso lo deje ir.

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Estuve toda la mañana enredada en las sábanas y rememorando todo lo ocurrido hacia tan sólo unas horas. Tan sólo pensar en eso, me hizo dar cuenta de que cualquier cosa se puede convertir en un vicio. Porque ya estaba extrañando como loca su cuerpo, sus besos, sus caricias, todo él. Quiero pensar que sólo se trata de algo carnal, pero sé qué mi corazón de una u otra forma siente por Drag.

Para evitar dar rienda suelta a mis pensamientos, decido alistarme y dirigirme a la sala de entrenamiento. Y aunque no era obligatorio que fuera, ya se había convertido en mi rutina. Pasé el resto del día entrenando en el ring de boxeo, pelee con varios guardaespaldas de Drag y afortunadamente les gané.

Ya no era un secreto que me había vuelto el arma secreta de Drag. Los trabajadores sacaron sus propias conclusiones. Y si antes me miraban con respeto y miedo ahora era peor.

Por fin mi cumpleaños número veinte, había llegado y con ello la dichosa sorpresa de Drag. A diferencia del año pasado, esta vez no había recibido regalos o felicitaciones por parte de mis padres, y la verdad si hubiera recibido algo de ellos lo hubiera quemado sin remordimiento alguno. Después de que me vine a vivir con el Diablo de manera permanente, no volví a contactarme con ellos, y aunque me dolió alejarme de mi nana, supe que era lo más sano para mi estabilidad mental.

Las únicas personas que me habían felicitado eran los empleados de Drag, todos excepto María, la cual convenientemente había viajado a Alemania para evitar inconvenientes. Creo que ese fue un gran regalo, aunque presiento que cierto demonio, metió sus manos, y no me quejo.

La nana de Drag, se había convertido en un sustituto temporal de mi nana; ella me estaba ayudando a ponerme el dichoso vestido, y sin ánimos de parecer egocéntrica, el vestido me hacía ver como una diosa. La prenda hacía resaltar todos mis atributos, cada cosa en su lugar, los tacones me dieron más elegancia, y el maquillaje básico resaltó mi belleza natural. Al verme al espejo sonreí por el resultado obtenido. Al final había decido dejar mi cabello suelto y al natural, mis rizos se hicieron presentes debido al clima.

A eso de las 6 de la tarde, Drag me buscó en mi habitación. Y verlo boquear varias veces me hizo sonrojar de manera sobrenatural, había logrado uno de mis tantos cometidos (tener al Diablo a mi merced).

— Estás no sé que decir— dice mientras me mira lascivamente.

— Vamos a ver esa sorpresa... después podremos jugar, y romperás esta vestido, por qué sé que lo deseas tanto como yo— le susurro lo último mientras me enlazo a su brazo, y cambio de tema— Sabes que soy muy impaciente... Y tu sorpresa me tiene con mucha curiosidad— dije a la par que lo guiaba a las escaleras.

— Recuerda que la curiosidad mató al gato— dijo cuando ya nos acercábamos a una de las camionetas.

— Pero al menos murió sabiendo— digo entrando en el auto.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora