Capítulo 20✔️

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Narrador omnisciente

Todos en el salón estaban atónitos nadie comentaba nada, había sido una gran sorpresa escuchar y ver como el gran Diablo se arrodillaba y le pedía matrimonio a la pequeña heredera. Varios rostros estaban contraídos en forma de mueca, el principal era el del joven Edward Langell, la mano derecha del Fantasma; también el rostro del Árabe denotaba sorpresa, los Corvinus e incluso el del Fantasma, estaban muy contrariados. Nadie decía nada, el silencio empezaba a resultar incómodo.

Samantha analizaba todo; si decía que sí, se condenaría de por vida a una existencia incierta; si decía que no, se libraría de esa obligación impuesta por su padre y sería libre, o lo más libre que se pueda siendo quien era. Lo que hizo que tomara su decisión fue el conocer a todos los integrantes de la junta, cada uno peor que el otro.

Ahí fue que se dio cuenta del porque su padre la comprometió con Drag. Él era el único en el que su padre confiaba como para dejarle a su heredera e imperio. Además ver la cara de dolor y decepción se Edward para ella fue lo mejor que pudo ocurrir en toda la fiesta, así que sin esperar más aceptó.

— Sí, acepto... Drag, si quiero ser tu esposa.

Al decir esto todo el salón estalló en aplausos y gritos de júbilo, sólo las personas con negocios lícitos mostraban realmente su alegría por la joven pareja, los otros se encontraban sumamente enojados, pues el casamiento de esos dos harían que sus familias se volvieran más fuertes de lo que ya eran, además varios pensaron que podrían tener oportunidad de conquistar a la joven.

Después de aceptar, Drag la agarró por la cintura apegándola más a él y la beso, el beso al inicio fue lento y dulce pero poco a poco aumentaba de intensidad, todo se estaba saliendo de control hasta que Dimitri de manera muy disimulada les recordó que aún estaban en el podio siendo observados por todos.

Ambos bajaron agarrados de la mano, y los músicos volvieron a tocar una canción lenta y pegajosa. Drag invitó a Samantha a bailar y ella aceptó, motivando a los demás a bailar y disfrutar de la fiesta.

— Espero que cumplas tu promesa, Drag— dijo Samantha acercándose a su rostro.

— ¿Cuál promesa?— dijo desentendido.

— No te hagas. Quiero conservar mi libertad.

— Eso no hay que decirlo. Siempre y cuando tú me acompañes a eventos como éste— comenta alegre, Drag.

— Perfecto, todo acordado. Y que sea la última vez que me besas sin mí consentimiento.

— Ok. Pero pronto serás tú la que ruegue por un beso mío.

— Sigue soñando.

Iba a responderle hasta que una mano se posó en el hombro de Drag, y éste al voltear vio a un Ángel muy bien vestido.

— ¿Me permite, caballero?— dijo Ángel muy amablemente.

— Claro. Cuídala, amiga.

Drag había mandado a investigar a Ángel para averiguar que intenciones tenía con Samantha, sus celos lo habían impulsado a querer dispararle delante de unos pubertos, no quería que ningún hombre se acercara a su prometida. Cuan grata fue su sorpresa al saber que el muchacho prefería la atención masculina.

— Pensé que nunca te dejaría sola— dijo Ángel, mientras empezaban a bailar.

— Lo sé, ya me estaba empezando a fastidiar— miente la joven heredera.

— Supongo que ya viste a Edward.

— Tristemente, si— responde con pesar Samantha.

— ¿Y qué te dijo?

— Qué me amaba y qué estaba arrepentido por dejarme.

— ¿Y qué piensas de eso? ¿Cómo te sientes?

— An te juro que quería llorar, gritar, patalear, darle un buen guantazo. Pero no pude. Sólo atine a decirle que ahora estaba con Drag y que lo amaba.

— ¿Qué? ¿Y cómo se lo tomó?— pregunta perplejo, Ángel.

— Pues sí, al principio le gritó a Drag, al parecer no sabía quién era. Pero cuando lo supo, se puso pálido. Me acusó de mentirosa y antes de marcharse me dijo que esa no sería la última vez que nos veríamos. Y te juro An que jamás lo había visto tan enojado. Me asustó demasiado.

— Por eso aceptaste públicamente casarte con el Diablo.

— Sí y porque sé que muy pronto se avecina una guerra. Y debo estar en el bando ganador. Ya entiendo porque mi padre me arrojó a los brazos del Diablo.

— Porque él es el más peligroso, ¿no?

— Exacto. Mientras este con él nadie me hará daño o a mí familia.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora