Narrador Samantha Romanoff
Despierto al sentir mi cuerpo pesado, abro mis ojos y me doy cuenta que estoy atada de manos a la cabecera de la cama con unas sogas, pero eso no es lo preocupante del asunto, lo preocupante es que estoy completamente desnuda, sólo una sábana blanca me cubre.
Asustada intento moverme pero al intentarlo siento que no tengo control en mi cuerpo, ni siquiera puedo gritar o hablar con fuerzas, sólo salen simples balbuceos. Cierro los ojos, y trato de recordar que es lo que pasó para llegar a esta situación tan aterradora, pues siento una laguna mental espantosa.
Ángel había estado desaparecido desde la fiesta; recibí un vídeo de Ángel siendo torturado donde también me enviaban una dirección a un lugar desconocido; mi terquedad en ir a un lugar sola aún cuando sabía que era una trampa; me defendí poniendo mi vida en riesgo con esos sujetos; el traidor de Lincoln haciendo su aparición, llenando de dudas todo lo que conocía; después la muerte del sujeto dada por mi mano, luego la inyección y por último la oscuridad recibiéndome.
No había que ser un genio para saber que me secuestraron.
¡Oh Dios mío! Maté a un hombre
Era yo o él... pero... pero...
Instinto de supervivencia
Iba a continuar debatiendo conmigo misma sobre lo mal que era que matara a un hombre; pero un sonido me alertó, mejor dicho unos pasos lentos pero confiados. Decir que la adrenalina y el miedo los tenía a mil sería un eufemismo.
Mientras esperaba a mi secuestrador, que debía ser El Fantasma, decidí distraer mi mente en observar el lugar en donde me encontraba, capaz y podía encontrar algo que me pudiera ayudar.
La habitación estaba oscura, aún la luna se veía, pero estaba en una posición que indicaba que el amanecer estaba muy cerca, es decir, debía tener horas inconsciente. Las paredes se veían oscuras, así que, asumo que eran de color grises. Sólo había una ventana, pero ésta tenía barrotes de metal, y la única puerta que se veía, tenía la cerradura por fuera.
En otras palabras, estaba jodida.
Pero eso era lo de menos, lo que más me preocupaba era la salud de Ángel. Mi vida no me interesaba, la de él, era mi única prioridad. Cuando por fin se abre la puerta, cierro mis ojos en un vano intento de hacerme la dormida.
— Abre los ojos, sé que estás despierta. La droga dejó de hacer efecto hace — mira su reloj— unos diez minutos...
— Ttttuuu...— intentó decir, pero la lengua y todos mis músculos los siento muy pesados, incluso me duele— ¿Qquuee mmee hhiicciissttee?
— Tienes una dosis no letal pero si ideal para mis planes, de Rophynol o lo que es lo mismo Flunitrazepam, la droga de la violación— dice sonriendo maliciosamente.
Intento procesar lo que dice, pero no tengo idea de que habla. Jamás había escuchado de ella.
— Por tu cara de confusión, debo suponer que no sabes nada de ella.
— Essstas llllooocoo— mis palabras salen lenta y pesadamente.
— Quizás sí, quizás no... ¿Quién sabe?... ¿Quieres saber qué causa en ti lo qué te inyecté, pequeña?— pregunta burlón, mientras se retira la corbata con movimientos ágiles.
Sólo atino a asentir, pero el dolor de cabeza hace que suelte un quejido.
— Verás esta droga actúa incrementando la actividad del ácido gamma-aninobúritico, un neurotransmisor inhibidor que se encuentra en tu cerebro— termina con un aire de suficiencia.
Mi cara debió mostrar mi confusión e incredulidad.
— Supongo que no tienes ni idea de que estoy hablando— dijo en un tono conciliador— Verás, ésta droga en términos más fáciles, para personas iletradas, como tú— me señala.
Perfecto, me secuestran, me drogan y ahora me insultan. Simplemente excelente
— Verás, gracias a ésto— me enseña una pequeña botella de vidrio que llevaba escondida en el saco, que lentamente se quita— Te tengo completamente domada, estás en un estado hipnótico, sedada, ésto actúa como un relajante muscular, incluso puede causar amnesia...— finaliza con una risa macabra.
Hasta aquí llegue
Intento cubrir mi desnudez, pero no puedo moverme. Esta sensación de debilidad, me pone realmente mal. Estoy tan absorta en mis pensamientos irracionales, que no me doy cuenta que El Fantasma se sienta en la misma cama en la que estoy. Intento moverme pero no puedo.
— ¿Pooorr quue hhhaccces eesssto?— es realmente cansón hablar como una retrasada, pero no puedo hacer nada para evitarlo.
— Simple, la venganza...— Tengo una cuenta pendiente con tu madre y tu padre... mi hermano.
Mis ojos amenazan con salirse de mis cuencas.
¿¡Mi tío!? ¿¡Él es mi tío!?
¿Pero qué diablos está pasando aquí?
— ¿Tiiio?
¿¡Cuánto durará esto en mí!?
— Veo que tus padres no te contaron nada... Es obvio que no lo harían, sus manos están igual o más manchadas de sangre que las mías. ¿Quieres que te cuente un secreto?
— ...— intento decir algo, pero soy interrumpida por él.
— Hace muchos años, una mujer jugó con dos hombres, dos hermanos, no le importó los sentimientos de ninguno de ellos, sólo los de ella, su ambición podía con cualquier cosa. Mantuvo relaciones con los dos, sin importarle absolutamente nada. Ella nunca le advirtió a uno que estaba con el otro. Sin embargo, ella se quedó con el que tenía más futuro, dejando al olvido al menor. En una reunión familiar, los tres se encontraron y el secreto se descubrió. Tiempo después, el menor de los hermanos, luego de ser desheredado se dejó al abandono y empezó a consumir drogas, se dejó llevar por sus demonios. Un día, secuestró a su mujer. Pero su hermano fue en su búsqueda, y al hacerlo dejó a su hermano menor quemándose con la cabaña. Él pensó que todo había terminado... Y hubiera sido así, de no ser por su sombra, Lincoln... Después el hermano menor cambió su nombre, hizo su propia fortuna, se convirtió en el fantasma que acecha desde las sombras... y aquí estoy, veinte años después, dispuesto a reclamar lo que me corresponde.
Su confesión me dejó impactada. Mi padre intentó matar a su hermano por una mujer. Mi madre jugó con dos hermanos. Sabía que tenía una familia disfuncional y extraña. Pero ésto, ésto estaba rayando lo loco. Por suerte o por desgracia, El Fantasma, mi tío o lo que sea, decidió irse y dejarme sola con mi mente completamente desordenada.
Estaba mentalmente desorientada.
Sin querer, volví a caer en la inconsciencia, siendo muy consciente de que mis probabilidades para salir de aquí con vida eran realmente nulas.
Y todo gracias a los errores de mis padres.
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Ángel De La Muerte
AkcjaHeredera de la mafia rusa, hija de los Romanoff. Comprometida con el líder de la mafia alemana, el General Drag Müller. Traicionada y vendida por su familia, con oscuros secretos. Estudiante ejemplar de día y boxeadora amateur por las noches. Con u...