Capítulo 1✔️

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Desde que tengo memoria mis padres han hecho de mí lo que han querido, imponiéndome una rutina que realmente asfixia, ir al Instituto Gray Falls, el mejor instituto en Rusia, sólo para niños de la alta sociedad; ir a clases extracurriculares como defensa personal, arte y cocina; para poder llegar a casa extenuada para no poder darme cuenta de lo que ocurre a mi alrededor.

Mis padres, Dimitri Romanoff y Anastasia Hardeski, son unos empresarios, los magnates de la industria hotelera a nivel nacional e internacional; o eso es lo que las personas de bien creen. Pero en el bajo mundo, mi padre controla la mafia rusa, que data desde la época de mi bisabuelo; en ella la crueldad, el dinero, la trata de personas y el narcotráfico es el pan de cada día.

Cuando era pequeña no sabía ni entendía de que trataba el imperio familiar, pero desde los dieciséis años aprendí quiénes eran mis padres, y por ende quién era yo. Mi mayor miedo hasta los momentos era que mi padre me comprometiera con alguien igual o peor que él. Pues a mí me tocaría hacer el papel de esposa vitrina, es decir, no hablo, no pienso, no siento, a menos que mi dueño, digo esposo, me diera permiso.

Dada a mi actitud rebelde digna de una adolescente mimada nacida en cuna de oro, he tenido más de mil problemas con mis padres. Ellos están conscientes de que no dejaré que me vendan como si fuera una propiedad más de ellos, y que el día que lo haga pobre de aquel hombre.

A mis dieciséis años en un acto de rebeldía impulsado por una clase de biología, donde explicaron la metamorfosis de la mariposa; me antoje de realizarme un tatuaje que abarcara toda mi espalda con las alas de una mariposa, pero al llegar con el tatuador me mostró un diseño de su autoría de unas alas de ángel, al verlo quede flechada y decidí realizármelo. Fueron las horas más dolorosas de mi vida, sin contar que fue en más de una sesión, dolor en su máximo esplendor, pero me enamoré del resultado.

...

Sin más vacilaciones, decido alistarme y ponerme mi uniforme, el cual consiste un pantalón de vestir, color azul marino de corte alto; una camisa blanca tres cuartos; una corbata del mismo tono del pantalón; y dado a que mi amada Rusia es muy fría un chaleco a juego.

Bajo a nuestro pequeño comedor nótese el sarcasmo, pues abarca más de veinte puestos, y veo que mis queridísimos y atentos padres están desayunando sin mí, otra vez.

— Buenos días— digo haciéndome notar, pero ninguno levanta la mirada— ¡BUENOS DÍAS!— digo gritando.

Y ahí sí me miran.

— Te escuchamos la primera vez, Samantha— dice mi madre, sólo me dicen hija cuando quieren algo— No hace falta que grites como una loca sin educación— finaliza tan educada y refinada como siempre.

— ¡Samantha, ya vas retardada!— gruñe mi padre, mientras bebe de su taza— ¡Ya deberías haber desayunado e ido al instituto!

—¿Saben algo? — pregunto de manera retórica, agarrando una tostada— Mejor como algo camino al instituto, como ya han dicho voy tarde.

Salgo de la sala y tropiezo con mi Nana.

— ¿Sucede algo, mi niña? — pregunta tan amable como siempre.

— Nada, lo de siempre, mis padres mostrando su afecto son los mejores.

Y así empieza una nueva semana.

...

Me dirijo a mi hermoso Audi R8 negro y me voy a la cárcel privada para niños ricos, es decir, el instituto. Lo único bueno de estudiar allí, es que ahí está mi mejor amigo, mi hermano de travesuras, Ángel Pentangelli, se puede decir que nos conocemos desde niños, sé todo de él y viceversa.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora