La semana casi transcurrió con normalidad, después de ese balde de agua por parte de mi padre y Drag, ya todo transcurría en orden, o lo más en orden que se podía en mi vida. Dimitri estaba feliz porque su negocio iba viento en popa gracias a mí; tanto así que dejo que yo misma eligiera mi ropa para mi cumpleaños, parecerá tonto pero así de controladores eran ellos, cuando se lo proponían. Mi mamá estaba un poco más atenta conmigo, pero solo en apariencia, lo único que hacía era preguntar cómo iba mi relación con Drag y ya.
An por su parte, me había conseguido una pelea para el miércoles, fue algo relativamente simple; dos round y gané, con un KO, aunque quedé con un ojo morado, por lo que me tocó usar mucho maquillaje durante los días siguientes, tanto que pareció que hubiera entrado en la fase de chica gótica.
Las cosas con Drag cada vez eran más complicadas, mis hormonas casi siempre amenazaban con hacerse notar y él lo sabía, y lo usaba en su beneficio. Y yo, bueno era un lío hormonal y sentimental. Hormonal, porque Drag cada que podía me decía cosas con doble sentido o se acercaba demasiado a mí. Y sentimental, porque me sentía un poco confundida; me habían atado a un hombre que no conocía y que por encima se veía peligroso y muy temperamental; pero que también era muy accesible y amable cuando quería. Puede que esa sea su faceta para conquistarme, pero temo de que algo en mi nazca.
Después de Edward, decidí que las relaciones y todo lo relacionado con el amor estaban cancelados de forma permanente para mí. Sin embargo, Drag se encargaba de derrumbar cada muro que había logrado en mucho tiempo, y eso me aterra.
Pese a que nos conocíamos desde hace una semana, cada que lo miraba y lo cogía con la guardia baja, veía que había más debajo de esa máscara. Y entraban en mí unas ganas de averiguar que escondía realmente.
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El tan esperado sábado 23 de mayo llegó.
Y todos los que trabajaban en la mansión Romanoff, estaban completamente atareados. Y no es para menos, gracias a las relaciones lícitas de mi padre y a su amistad con el presidente de la nación, mi cumpleaños se celebraría nada más ni nada menos que en el Palacio de las Facetas.
El Palacio de las Facetas, no estaba abierto al público. Éste es un edificio del Kremlin, que contiene lo que solía ser el principal salón de banquetes de los zares moscovitas. Por lo tanto su acceso es limitado, normalmente lo usa el presidente como sala ceremonial oficial.
Toda la mañana fue usada para que un grupo de estilistas y maquilladores me arreglaran por completo. Según mi madre era necesario todo eso pues, hoy en la noche sería la presentación oficial de la hija del mafioso más poderoso del mundo. Cuando me informaron que todos los líderes de las mafias que gobiernan el mundo estarían presentes, sentí un nudo en el estómago, y no dude en salir corriendo a tomar aire.
Era la primera vez que la vida oculta de mi padre me golpeaba de lleno. El miedo en mi rostro era palpable, sin importar la cantidad de maquillaje que me colocaban, mi semblante era como el de un zombie. Mi madre se encargó de tranquilizarme junto a Nana, era la primera vez en mucho tiempo que se comportaba como una madre. Y eso sólo confirmaba que ésa noche era más importante y peligrosa de lo que ya parecía.
Pura gente desconocida, poderosa, peligrosa, arrogante, adinerada, engreída y orgullosa serían los invitados de honor de una celebración que se suponía sería mi presentación, pero todos sabíamos que era para demostrar el poderío de la familia Romanoff. Al menos An estaría conmigo, y muy a mi pesar Drag también.
Los regalos de mis padres no se hicieron de esperar, un hermoso apartamento moderno en la mejor zona de Moscú, muy cerca del apartamento de Ángel. Mi apartamento contaba con un amplio ventanal en la sala, dos baños, dos habitaciones, cocina-comedor y un hermoso balcón. El regalo de An fue más sentimental y perfecto. Un par de dijes de oro en alusión a mi comiquita favorita, algo muy de nosotros.
El vestido que escogí iba en degradado de negro a azul, con un escote perfecto, la parte de la espalda podía esconder fácilmente mi tatuaje, ni muy ceñido ni muy holgado, en su punto exacto. Mi cabello decidí llevarlo suelto con un cintillo hecho con mi propio cabello. Cuando me vi en el espejo, quede complacida con el resultado. Me veía elegante y sobria.
Digna hija de Dimitri Romanoff
Hoy todos conocerán a la Heredera, Samantha Romanoff
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Narrador Drag Müller
Esta semana estaba resultando un sueño, todo lo que quería se estaba logrando sin mucho esfuerzo. Por motivo del cumpleaños de Samantha se llegó a un convenio de paz; todos los mafiosos más peligrosos y reconocidos nos reuniríamos con el único motivo de conocer a la próxima heredera del clan Romanoff, mi prometida.
Duré dos días tratando de encontrar el regalo perfecto para la chica que lo tiene todo. Al final me decidí por un sencillo conjunto de joyería de diamantes. Y por supuesto, el anillo de compromiso, una perfecta obra de arte hecho de oro blanco puro con una piedra de zafiro.
El evento se realizaría en el Palacio de las Facetas; no me sorprendió el alcance que tiene Romanoff, pues éste sitio está cerrado al público, sólo el presidente tiene permitido ingresar al mismo, y conociendo a mi suegro, de seguro hubo un trato muy generoso de por medio para poder utilizarlo.
Es curioso que en ese salón donde antes se reunían los zares moscovitas y personas de la realeza de cada rincón; ahora se reunirían los mayores y más influyentes mafiosos, aquellos que controlamos el mundo sin que este fuera consciente de ello. Por la misma razón, planeo hacer oficial mi compromiso con Samantha, así nadie se atreverá a poner un ojo en ella. Porque todos saben que lo que es del Diablo se respeta, a menos que quiera un balazo entre ceja y ceja.
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Ángel De La Muerte
AcciónHeredera de la mafia rusa, hija de los Romanoff. Comprometida con el líder de la mafia alemana, el General Drag Müller. Traicionada y vendida por su familia, con oscuros secretos. Estudiante ejemplar de día y boxeadora amateur por las noches. Con u...