Capítulo 41✔️

53 10 0
                                    

Joder, ¿por qué debe existir la resaca? Creo que tomar tanto alcohol no fue tan buena idea. Me levanto del sofá, en el cual, por cierto, no recuerdo haberme acostado, y observo a mí alrededor.

¡Mierda mi nana nos va a matar!... Y ¿Alex?

Empiezo a buscar con la mirada a Alexander, y lo encuentro entrando al despacho con una bandeja.

— Buenas, imagino qué querrás algo para el dolor de cabeza— dice sonriente.

— Hola. Sí y mucho... Me está matando.

— Toma.

Me ofrece jugo de naranja y unas pastillas, a lo que de una me las tomo.

— ¿Hay alguna noticia de mis padres, Drag, Ángel o alguien?— pregunto mientras acabo con el delicioso jugo.

— Drag acaba de llamar para preguntar por ti. Tus padres se comunicaron en la mañana con tu nana. Y...

— Espera, ¿cómo qué en la mañana? ¿Qué hora es?— pregunto interrumpiéndolo.

— Son las cuatro de la tarde. Respecto a Ángel, no sé nada. No contesta su celular.

— Mierda. En serio que quedé muerta anoche... ¿No contesta? Que raro, él no es así... ¿crees qué le pasó algo malo?— pregunto preocupada.

Una presión en mi pecho se instala en mí.

— No lo sé. Pero puedo averiguar si quieres.

— Hazlo— le pido.

— ¿Crees qué te puedes quedar sola acá?— pregunta.

— Claro. ¿Qué me podría pasar? ¿Por qué?— digo curiosa.

— Tengo que resolver unos encargos de Drag, y hacer lo que me pediste.

— Entiendo... Ve tranquilo. Lo más seguro es que vuelva a dormir, sólo que está vez en mi cuarto.

— Bien. Te avisaré cualquier cosa. Si necesitas algo, llámame.

Sin más, sale del despacho y se va. Yo por mi parte decido irme a bañar. Después de un relajante baño con todos los juguetes decido ponerme un conjunto sencillo de lencería. Me recuesto en mi balcón y observó todo a mi alrededor. La puesta de sol es magnífica, aunque un poco nostálgica. Me pregunto qué estará haciendo Ángel en estos momentos y por qué no se ha comunicado conmigo.

En eso recibo una notificación de un nuevo mensaje, en específico un nuevo vídeo. Mientras se descarga el archivo intento adivinar quién puede ser el remitente. Cuando por fin se descarga, la imagen frente a mis ojos hace que ahogue un grito.

Veo a mi hermano en ropa interior, amarrado de manos con unas cadenas en el techo, cubierto de sangre; con su rostro completamente deformado por culpa de los golpes inhumanos, que de seguro habrá sufrido.

Le veo mientras alguien encapuchado le perfora la piel con un cuchillo, a lo largo de su abdomen, por lo que, Ángel grita con desesperación, la imagen ante mí es realmente desesperante, veo que le levantan el rostro, y su bello rostro ahora está irreconocible.

Su ojo izquierdo está completamente cerrado, su nariz se ve obviamente desviada, su labio inferior está hinchado a más no poder. Le hacen un acercamiento a sus manos, están amarradas con unas cadenas, pero se ve que antes estaban amarradas con soga, pues se ven muy maltratadas.

Verlo así, solo hace que miles de lágrimas broten de mí sin control alguno. El vídeo dura unos quince minutos, pero no pude terminar de verlo. El remitente parece saber que dejo de verlo, pues llega otra notificación, pero está vez es de un mensaje.

Querida heredera:

Sí quieres volver a ver a tu amigo, debes venir a esta dirección. Sola. De lo contrario, tu amigo muere. Tienes hasta la media noche para venir.

Después de eso,el remitente anexó una imagen de cómo llegar desde mi casa hasta allá.

Necesito pensar rápido. Debo ir hasta allá a rescatar a mi amigo como sea. Decido cambiarme de ropa, y colocarme algo más cómodo. Si llego a tener alguna oportunidad de luchar, no la perderé. Me coloco un mono, un suéter tipo ombliguera y unos tenis blancos. El cabello me lo colocó en un moño improvisado.

A pesar de que el Fantasma; porqué sé qué es él, lo qué no sé es el porqué; me dio hasta la medianoche, no tengo tiempo que perder, sus heridas se veían muy profundas, y el tiempo juega en mi contra. Decido escribirles una nota a mis padres, a nana, a Drag o a cualquiera que se dé cuenta de que no estoy.

Sé qué es una trampa. Pero él es mi familia, y no lo puedo dejar.

Espero que me perdonen. No fui la mejor hija mucho menos la mejor amiga.

Lamento decepcionarlos.

Con amor, Samantha.

Trato de no llorar, pero se me hace imposible. Por mi mente pasan todos los recuerdos con mi amigo. Por él haría lo que fuera, así como él por mí. Por eso no me importa ir directo a la cueva del lobo,no si con eso logro salvarlo; mi muerte entonces será bien servida. Dejo de pensar en boberías y llamo a un taxi, para que me lleve a mi final.

Dejo de pelear conmigo misma, cuando alguien del servicio me informa que mi taxi llegó. Me despido de mi cuarto, mi casa, mi vida. Sólo Dios sabe cuándo volveré, si es que volveré. Me monto en el taxi, y le doy la dirección al chófer, éste se me queda viendo extraño, quizás nunca ha llevado a alguien con el maquillaje todo corrido.

— ¿Algún problema?— sueno más tosca de lo que pretendía.

— Disculpe señorita. Pero, ¿le pasa algo?— pregunta temeroso.

— No lo entendería— y es verdad, porqué ni yo lo entiendo— Limítese a hacer su trabajo por favor— finalizo.

El viaje transcurre en completo silencio, el señor decidió colocar música para armonizar el ambiente. Yo simplemente me limitaba a ver el paisaje, recordar es vivir dicen por ahí. Recordaba cada momento con An. Las lágrimas salían sin control alguno mientras veía el paisaje.

Por mi culpa, él estaba allí. Está encadenado, desnudo, golpeado, herido. Sólo por ser mi amigo. Por ser mi eslabón, mi talón de Aquiles, mi alma gemela.

Quizás la persona que lea mi carta, se preguntará por qué no pedí ayuda. Fácil, sí lo hacía él muere, aquí no interesa mi seguridad ni nada, sólo importa él.

Él ni nadie se merecen ser tratado así. Todo esto es mi culpa, si él no fuera mi amigo, mi confidente, mi aliado, mi todo, ellos no lo habrían atrapado. Fácilmente le puede haber dicho a Alexander, llamarle para que me siguiera, pero resulta que no tengo su número, estúpido ¿no?. Y llamar a Drag, sería suicidio, llamarle es sinónimo de que no me dejará buscar a An y eso no lo puedo permitir.

Ángel, juro por todo lo conocido y desconocido que te libraré de ese sufrimiento. No permitiré, que por culpa de mis padres, ambos suframos

No más

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora