Capítulo 28✔️

75 14 3
                                    

Dormí de una manera tan perfecta que no me lo podía creer. El peluche que venía abrazando era realmente cómodo, solo quería seguir abrazándolo.

Un momento yo no me dormí con un peluche

Abro los ojos abruptamente y me sorprendo de lo que veo. Un Drag completamente relajado y dormido y una Samantha completamente abrazada al torso desnudo de Drag.

¡Mierda! ¿Pero qué coño pasó anoche?

En seguida un flashback de imágenes de todo lo que ocurrió. La salida al Club Live; el encuentro con Edward; el intento de violación; la muerte de Edward; Drag siendo mi salvador; la mini discusión con la sirvienta; el atentado de la zorra; y a Drag durmiendo conmigo.

Ay Dios, espero sólo haber dormido con él

Me levanto tratando de no hacer ruido para evitar que se despierte y confrontarlo. Pero nada más poner el pie fuera de la cama, para que despertará.

— ¿A dónde piensas ir?— mierda su voz está completamente ronca y se escucha extremadamente sexy.

— Eh... yo...— bien bello ahora soy tartamuda.

— ¿Te encuentras mejor? ¿Quieres hablar de ello?— pregunto preocupado.

— Yo, no lo sé— respondo bajando la mirada.

— Ven— me tiende su mano, dudo pero la acepto— ¿Quieres desayunar?

— No gracias. No quiero morir envenenada con la muchachita esa.

Veo que me mira sin entender.

Ah no pues, ahora éste tipo tiene complejo de Doris

— ¿No recuerdas cómo Marcia, intentó darme chocolate picante?— con obviedad le cambio el nombre a la sirvienta.

— Eso fue un accidente— ahora la defiende.

— Ningún accidente. Eso fue adrede. Pero no pienso discutir de eso contigo.

— Interesante.

Pensé que diría algo más, pero se mantuvo en silencio.

— Mira necesito ropa para poder regresar a mi casa— le informo.

— ¿Y por qué estás tan segura de que regresarás a tu casa?— me pregunta mirándome fijamente a los ojos. Luego posó su mirada en mi cuerpo, y recordé que seguía usando únicamente su camisa.

— ¿Será por qué es mi jodida casa? ¿Por qué debo quedarme aquí, según tú?— respondo molesta.

— Por qué yo te salvé, por qué me ensucie las manos por ti. Así que me merezco alguna recompensa de tu parte— sonríe maliciosamente.

— Nadie te lo pidió.

— Si no hubiera intervenido habrías terminado siendo violada por ese imbécil— gruñe.

Golpe bajo

— ¿Y? ¿A ti en qué te afectaría?

Okey, estoy siendo muy infantil. Pero su actitud no ayuda mucho.

— Mi reputación quedaría mancillada. No puedo permitir que alguien toque lo que es mío.

Doble golpe

— ¿Qué? ¿Pensaste qué me importabas? No pequeña. Sólo cuido lo que me pertenece— concluye.

Decido irme a bañar, pues esa conversación me bajo los ánimos que no tenía. Pensé por un breve instante que si le importaba, pero veo que sólo le importan las apariencias. Antes de irme le digo.

— No eres distinto a mi padre. O al mismo Edward.

Sin más entro al baño, es amplio y acogedor, sobrio y elegante. Me quito la camisa que me prestó Drag y el conjunto de ropa interior. Me meto a la ducha y mientras el agua caliente me recorre decido hacerme una evaluación para ver qué tan grave es mi situación, y es ahí que ahogo un grito.

La piel de mis brazos están marcadas por las manos de Edward, quedaron impregnadas en mi piel al momento de separarme. Mis rodillas completamente raspadas, imagino que en algún momento me caí. Una ligera marca en mi cuello se hace notar. Honestamente pensé que estaría peor, pero mis heridas físicas son mínimas, las emocionales y mentales son otro tema.

Aún sigo sin creer lo que pasó, mi Edu, mi antiguo amor, el mismo que me enamoró con detalles románticos fue el mismo que intentó profanar mi piel. Sé qué Drag hizo algo malo, pero si no hubiera intervenido la situación sería mucho peor. Nada justifica un asesinato, pero gracias a eso estoy mejor. Sé también que Drag no es ningún santo, y eso me lo acaba de confirmar al decirme que soy un objeto.

Necesito desahogarme; necesito llorar, gritar, patalear, chillar, lo que sea. Pero no puedo hacer nada aquí, ni siquiera puedo permitirme sollozar, no puedo permitirme ver débil ante nadie y menos de Drag.

Necesito estar con An, con él, sólo con él

Me apresuro a salir de la ducha cuando veo que mis dedos han adquirido esa forma rugosa. Me coloco la bata de baño y salgo. Por suerte ya Drag no estaba en el cuarto, en su defecto se encontraba una ropa femenina apilada con una nota.

Espero que sea de tu talla.

Nos vemos en el jardín.

Drag.

Me coloco el jeans claro, con una camisa negra, y una bata en tono gris claro con unos tenis blanco. También había un conjunto de lencería en tono rosa pálido. Me intento arreglar el cabello, y por suerte este se moldea a mi antojo. Cuando termino me doy cuenta de que no tengo ni la más mínima idea de dónde queda el jardín, así que me toca aventurarme.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora